Urkullu, «preocupado» ante un final precipitado del vehículo de combustión

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El lehendakari ha reconocido este viernes que se siente «preocupado» por una fecha que está «a la vuelta de la esquina» y que incide en una parte fundamental de la industria vasca. El lehendakari ha hecho estas manifestaciones en el transcurso de la inauguración de la cuarta fase de ampliación del AIC, el centro promovido por la Diputación de Bizkaia en el barrio de Boroa de Amorebieta en torno al automóvil, que ha ampliado su ámbito de actuación al concepto de 'movilidad'. Una apertura que ha permitido incorporar al centro una importante división de la compañía ferroviaria guipuzcoana CAF, también al fabricante de bicicletas Orbea, además de acoger una planta experimental de Gestamp totalmente automatizada.

Hace ya días que la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, había levantado la voz para advertir sobre el impacto de un proceso de transición de la industria del automóvil que puede ser excesivamente acelerado y que amenaza con dejar a algunas importantes empresas vascas en una posición delicada. La industria del automóvil en general es clave en el PIB de Euskadi, pero una parte sustancial de la industria auxiliar -producción de acero y componentes- está centrada en el motor de combustión.

En ese contexto, el lehendakari ha mostrado este viernes su convicción de que este sector «camina hacia el vehículo eléctrico», pero también ha reclamado «como han hecho países como Alemania y Francia» un margen de tiempo que permita una transición sin traumas. En síntesis, una postura opuesta a la que en estos momentos defiende el Gobierno de Pedro Sánchez, que abandera una defensa radical de la transición energética sin reparar en el impacto que ello puede tener en la industria. «Hay realidades muy distintas y se deben tener en cuenta todas», ha reclamado el lehendakari para poner de relieve que lo que puede ser marginal en otras economías resulta crítico en el País Vasco, debido a la concentración de industria automovilística.

Urkullu, por otra parte, ha mostrado una vertiente más optimista en torno a los nuevos proyectos que han visto la luz en el AIC de Boroa, tras la construcción de un nuevo edificio destinado a abordar proyectos avanzados en torno a la movilidad. El centro, del que se puso la primera piedra en 2007, cuenta ya con 60.000 metros cuadrados. «No aparcamos el automóvil, sino que sumamos el tren y la bicicleta», ha apuntado en el acto de inauguración un nuevo edificio el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria. Y ello es debido a que además de un centro de desarrollo de la bicicleta eléctrica que ha creado allí Orbea, la firma guipuzcoana CAF ha instalado una unidad de desarrollo centrada en la la señalítica, la seguridad y el control de las redes ferroviarias. Una línea de negocio en la que CAF ha decidido ampliar su apuesta y que como objetivo persigue una operativa de redes ferroviarias sin intervención humana directa.

Algo similar es lo que impulsa la factoría experimental que ha instalado Gestamp en este centro -ya había realizado su primera experiencia en su factoría de Areitio-, dedicada a lo que se conoce como 'fabricación inteligente'. Un proceso en el que todas las tareas -acopio de materiales, cambio de utillajes, transporte y almacenaje de piezas- los realizan robots y carretillas autónomas. En síntesis, la fábrica sin operarios y que además permite reducir de forma considerable las inversiones necesarias apara acometer cualquier nuevo proyecto de producción.