El SMI sí tributa en Euskadi a la espera de la reforma fiscal
La cantidad exenta de pagar este impuesto en Euskadi es de 14.000 euros, pero se elevará a los 19.000 si la reforma fiscal sale adelante
Euskadi vive en un segundo plano la última bronca política entre los partidos que comparten el Gobierno central, motivada porque quienes cobran el SMI tributarán ... el IRPF por primera vez. En los tres territorios históricos del País Vasco, en cambio, los perceptores del salario mínimo ya estaban obligados desde el año pasado a abonar este impuesto. Una decisión, la de no ajustar los mínimos exentos al SMI, que en su momento no generó polémica, ya que las tres diputaciones trabajan en una reforma fiscal que pretende que los vascos que ganan menos de 19.000 euros no tengan que hacer la declaración de la renta.
La cuestión es que en Euskadi, a día de hoy, el mínimo exento de pagar IRPF está establecido en los 14.000 euros anuales. Esto supone que desde el año pasado ya existe una retención para quienes cobran el salario mínimo, que en 2024 ascendía a los 15.876 euros y este martes se elevó hasta los 16.576 euros al año en 14 pagas.
Con esta nueva subida, a quienes cobren el SMI y no tengan hijos se les aplicará un 7% de retención. En cambio, si tienen un descendiente la carga impositiva se rebaja al 5% y si tienen dos hasta el 3%. A partir del tercer hijo no tendrán que abonar ninguna cantidad a las haciendas vascas.
La situación daría un vuelco si la reforma fiscal en la que trabajan las diputaciones sale adelante. Los ciudadanos vascos pasarían de tener un peor trato fiscal a uno mejor, ya que el mínimo exento se elevaría a 19.000 euros, una cantidad que eximiría de tributar a quienes ahora cobran el SMI. Con este nuevo umbral se calculará toda la tabla de retenciones.
Las diputaciones calculan que con estos nuevos ajustes se beneficiarían hasta 335.000 contribuyentes. Esta es la gran novedad de un nuevo planteamiento fiscal que buscar dar respuesta a cuestiones como el acceso a la vivienda, las necesidades de los jóvenes, el reto demográfico y los planes de pensiones. En cambio, las rentas más altas -aquellas superiores a los 100.000 euros- pierden condiciones que hasta ahora eran universales como las ayudas fiscales por la compra de una vivienda habitual.
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