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Lucia Bonilla, durante uno de los talleres de 'Tú pintas mucho'.

¿Y tú? ¿Pintas mucho en tu empresa?

Una firma bilbaína propone recurrir a la pintura para fortalecer las relaciones entre los equipos de trabajo tras 16 meses de pandemia y teletrabajo

iratxe Bernal

Domingo, 4 de julio 2021, 01:19

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Desde el 11 de marzo del año pasado muchos trabajadores españoles apenas han visto a quienes hasta entonces formaban parte ineludible de su día a día. Al menos, de su día a día laboral. Y si los ha visto ha sido por videoconferencia, que está muy bien pero todos sabemos que no es lo mismo que estar frente al compañero de trabajo. Poder realizar nuestra labor profesional en remoto tiene muchas cosas buenas, pero no todo es de color de rosa. Hay quien no dispone de un espacio para trabajar con la concentración adecuada. Otros no saben cuándo deben apagar el ordenador y aparcar las tareas hasta mañana. Algunos llevan mal la soledad y se sienten desmotivados. Y parece que todos gestionamos peor la incertidumbre cuando no tenemos con quien compartirla. Al final, muchas empresas han visto que lo que en un principio fue una solución rápida y efectiva para poder mantener la actividad puede acabar generando un problema de productividad que algunas tratan de solucionar a través de lo que se denomina 'team building'. O sea, técnicas motivacionales diseñadas para mejorar las relaciones entre los distintos miembros de un equipo.

«Los trabajadores se han visto obligados a adaptarse a una nueva forma de realizar sus tareas que para muchos era además totalmente nueva y que se ha mantenido durante demasiado tiempo. Se les ha exigido un gran esfuerzo, resiliencia. Y han dado la talla, pero la fatiga pandémica ha aflorado y está haciendo mella. Por eso las empresas están buscando cómo motivarles, cómo hacer que se vuelvan a sentirse parte de un equipo y mejore su estado de ánimo, y una de las formas más eficaces es proporcionándoles experiencias gratificantes de las que salgan fortalecidos, tanto como grupo como individualmente», señalan Lucia Bonilla y Aintzane Zorrilla, socias de Tú Pintas Mucho, empresa bilbaína dedicada a ofrecer este tipo de actividades.

En su caso, recurren a una de las técnicas más habituales; la interacción a través de actividades lúdicas, a las que se les reconoce potencial para facilitar la comunicación, el compañerismo y también la competitividad. La sana competitividad, se entiende. Concretamente recurren a la pintura. «Si a cualquiera que antes no haya cogido un pincel le dijéramos que es capaz de replicar en dos horas un cuadro de Van Gogh o Kandinsky seguramente no se lo creería. Pero todo el mundo puede, y al lograrlo conseguimos que mejore su autoestima a través de una actividad que, además de sorprenderles, favorece la concentración, elimina el estrés, genera endorfinas y aumenta tanto la motivación como la capacidad para tomar decisiones y resolver problemas», señala Bonilla, pintora encargada de dirigir las sesiones.

Los departamentos de recursos humanos saben ya desde hace mucho que este tipo de actividades que, en apariencia, no tienen ningún parecido con las actividades profesionales que sus empleados realizan acaban teniendo muy buenos resultados precisamente por eso, porque les saca de un espacio conocido y les lleva a buscar soluciones y dinámicas de grupo eficientes para adaptarse a circunstancias totalmente nuevas e inesperadas. «Además de que cada participante ve cómo es capaz de salir airosos de un reto nuevo, al tratarse de una actividad realizada en grupo también logramos reforzar la relación entre los miembros de un equipo. Si, por ejemplo, el reto es recrear ese Van Gogh o ese Kandinsky como si fuera un mosaico a partir de obras individuales, antes habrá que ponerse de acuerdo en una serie de directrices (qué colores emplear, por ejemplo), habrá que resolver pequeños conflictos (cómo lograr que las pinturas, los recursos, lleguen para todos) y después habrá que trabajar por separado pero respetando esas normas comunes. Al final, tendremos una obra creada colectivamente en la que se verá la contribución de todos y cada uno de ellos», subraya Zorrilla, coordinadora de los talleres, que en ocasiones están enmarcados en jornadas o eventos de empresa en los que hay programadas otras actividades más 'formales'. «La verdad es que la respuesta es muy buena, tanto por parte de las empresas y los 'coach' como por parte de los trabajadores. Un lienzo en blanco ya es de por sí todo un desafío, si además hacemos que quienes participan en la actividad lo hagan sorteando pequeñas dificultades o imprevistos y que, juntos, superen ese reto logramos que vean a los compañeros y a sí mismos con nuevos ojos, con una nueva ilusión», añade.

«Hay compañías grandes que tienen un funcionamiento muy complejo y que necesitan una manera de hacer que su plantilla vuelva a sentirse parte de un todo, pero también hay pymes que lo que quieren simplemente es proporcionar a sus trabajadores un rato de desconexión enseñándoles una actividad que puede ser muy relajante y que está al alcance de todo el mundo. La pintura además nos devuelve un poco a la infancia y eso siempre ayuda», explican las promotoras de Tú Pintas Mucho, quienes aseguran que «hay quien después se apunta a cursos porque aquí le descubrimos una afición, una manera de relajarse», añaden.

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