El precio del gas se dispara: los nuevos precios para abril, mayo y junio en la tarifa regulada

Europa sufre desde hace casi un año una crisis de precios energéticos agravada por la guerra de Ucrania. En el caso del gas, su cotización en los mercados internacionales ha llegado en ciertos momentos a multiplicar por diez los registros considerados normales. Esta situación impacta, a su vez, en la formación de precios eléctricos debido a la influencia del gas en el mercado mayorista diario (el 'pool')

Por ejemplo, el día 7 de marzo se registró en el mercado ibérico de gas (Mibgas) el récord de 214 euros el megavatio hora (€/MWh). Al día siguiente el 'pool' alcanzó su valor horario máximo de 700 €/MWh en el pico de consumo (a las 20:00 horas) cuando el precio medio de la electricidad desde la liberalización del sector de generación el 1998 se sitúa en torno a los 45 euros.

Una alarma energética que según el Gobierno español «no es comparable a ninguna otra en la historia del proyecto de integración europeo». Y lo es tanto por su duración «como por su impacto sobre las economías domésticas, la competitividad de las empresas y la industria en los mercados globales y el crecimiento económico a medio y largo plazo».

Es cierto que desde los máximos del día 7 de marzo los mercados de gas se han relajado. Aún así, como señalan los expertos del Grupo ASE, la curva de precios para 2022 se sitúa «un 60% por encima de los días previos a la guerra».

El suministro de gas ruso ha aumentado respecto a los primeros días de la guerra, aunque aún tardará en recuperar la normalidad de su caudal en esta época del año. «Está un 30% por debajo del año pasado y también es inferior a la media de los últimos años. Además, Gazprom ( el gigante gasístico ruso) se ha retirado del mercado 'spot' en Europa», recuerdan en el Grupo ASE.

El problema, insisten, es que a corto y medio plazo «no hay alternativas suficientes de suministro por gaseoducto y tampoco capacidad práctica para aumentar las importaciones de gas natural licuado (GNL). Transportar el gas por barco es más caro que por tubo, lo que se traduce en un incremento de precios para el consumidor final.

Para que la factura del gas no ahogue a empresas y familias, el Gobierno ha implementado una serie de medidas. Ya el pasado año decidió que la tarifa de último recurso (TUR) no podría incrementarse en más de un 5%. La TUR es la tarifa regulada (como el PVPC en la electricidad) a la que pueden acogerse los usuarios con un consumo anual inferior al 50.000 kilovatios hora. Es decir, consumidores domésticos y pymes.

Su precio se revisa cada tres meses, los días 1 de enero, abril, julio y octubre de cada año. Pero siempre que el coste de la materia prima experimente una variación al alza o a la baja superior al 2%. Y en los últimos trimestres está creciendo muy por encima de ese porcentaje.

De ahí que el Gobierno aprobara, el 15 de septiembre, un real decreto que limitaba la subida de la TUR durante el último trimestre de 2021 y el primero de 2022. Una medida que el Ejecutivo ha decidido prorrogar, según anunció este pasado martes la vicepresidenta tercera del Ejecutivo y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Además, aquel 1 de octubre también entró en vigor la bajada de los peajes de acceso, un coste que todos los consumidores tienen que asumir en la factura para cubrir los gastos que genera el sistema gasista. Estos peajes se aplican tanto en el término fijo como en el variable del recibo.

Estas medidas no saldrán gratis: supondrán un crecimiento del déficit de tarifa, ya que los ingresos del sistema serán inferiores a los costes. Además, la diferencia entre lo que ha subido la TUR desde octubre y lo que realmente debería haberse incrementado será pagado por los consumidores más adelante, cuando los precios del gas se estabilicen.

Todo esto afecta sólo a aquellos clientes acogidos a la tarifa regulada, que según Ribera son 1,5 millones. Cabe recordar que la mayor parte de los clientes de gas están en el mercado libre, con precios mucho más elevados.

Por ejemplo un usuario de la tarifa RL.1 (hasta 5.000 kilovatios hora de consumo anual) ha pagado durante el primer trimestre cada kilovatio a 0,0486 euros. Por su parte, según información del comparador Selectra, las ofertas de las principales comercializadoras del mercado libre no bajan del los 0,1001 euros y pueden llegar hasta los 0,2149 euros.

Con la entrada del segundo trimestre las tarifas reguladas se han revisado y en el caso de la RL.1 el kilovatio hora consumido se pagará durante tres meses a 0,0531 euros.

Además, el Gobierno también ha prorrogado hasta el 30 de junio la minoración de los beneficios que las compañías eléctricas logran por el alto precio del gas, lo que se conoce como 'windfall profits' (beneficios caídos del cielo). Y extiende su ámbito de aplicación a la energía contratada a plazo y a plazo fijo si su precio es superior a 67 €/MWh. Con esto se pretende desligar los precios gasísticos de los eléctricos, de forma que el mercado mayorista eléctrico se relaje.

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