Subida de las bases máximas de cotización: ¿cómo me afecta?

Según el plan de recuperación remitido a Bruselas, el Gobierno espera aprobar a lo largo del año que viene los cambios más polémicos de la reforma de las pensiones para que entren en vigor en 2023. Entre estas modificaciones se encuentra el incremento de las bases máximas de cotización, que se implantará de forma gradual durante los siguientes treinta años.

Ese plazo de tres décadas es lo único concretado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que estima que la subida de las cotizaciones a los trabajadores que más ganan afectaría a cerca de un millón y medio de personas. Estas son las que a través de sus nóminas actualmente aportan 4.070 euros mensuales a la Seguridad Social, cifra en que está establecida para este año la base máxima y que se aplica a quienes cuyos ingresos brutos mensuales están por encima de esta cantidad. O lo que es lo mismo; a quienes ganan más de 48.841 euros brutos anuales.

Esto quiere decir que a partir de este nivel de ingresos no se cumple el principio de que a más ingresos mayores cotizaciones, ya que aportan lo mismo quienes ganen esos 48.841 euros que quienes ingresen, por ejemplo, 1000.000. Estos últimos sólo cotizarían por los primeros 48.841 euros; de los restantes 51.159 euros no aportarían nada a la Seguridad Social. Dicho de otra manera, la Administración ve mucho recorrido para recaudar más fuera del tope actualmente establecido, lo que convierte a los trabajadores con las nóminas más altas en un objetivo recurrente cuando toca buscar nuevas fuentes de financiación para el sistema público de pensiones.

De hecho, el destope planteado ahora por el Gobierno no es nuevo. Ya se propuso en 2018 y, como parece que sucederá ahora, fue rechazado por las organizaciones empresariales, ya que eliminar o liberar el límite de las cotizaciones máximas implica el aumento de los costes laborales. No hay que olvidar que, salvo en el caso de los autónomos, no se pueden escoger base de cotización sino que hay que ceñirse a lo que cada año se establece para el grupo profesional al que pertenezcamos. En cada grupo se marca una base mínima y otra máxima que se calculan en función del sueldo que se percibe. Así, el 28,30% de los salarios van destinados al pago de las cotizaciones por contingencias comunes (las destinadas a las pensiones) y de este total los trabajadores abonan un 4,7% y los empresarios el 23,6% restante.

El Gobierno no ha desvelado aún ni cuánto más cotizarán en 2023 las nóminas más altas ni cómo se las compensará llegada la jubilación y cómo se modificará la pensión máxima a que pueden aspirar. Hay que tener en cuenta que del mismo modo en que hay establecida una base de cotización máxima también existe un tope para la pensión pública que se puede pagar, actualmente situado en los 2.707,49 euros.