La mascarilla de Bilbao transparente, reutilizable y con motor incorporado para facilitar la respiración
Tres jóvenes diseñan este producto, muy atractivo para gente con problemas respiratorios o personas sordomudas
La Covid-19 ha espoleado el espíritu innovador y de emprendimiento en muchos sectores de la economía. Desde que estallara la crisis del coronavirus han sido numerosas las empresas que han reencauzado su actividad hacia productos destinados a combatir el coronavirus. También han proliferado nuevas iniciativas empresariales, dirigidas única y exclusivamente a este nuevo nicho de mercado. Es el caso de Weetbe, 'startup' fundada por tres jóvenes empresarios vizcaínos decididos a comercializar una mascarilla transparante, reutilizable y con un motor incorporado para facilitar la respiración.
El producto se ha bautizado como Weetbe Mask Osaka, y se presenta como una mascarilla «cómoda, inclusiva y de alta eficiencia adaptada a las necesidades actuales de la población». Como principales ventajas, destaca que «elimina la sensación de ahogo». La protección no tiene válvula de exhalación pero sí un filtro en la parte central. «En todas las configuraciones el aire entrante y saliente pasa por los filtros evitando así inhalar o exhalar aire no filtrado. Ha sido creada para poder incorporar el motor y la pantalla protectora ocular», detallan sus responsables.
Su diseño transparente «facilita la comunicación», y es respetuosa con el medio ambiente al estar fabricada con materiales reciclables. Además, es «customizable y tiene la posibilidad de incorporar una pantalla ocular para asegurar una mayor protección».
Iñaki Mendialdua, Itxaso Domingo y Marcos Fernández son los 'padres' de la mascarilla. El primero de ha cursado el grado en Liderazgo Emprendedor e Innvación (LEINN) de Mondragon Unibertsitatea, mientras que Itxaso y Marcos son trabajadores de Idelt, una empresa de prototipado y diseño industrial de Igorre (Bizkaia).
«Cuando estalló la crisis de la Covid-19 esta empresa hizo donaciones de pantallas, que tuvieron mucha aceptación. Así que Itxaso y Marcos empezaron a desarrollar la idea de diseñar una máscara transparente que se ajustase un poco a las necesidades que veíamos en la sociedad. Lo presentaron a la empresa y lo vio interesante. Después me sumé yo», explica Mendialdua.
En la génesis del producto también se encuentran dos ingenieros industriales, con experiencia en materiales y diseño, y otros dos mentores con un bagaje de más de dos décadas en el mundo del emprendimiento. «Nos han ayudado mucho con el tema de los proveedores», añade el joven emprendedor.
Motor que ayuda a expulsar el aire
Una de las particularidades de la mascarilla, de apariencia un tanto aparatosa, es la incorporación de un motor que «ayuda a expulsar el aire que entra por dos filtros laterales, y que mejora la respirabilidad. Ese motor tiene una autonomía de ocho horas, y viene con un cargador incorporado». Mendialdua es consciente de que quizá no sea un producto atractivo a todo tipo de público, «pero sí por ejemplo para gente con problemas respiratorios, o personas sordomudas que necesitas una mayor visibilidad de la cara. Y sobre todo para gente que tiene que estar mucho tiempo con la mascarilla puesta», como por ejemplo los profesionales sanitarios.
El joven bilbaíno destaca que la Mask Osaka -fabricada en policarbonato transparente- cuenta con una cobertura metálica que protege y prolonga la vida de los filtros, «de forma que duren entre cinco y siete días». La mascarilla puede lavarse con agua y jabón, «aunque intentamos que también se pueda meter a la lavadora o incluso al lavavajillas».
Y es que el producto está en fase de homologación y, por tanto, sujeto a posibles ajustes. «Los materiales por separado cuentan con la certificación europea UNE-EN149, pero falta aún la certificación de la máscara en su conjunto», dice Mendialdua, quien se muestra confiado en que «como muy tarde para diciembre» cuenten con todos los permisos para empezar su fabricación y comercialización.
Por el momento han iniciado una campaña de 'crowdfounding' para recuperar parte de las inversión realizada hasta el momento. Se trata de una preventa de la mascarilla al precio de 45 euros -mascarilla básica-, de 55 euros -con motor- y de 65 euros -la que también incluye una pantalla-, si bien el precio definitivo «aún está por definir».