ITP ya piensa en el avión eléctrico

Alzola reflexionó en voz alta sobre lo que parece obvio. De momento parece imposible pensar que la tecnología eléctrica permita pensar en el despegue de un avión comercial de pasajeros de tamaño medio. La potencia que se necesita en ese momento es tan brutal que no hay alternativa a los motores de combustión. Pero, advirtió, «puede haber opciones híbridas que resultarían más factibles». En cualquier caso, aseguró que su empresa está «muy atenta» y que incluso ya ha puesto a un equipo a vigilar los desarrollos que existen por el mundo y cómo puede ITP buscarse un hueco en ese futuro. «Es algo que probablemente yo ya no veré en esta empresa, pero hay que prepararla para las futuras generaciones».

En la evolución del vehículo eléctrico está claro quién es el perdedor en el panorama industrial actual: aquel fabricante de componentes que esté muy ligado al motor de combustión. Las carrocerías se mantienen -con reducciones de peso, pero seguirán existiendo-; también los asientos o la decoración y equipamiento interior; lo mismo sucede con los neumáticos o los sistemas de suspensión o frenado. Pero el motor...., las bielas, el árbol de levas, los pistones e incluso el aceite lubricante... caminan hacia el abismo. Con un simple paralelismo, algo similar puede suceder con las empresas que están centradas en los motores de los aviones.

Lo cierto es que un simple vistazo por internet permite descubrir que algo se mueve también en la aviación eléctrica, con numerosos prototipos a escala o pruebas de motorización eléctrica en pequeñas aeronaves y para vuelos de apenas 15 minutos. Hay, incluso, algunos diseños conceptuales de aviones híbridos que despegarían con las turbinas convencionales para mantenerse posteriormente en vuelo con propulsión eléctrica y carga solar de las baterías.

Efectivamente no es para mañana pero...