Urkullu niega que haya «autocomplacencia» del Gobierno sobre la situación de la economía vasca
El lehendakari se defiende de las criticas lanzadas por el colectivo Zedarriak
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha rechazado este miércoles que la actitud de las instituciones vascas sea de «autocomplacencia», una acusación que se ha vertido desde ... algunos análisis económicos recientes, ante la aparente pérdida de pujanza de las nuevas inversiones, la deslocalización de centros de decisión de grandes compañías. El lehendakari ha clausurado hoy la asamblea anual de la patronal vizcaína Cebek, en una apretada jornada de actos institucionales que había mantenido hasta el último momento la duda de su asistencia o no al acto. Su intervención se ha producido en una coyuntura especial, con notables tensiones entre colectivos empresariales y el Gobierno vasco -también con la dirección del PNV-, fruto del informe elaborado por el grupo Zedarriak, que hizo una descripción crítica de la situación económica del País Vasco, para concluir que se ha perdido «la posición de liderazgo».
En su opinión, hay una especie de ola catastrofista que tiende a ver el lado negativo de las cosas y que incluso ha ligado a las consecuencias de la pandemia. «Encuentro una tendencia contraria, condicionada por el virus, de la búsqueda permanente de lo negativo; en ocasiones, incluso, sin correspondencia con la realidad objetiva que vivimos», ha dicho ante cientos de empresarios congregados en el Palacio Euskalduna para asistir al acto de Cebek. «Esta tendencia negativa pretendería hacer creer que hemos perdido la confianza en cada una y cada uno de nosotros mismos y que nos dejamos arrastrar por la comodidad de volcar en los demás la responsabilidad de nuestras carencias. Huyamos de los maniqueísmos y potenciemos, entre todas y todos, el consenso social. La situación es dura y lo va a seguir siendo, pero hoy Euskadi está en marcha y Euskadi sigue siendo nuestro bien común», ha indicado en una apelación directa al colectivo empresarial.
En su discurso ha coincidido con la presidenta de la patronal vasca en la necesidad de que las empresas estén cerca de las instituciones. «Esta es hoy también una cara del modelo vasco de desarrollo humano sostenible: la ayuda desde las instituciones en la generación de riqueza, empleo y bienestar», ha apuntado.
Tras recordar las consecuencias de la crisis y la fase de recuperación previa a la invasión de Ucrania, el lehendakari ha incidido en que tras dos legislaturas de un Gobierno en minoría ahora hay estabilidad. «¿Es autocomplacencia? No. Es trabajo desde la autoexigencia y los objetivos claros en base a un modelo de desarrollo humano sostenible», ha apuntado para rechazar las críticas en torno a un desequilibrio de la tarea del Ejecutivo a quienes los empresarios exigen una mayor prioridad en torno a las medidas que favorezcan el crecimiento económico.
«Tenemos muy claros los diagnósticos y los retos de futuro en cada momento. ¿No hacemos análisis de situación en base a informes compartidos?, ¿no procedemos en orden a ejercicio autocrítico, incluso público, cuando es necesario?», se ha quejado el lehendakari frente a esas mismas críticas.
Urkullu ha mostrado su convicción de que la concatenación de crisis ha generado una «fatiga emocional severa», a la que achaca la inflación de visiones críticas en torno a la acción de las instituciones vascas. Pero, pese a ello, ha mandado un mensaje de confianza «en la capacidad de resistencia, resiliencia y en la determinación para superar esta situación y avanzar como sociedad«. »Tengo fe plena en la capacidad tanto de la sociedad organizada como de las instituciones vascas que representan la voluntad de la ciudadanía», ha dicho.
También ha hecho una apelación a la capacidad que ha tenido el País Vasco para superar situaciones difíciles en el pasado. «Si la evolución de Euskadi, a pesar de todas las vicisitudes y circunstancias vividas en estas décadas, es positiva, esto es motivo de orgullo y de acicate, no de autosatisfacción», ha dicho para confiar en que la evolución de Euskadi será también positiva. «No se puede volcar en los demás la responsabilidad de nuestras carencias», ha concluido en lo que cabe interpretar como un toque de atención a los miembros del colectivo Zedarriak, a las patronales y al conjunto de los empresarios.
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