«La tecnología 5G permitirá fabricar móviles mucho más ligeros y baratos»

-¿Qué supone el salto del 4G al 5G?¿Cuáles serán, a su juicio, los avances más significativos de los que nos podremos beneficiar?

-Tiene una serie de características que no tiene el 4G. Por ejemplo, que presentan un ancho de banda mucho mayor, con una posibilidad de comunicación con una latencia muy baja. Es decir, que el tiempo que tarda en ir y volver la señal de un teléfono móvil será de dos milisegundos, por lo que hablamos casi de tiempo real. Y también podemos hablar de la IoT (Internet of Things), que permite la conexión de muchas más máquinas y sensores por metro cuadrado. Lo más interesante son las consecuencias de todo ello.

-¿Cuáles son?

-La principal es que se consigue evaporar el hardware, la electrónica. ¿Eso qué quiere decir? Que lo que a día de hoy hacemos con dispositivos físicos que incluyen una electrónica de computación bastante cara (por ejemplo los móviles) se podrá hacer de manera virtual a través de la red de telecomunicaciones. Con lo cual tendremos dispositivos mucho más livianos y baratos. Esto cambia el modelo de negocio y de costes totalmente. Por ejemplo, los coches de alta gama que hoy día tienen 20 unidades de computación (ordenadores) dentro, y con el 5G van a poder tener sólo dos. Un móvil que cueste por ejemplo 1.000 euros, con el 5G tendrá un precio, con las mismas características, de unos 200 euros.

-¿Supondrá también un abaratamiento de las tarifas que pagan los usuarios por los servicios de telecomunicaciones?

-Depende. Lo que está claro es que la inversión que se hacía antes comprando equipamiento, con los nuevos modelos de negocio conllevará un menor gasto en dispositivo. Pero probablemente acabará en una especie de pago por uso a quien me dé esa capacidad de computación a través de la red, ya sea el operador de telecomunicaciones o algún actor OTT tipo Amazon, que se haya instalado la red del operador para dar ese servicio. Es decir, no hablo tanto de si suben o bajan las tarifas, sino de que la manera de contratar, pagar y gastar el dinero en determinados servicios va a cambiar drásticamente. Habrá más pago por uso, como ocurre con el 'cloud' (la nube), que compra de equipamiento. No creo que las compañías de un sector tan hipercompetitivo como el de las telecomunicaciones suban los precios. Pero esa compra de dispositivos se sustituirá probablemente por un pago por uso que me dé una funcionalidad parecida al dispositivo.

-¿Cómo funciona el proceso de implantación de una red 5G?¿Qué agentes fundamentales están implicados?

-Estamos en una fase en la que se está invirtiendo en la red de telecomunicaciones para dar el salto del 4G al 5G. Es el típico modelo de inversión de cambio tecnológico. Y luego tenemos las posibilidades que ofrece a las empresas. Tendrán la posibilidad de transformar sus operaciones y su proceso de diseño. Esa gran transformación para las empresas es muy importante. Y ahí hay un hueco impresionante para proyectos a medida de transformación de las compañías.

-¿Qué podrán hacer que ahora, con el 4G, no pueden?

-Cosas que tienen que ver con el mantenimiento predictivo, con la robotización, el uso de asistentes de inteligencia artificial, de una manera mucho más barata y accesible para la industria de lo que es a día de hoy. El tercer actor importante en la expansión del 5G es el regulador, el Estado. En función de cómo se lleven a cabo las subastas y se permita que las startups y las industrias tengan acceso a la tecnología, permitirá que esto vaya más rápido o no. Otro punto importante es el acceso a la 5G en áreas rurales en las que la densidad de población es baja y el despliegue es costoso. Hará falta que los Gobiernos ayuden al despliegue de tecnologías ahí donde no es rentable mediante subvenciones y ayudas.

-¿En qué punto está el desarrollo de las redes 5G en el mundo y en España?

