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Borja López, José Polanco, Pedro Angulo, Vanesa Vadillo, Ángel Calzada y Clemente Uria. Blanca Castillo

Más del 80% de las personas con enfermedad mental está en paro

Es el colectivo con discapacidad con mayor tasa de desempleo, pese a que con el debido tratamiento «pueden llevar una vida perfectamente normal y, por tanto, lograr y mantener un empleo como culaquier otro trabajador»

iratxe bernal

Miércoles, 13 de noviembre 2019

Entre el 80 y el 85% de las personas con enfermedad mental está en paro. «Es el colectivo con discapacidad con mayor tasa de desempleo», como ayer destacó en la Cámara de Comercio de Álava Vanesa Vadillo, gerente de la Asociación Alavesa de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Asafes), en una jornada dedicada a la empleabilidad de estos pacientes organizada también por la Red de Salud Mental de Araba y la Asociación para la Investigación en Trastorno Mental Severo (Psisenda). El encuentro, que además contó con la colaboración del Gobierno vasco, la Diputación foral de Álava y la farmacéutica Janssen, recordó que Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social determina que las empresas (públicas y privadas) con cincuenta o más trabajadores tienen la obligación de que al menos un 2% de su plantilla esté formada por empleados con alguna minusvalía.

«Lo primero que echa para atrás a la hora de contratar es la desinformación sobre la enfermedad mental. Son pacientes que van a tener que seguir un tratamiento toda su vida pero muchas de ellas, con ese tratamiento estable, pueden llevar una vida perfectamente normal y, por tanto, lograr y mantener un empleo si se les libera del estigma que les rodea», señaló Vadillo. «La dificultad de acceso al mundo laboral es una de las más importantes desventajas sociales que sufren cuando, en la mayoría de los casos, estas personas desean encontrar un trabajo», coincidió Edorta Elizagárate, coordinador de Psisenda y jefe de Servicio del Hospital Psiquiátrico de Álava.

«Nosotros atendemos a personas con enfermedades mentales crónicas como la esquizofrenia, el trastorno bipolar o una depresión grave, que son las que tienen más difícil su inserción laboral. En los programas de apoyo al empleo visitamos empresas y realizamos esa tarea de sensibilización para erradicar toda esa serie de ideas preconcebidas, aunque también explicamos que son trabajadores que a veces necesitan apoyo por parte de la compañía porque en, algunas ocasiones, ellos mismos creen que no van a poder ocupar un puesto. Una vez que la empresa muestra su interés y encontramos al trabajador con el perfil más ajustado a sus necesidades no tiene por qué haber ningún problema para realizar una contratación que puede ser indefinida y además tanto empleado como empresa siempre van a tenernos ahí», insistió la gerente de Asafes.

Casos prácticos

«Como con cualquier otro trabajador, hay personas que no superan el período de prueba, pero por lo general las empresas están muy satisfechas con los empleados que han contratado a través de este tipo de programas», explicó Vadillo ante de representantes de cuatro de estas firmas: Dachser, RPK, FCC y Venticlima. «Cuando llegamos a Vitoria en 2005, Asafes nos plantea la posibilidad de colaborar y desde entonces tenemos trabajadores tanto eventuales como indefinidos», corroboró José Polanco, jefe de servicio de FCC. «Sólo en alguno de los casos puede ser necesario al inicio de la relación laboral un seguimiento especifico, que realizan tanto los técnicos de la asociación, que están siempre ahí, como nuestros mandos intermedios. Pero ya está; la empresa no tiene que hacer ningún otro esfuerzo y además, periódicamente, la asociación hace reuniones de seguimiento», subrayó. «Son personas que además muestran mucho interés, por lo que su incorporación es fácil», añadió Pedro Angulo, gerente de Venticlima. «Es más, cuando decimos que se integran en la plantilla como un trabajador más, quiero decir tienen las mismas posibilidades de ascender», subrayó.

Un poco menos, doce años, lleva colaborando con ellos Dachser. Su gerente, Ángel Calzada, no dudó en calificar la experiencia de «muy satisfactoria, tanto en cuanto al trabajo que realizan como a su integración en la plantilla». «Quizá las empresas tengamos que tener claro para qué trabajos podemos contar con estas personas, porque en algunos casos los puestos o procesos con demasiada presión pueden no ser los más adecuados para ellas. Pero todo es cuestión de asesorarse», insistió.

«En nuestro caso hace tres años surgió a necesidad de subcontratar algunos procesos y como ya veníamos colaborando con otras empresas que trabajan con personas discapacitadas pero no cubríamos el volumen de trabajo pensamos en recurrir a Asafes», explicó Borja López, responsable de Supply Chain de RPK. «Nuestro cliente es mayoritariamente la industria del automóvil, es decir la exigencia es plena. En el control de calidad hay que asegurarse de que la pieza se ajusta al 100% a lo que nos piden, y después cuando pasamos a embalar no hablamos sólo de colocar las piezas a granel en una caja, sino que también ahí hay que cumplir siempre con las especificaciones de cada uno de los clientes. Es un trabajo de responsabilidad», aclaró.

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