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¿Merece la pena bajar la potencia eléctrica?

¿Merece la pena bajar la potencia eléctrica?

La nueva legislación permite modificarla en múltiplos de 0,1, lo que aumenta la posibilidad de elección y reduce el riesgo de que 'salten los plomos'

jorge murcia

Domingo, 4 de noviembre 2018, 00:03

Muchos consumidores de electricidad no se atreven a bajar la potencia contratada por miedo a que resulte insuficiente para alimentar sus aparatos eléctricos. El inconveniente que supone que de vez en cuando se active el Interruptor de Control de Potencia (ICE) -es decir, que 'salten los plomos'- pesa aún más que el sobrecoste de pagar por un exceso de potencia que no se usa. Y eso que la reforma del sector aplicada por el Gobierno del Partido Popular en 2013 prácticamente duplicó el precio del término fijo de la factura eléctrica, ese que se paga en función de los kilovatios de potencia contratada. Y como sólo se podía modificar por tramos de 1,15 kilovatios (Kw), no eran muchos los que se arriesgaban a bajarla para ahorrarse unos euros al mes. Pero la situación ya no es la misma.

¿Cuáles eran las potencias que podían contratar los clientes domésticos?

Hace menos de dos años, el Gobierno decidió normalizar las potencias contratadas por los usuarios de las tarifas 2.0 (los domésticos, hasta 10 kw) y 2.1 (entre 10 y 15 Kw) para adaptarlas al nuevo voltaje de la red, que pasaba de los 220 voltios a los 230. Así, cuando alguien solicitaba un aumento de potencia o quería cambiar de tarifa, se aprovechaba para normalizar las antiguas. Los nuevos tramos de las instalaciones monofásicas (las habituales de los hogares, con un único circuito de distribución de la potencia) partían de los 3,45 Kw y escalaban por tramos de 1,15 Kw hasta los 9,2 Kw.

¿Y ahora?

La situación ha cambiado desde el pasado 5 de octubre, fecha de entrada en vigor del Real Decreto-ley 15/2018. Esta normativa -que incluye otras muchas medidas del sector eléctrico- ofrece la posibilidad de modificar la potencia en múltiplos de 0,1 Kw. La mayoría de las grandes distribuidoras ya se han adaptado a la nueva normativa y permiten hacerlo.

¿Cómo hacer el cambio?

El consumidor, independientemente de la comercializadora con la que tenga contratado el suministro, debe dirigirse a la distribuidora de referencia de la zona en la que vive. En el caso de Euskadi es Iberdrola la propietaria de las redes eléctricas y los contadores. La compañía tiene habilitados varios canales donde realizar este trámite: en sus Puntos de Atención, en el teléfono 900225235 o en Mi Área de Cliente en www.iberdrola.es.

¿Todos los consumidores pueden solicitarlo?

No. Las distribuidoras están ofreciendo esa posibilidad a los clientes con una potencia contratada no superior a los 15 Kw, y que tengan un contador inteligente efectivamente integrado en el sistema y telegestionado. En Euskadi son la gran mayoría, más del 90%.

¿Qué coste tiene?

El coste asociado al cambio de potencia está regulado por normativa. Se baje o se suba, hay que pagar 9,04 euros +IVA en concepto de derechos de enganche. En el caso de las subidas se han de afrontar otros dos costes: uno, por derechos de extensión (17,37 euros/Kw+IVA) y otro asociado a los derechos de acceso (19,40 euros/Kw+IVA).

¿Puedo cambiarla las veces que quiera?

La distribuidora sólo está obligada a efectuar un cambio de potencia al año. Si un consumidor baja la potencia y ésta es insuficiente, el nuevo cambio le puede suponer un importante sobrecoste. A todo ello se le pueden sumar los gastos del boletín eléctrico, que es el documento que acredita que la instalación está en buen estado. La distribuidora lo requerirá en varios supuestos: cuando hayan pasado más de 20 años desde su última actualización; cuando la potencia solicitada es mayor de la que marca el boletín; si se lleva a cabo un cambio de tensión; o si se solicita un cambio de potencia para un domicilio nuevo que nunca antes ha sido ocupado. A la hora de conseguir un nuevo boletín hay que contratar a un técnico autorizado. El coste es muy variable (generalmente, entre 50 y 200 euros), por lo que se recomienda consultar a más de uno.

¿Qué ahorro me puede suponer?

El ahorro se logra en el término fijo de la factura. Los consumidores domésticos pagan aproximadamente (varía en función de si la tarifa es regulada o del mercado libre) 41 euros por kilovatio al año. Esa cantidad -dividida entre 365 días que tiene el año – se multiplica por la potencia contratada y los días de facturación. Y de ahí sale lo que tenemos que pagar por término fijo en la factura que recibimos cada mes, independientemente de los kilovatios consumidos. Entonces, cuanto menor sea esa potencia de la que disponemos, más reducida será esa parte del recibo. Además, eso supone que la base imponible sobre la que se aplican los impuestos (el Impuesto a la Electricidad y el IVA) sea menor y, por tanto, la factura final algo menos onerosa.

¿Cómo puedo saber si mi potencia es la adecuada?

Hay una máxima que dice: «Si nunca se te han saltado los plomos, es que tienes más que la que necesitas». Pero… ¿cuánta me sobra?¿hasta cuánto puedo bajarla? La potencia adecuada para cada domicilio varía en función del número de personas que habitan en él, su equipamiento eléctrico y de si se utiliza o no algún otro tipo de suministro energético (por ejemplo, gas natural). Para calcular la que necesitamos existen, básicamente, tres opciones, puesto que la compañía eléctrica no nos va a facilitar el pico de potencia al que hemos llegado en determinado periodo. En primer lugar, se puede pedir a un experto el estudio de la instalación y del consumo energético para que calcule la potencia recomendada. El coste dependerá de los honorarios del electricista en cuestión.

También se puede usar una de las muchas calculadoras disponibles en internet, como las que ofrecen en sus páginas web la mayoría de las compañías eléctricas. Eso sí, el usuario deberá rellenar determinados datos sobre el suministro. Por último, se puede calcular manualmente sumando los kilovatios de potencia necesarios para el funcionamiento de cada electrodoméstico de los que se usan habitualmente a la vez.

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