-Por un lado los asiáticos (China, Japón, Corea...) están apostando fuerte por ello. Dentro de Europa España es uno de los países que más se está moviendo. Tenemos una buena posición para poder ser líderes europeos porque España tiene una red de fibra más grande que otros países: es como la de Alemania, Francia y Gran Bretaña juntos. Con lo cual, la fibra es clave para dar una buena cobertura de 5G. El punto de partida lo veo muy bueno. Vodafone empezó a mover el mercado, Orange y Telefónica le van a seguir. Y si la cosa no sufre un parón tremendo con esta crisis que tenemos a la vuelta de la esquina, España debería tener una posición de liderazgo en la tecnología.

-¿Qué opina de los riesgos geopolíticos y económicos a los que se asocia el liderazgo de China en la implantación de esta tecnología?

-Lo que tengo claro es que la 5G va a transformar el modelo de negocio de las compañías y la vida de las personas, en la medida en que esos cambios y la bajada de costes van a llegar al consumidor y las empresas que les ofrecen servicios. Tenemos dos alternativas: una, si Europa lidera esto favoreciendo el crecimiento de las compañías, eliminando trabas, no quitando recursos financieros a los operadores de telecomunicaciones para que puedan invertir en las redes, si esto se hace bien nos aseguraremos de que las empresas que dan estos servicios a los ciudadanos sean aquellas que se rijan por valores de privacidad y de ética que Europa tiene desde hace muchos años.

-¿Y si no?

-Si Europa no lo hace, llegarán otros actores con esas mismas características y los consumidores comprarán sus servicios. Y son actores que no tienen respeto por la privacidad ni de los valores de los que te hablo. Y no me refiero sólo a las asiáticas: empresas norteamericanas también tienen bastantes temas relacionados con la privacidad. Si queremos asegurarnos de que no hay problemas de privacidad y seguridad lo que tenemos que hacer es asegurarnos de poner las bases para que las empresa europeas sean capaces de desarrollar ese mercado de la manera más potente.

-¿Hay algún aspecto de la 5G que quizá deberíamos temer, o frente al que hay que tomar precauciones?

-Al final la tecnología ofrece muchísimas posibilidades tanto para hacer el bien como el mal, hablando de manera sencilla. La tecnología no es mala en sí misma, sino lo que alguna gente puede hacer con ella. La misión de los gobiernos es asegurarse de que el marco regulatorio impide que la tecnología se use para fines que no son los adecuados. No es un problema de la 5G. Su avance es imparable y traerá muchos beneficios a la sociedad.

-¿Cómo cree que afectará el coronavirus a la implantación del 5G?

-Por un lado está el tema del entorno financiero. Hay que tener mucho cuidado con no ahogar a las empresas. El coronavirus está trayendo un entorno financiero mucho más endeble. Y las compañías están sufriendo mucho más, con lo cual la capacidad financiera de los operadores y las compañías para aprovechar esa oportunidad se va a ver impactada. Ojalá me equivoque. Por otro lado, una de las ventajas de la 5G, con la evaporación de la electrónica, es que rompe esa barrera física de la distancia gracias al tiempo real. Entonces tiene una serie de ventajas que el coronavirus ha puesto sobre la mesa. Hablo por ejemplo de la gente que está en cuarentena, aislada, la gente mayor. Tenemos junto a Vodafone y la Cruz Roja un proyecto de 5G que se llama Avatar Afectivo, promovido por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital a través de Red.es y cofinanciado por el FEDER. Usa la 5G para que las personas que están solas y apartadas estén cerca de los sedes queridos mediante la realidad virtual, el ancho de banda y la comunicación en tiempo real que trae la nueva tecnología. Por tanto trae oportunidades para conectar a personas que están aislada.

-¿Con el 5G por tanto desaparecería cualquier peligro de que el ancho de banda se colapse en tiempos como los actuales de confinamiento, cuando todo el mundo ha incrementado su uso de internet?

-Hay más ancho de banda, y el tiempo real es muy importante en las comunicaciones. Se nota cuando por ejemplo en la televisión conecta con un corresponsal que está en otra parte del mundo. La conversación no es fluida por ese tiempo que hay que esperar para que la señal llegue. Con el 5G eso desaparece. Permite una videoconferencias remotas de mucha más calidad e interactivas al no haber latencia en la conversación.