Siemens e Iberdrola se pelean hasta en la traducción
Econfidencial ·
Sucedió el pasado jueves en la Audiencia Provincial de Bizkaia, en la Sala de vistas número 1, donde se celebraba el juicio de una ... demanda interpuesta por Iberdrola contra Siemens, en torno a sus discrepancias en el seno de Gamesa. Siemens posee el 59% de las acciones, Iberdrola el 8% y desde que se creó la compañía a mediados de 2017 andan como el perro y el gato. En este caso la demanda hacía referencia a la ocultación que se hace al consejo de administración de Gamesa de la práctica totalidad de los contratos que firma la compañía. Por un acuerdo del consejo de administración, dominado por la multinacional alemana, sólo deben pasar por el consejo los que superen los 500 millones en la división de generación terrestre y de los 1.000 millones para los aerogeneradores marinos. En síntesis, prácticamente no pasa ninguno. Tan sólo un contrato ha pasado por el consejo desde que nació la actual compañía a mediados de 2017.
Puestos a discutir, las dos partes enfrentadas lo hicieron hasta en lo referente a la traducción. En una vista previa, celebrada el pasado mes de noviembre, los representantes legales de Iberdrola habían solicitado que fuese citado a declarar como testigo Markus Tacke, consejero delegado de Gamesa. Su testimonio era clave porque es quien concentra en sus manos un gran poder decisión en la compañía y quien tiene delegado el poder de realizar ventas por debajo de 1.000 o 500 millones, en función de la tecnología de los aerogeneradores. Un poder que difícilmente resiste una comparación en otras empresas, ni siquiera en las del sector eólico. Iberdrola, en su propuesta de citación, había advertido que Tacke, de origen alemán, no habla castellano -pese a que lleva ya algo más de dos años residiendo en la localidad vizcaína de Getxo y su despacho está en Zamudio-, de ahí que era necesario contar con un traductor jurado para hacer posible la declaración. La compañía eléctrica se ofreció a abonar el coste de esa 'traducción consecutiva' y a contratar por tanto a la persona encargada de realizar ese trabajo.
Apenas unos días después de aquella vista previa, la titular del juzgado mercantil encargada del caso, la juez Olga Ahedo, emitió un escrito en el que aceptaba al solicitud de comparecencia del consejero delegado de Siemens Gamesa y también la propuesta de Iberdrola de facilitar el traductor. La compañía seleccionó un traductor de Castellano-Alemán, de una lista que existe en el Ministerio de Asuntos Exteriores para ejercer esta función en cuestiones legales.
Apenas cinco días antes del juicio, Tacke comunicó que rechazaba la traducción alemán-castellano y que deseaba contestar a las preguntas en inglés, porque es «el idioma empleado en la actividad profesional en la compañía». Su representación legal advirtió también que llevaría su propia traductora. En el lenguaje de signos cabe interpretar que el mensaje era algo así como «no me fio de la traducción que haya contratado Iberdrola». Así están las cosas en los pequeños detalles. ¡Cómo estarán en el resto!
Lo cierto es que los abogados de ambas partes consumieron no menos de quince minutos, con carácter previo a la celebración del juicio, en una discusión torno a qué idioma debía emplear Markus Tacke en su declaración y que traductor debía actuar. Eso sí, con esa curiosa diplomacia que se gasta en la salas de juicios, donde las frases comienzan «con la venia de su señoría», «con el debido respeto a la argumentación de la otra parte» y varios latiguillos similares, para lanzar a continuación varias cargas de profundidad. Es la esgrima de las togas. Finalmente, la jueza terció y decidió que Markus Tacke podía declarar en inglés y con su traductora de confianza.
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