Tecnalia sigue bailando la 'yenka'

No es que Tecnalia sea la única institución en el mundo que hace locuras de este tipo, porque para ejemplo ahí está la del Parlamento Europeo, con sedes en Luxemburgo y Bruselas, que obliga a los europarlamentarios a hacer un periplo permanente entre una ciudad y otra. Pero, puestos a copiar, casi mejor hacerlo con las buenas prácticas ¿no?

El problema –o la solución, según se mire- surgió en 2011, cuando un grupo de centros tecnológicos diseminados decidieron abordar su fusión e integrarse bajo una única fundación. Era la lógica de ganar tamaño y coordinación la que inspiraba el proyecto. El lio apareció a la hora de decidir dónde se ubicaba la sede social. Se produjo entonces un choque de trenes. El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, deslizó que si la sede no estaba en su territorio retiraría buena parte de las ayudas que el Ejecutivo foral había comprometido. El de Bizkaia, José Luis Bilbao, anunció que de confirmarse la ubicación fuera de Bizkaia vetaría la fusión. Algo que podía hacer por la presencia foral en el patronato de Labein, uno de los centros que protagonizaban la operación. Tradicional lucha de carneros, vaya.

A alguien se le ocurrió la solución salomónica que permitió materializar la fusión. Cada 18 meses, la sede social se trasladaría de un territorio a otro. Y así se ha venido cumpliendo desde entonces. Los notarios… encantados.