El psiquiatra que atiende gratis a sus pacientes desde hace 35 años

José Aznar regentaba una gasolinera-taller mecánico heredado de su abuelo. Sus jornadas laborales transcurrían entre surtidores de combustible y llaves inglesas. Pero eso sólo ocupaba parte del día: el resto lo dedicaba a su verdadera vocación, la psicoterapia. Cuenta que ayudaba a personas con distintos miedos, tristeza, sentimientos de inferioridad… y sin cobrar un duro.

Primero fue algo más puntual, con amigos o familiares. Poco a poco fue ampliando su círculo de pacientes. Y como el negocio de la gasolinera le daba para vivir de manera holgada, decidió seguir pasando consulta gratis.

La historia de cómo el dueño de una gasolinera empezó un día a psicoanalizar a personas es, en buena medida, fruto del azar. José (Barcelona, 1950) iba para médico y su aspiración era especializarse en medicina interna. Como no había suficientes plazas MIR en su ciudad natal tuvo que decidir, en cuestión de minutos, cursar otra especialización.

Eligió psiquiatría, rama que no le era del todo ajena. Sobre todo por experiencia propia. Mientras cursaba tercero de medicina tuvo que buscar ayuda profesional para derrotar a los muchos monstruos que lo asediaban: la tristeza, el miedo, la autoexigencia… Se hizo asiduo a distintas terapias que le ayudaron a conocer y comprender los diferentes tipos de enfoque que aplicar en los tratamientos de salud mental.

Cuando llevaba dos años trabajando en el Hospital Clínico de Barcelona le llegó la opción de regentar una gasolinera propiedad de su abuelo y que, al morir, pasó a manos de su madre. Aceptó, pero sin dejar de lado su pasión: la psicoterapia.

Eran tiempos en los que visitar a algún especialista en salud mental todavía estaba estigmatizado. Puso en anuncio en 'La Vanguardia' ofreciendo sus servicios y se sorprendió pro la cantidad de gente interesada en acudir a su consulta. Porque, eso sí, la terapia siempre ha de ser presencial -es en su casa-. Y gratuita.

Asegura José que entiende el recelo que puede suscitar entre sus colegas de profesión, pero que él nunca cobraría los 100 o 150 euros que pueden costar las consultas de ese tipo. Otra condición innegociable es que sus pacientes acudan «sin tabús», que estén dispuestos «a conocerse» y avanzar «hacia la felicidad».

Su perfil de paciente es muy variado en cuanto a edad y posición económica, aunque lo más normal es que no dispongan de muchos recursos económicos. Hay más o menos la misma cantidad de hombres y mujeres, pero casi todos acuden por algún tipo de neurosis. Los pacientes con psicopatías son más escasos, y siempre deben acudir bajo un tratamiento psiquiátrico.

Hace un año presentó un libro, titulado 'El ser y el ego. Un camino hacia la luz', en el que narra algunas de sus experiencias en la profesión. También es bastante activo en redes sociales. « Médico psicoterapeuta altruista. Hace psicoterapias gratuitas a las personas interesadas en conocerse a sí mismas para ser más felices». Así se presenta en Instagram, donde publica pequeños vídeos, de apenas tres minutos, que siempre comienzan de esta manera: «Hola queridos amigos, hoy voy a hablaros de un tema… «.