El único caso en el que te devuelven el dinero si te equivocas en una transferencia

Gracias a Internet las transferencias son un servicio cada vez más usado por los clientes bancarios en muchas acciones de su día a día: pagar una compra, abonar el alquiler de la vivienda, o simplemente transferir dinero a un amigo con el que se ha compartido una cena, por poner sólo algunos ejemplos.

La inmediatez y la agilidad son dos grandes características de este tipo de operaciones. Pero si no se presta la debida atención pueden da lugar a equívocos. A la hora de transferir dinero a veces introducimos dígito a dígito el número de cuenta (el IBAN) de la persona beneficiaria. Y no es difícil teclear un número incorrecto.

La operativa 'online' de los bancos facilita además la reutilización de transferencias anteriores, a modo de cuentas favoritas. También aquí se pueden cometer errores.

Y hay que tener en cuenta, como recuerda el Banco de España (BdE) que las transferencias «son órdenes de pago irrevocables». Esto significa que una vez pulsada la orden de enviar dinero, no puede dejarse sin efecto y las cantidades abonadas en la cuenta beneficiaria «no podrán ser retrocedidas por nuestra entidad sin el consentimiento del beneficiario o el preceptivo mandato judicial».

Así que, si queremos que nos reintegren un dinero enviado por error a quien no corresponde, «nuestra entidad deberá realizar gestiones con la entidad beneficiaria» para recuperarlo, indica el BdE en su portal financiero. Pero el éxito o no de la reclamación dependerá de la buena voluntad de la persona receptora de la transferencia.

Una vez recabado su consentimiento, las entidades financieras podrán revertir la operación y el dinero será reintegrado en nuestra cuenta. Si se niega sólo queda una última opción, que supone enredarse en la maraña judicial: interponer una denuncia por un posible delito de apropiación indebida.

Por eso es recomendable, antes de validar una transferencia con la correspondiente clave de seguridad, comprobar perfectamente el número de cuenta beneficiaria señalado, y asegurarse de que está vinculada a la persona, empresa o entidad a la que queramos enviar ese dinero.

De todas formas algunas entidades financieras facultan «excepcionalmente» al cliente a deshacer una transferencia, ya sea directamente desde la aplicación de la banca 'online' o contactando con su gestor personal. En este punto tiene su importancia la denominada hora de corte, que es el momento del día en el que el banco deja de emitir y ordenar transferencias.

Como regla general los envíos efectuados dentro de los países del área SEPA (Single Euro Payments Area) llegan a su destino «como tarde el día siguiente al hábil (todos los días excepto sábados, domingos y festivos) a aquel en el que el banco receptor recibió los fondos». En el caso de que la transferencia corra prisa también se puede hacer una inmediata, aunque suele conllevar coste adicional.

Si la hora de corte de nuestro banco es, por ejemplo, a las 17:00 y ejecutamos la transferencia un lunes a las 14:00, llegará a la entidad financiera de destino ese mismo día, y al beneficiario al día siguiente (el martes). Pero si se hace a las 19:00 horas, llegará en dos días hábiles (miércoles).

De esta forma, si realizamos un envío después de la hora de corte y el banco no lo va a procesar hasta el día siguiente, hay tiempo para cancelar la operación contactando con el gestor personal o a través de la aplicación de Internet. Y si se hace antes de la hora de corte, tendremos hasta ese instante para anularla. En ambos casos, es sí, siempre que nuestra entidad lo permita.

El BdE recuerda que el banco puede cobrar por cancelar la transferencia, incluso aunque sus esfuerzos «hayan resultado en vano».

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