Por qué leer 'Lo que mueve el mundo'

'Lo que mueve el mundo' es una novela que arranca en mayo de 1937, tras el bombardeo de Gernika por la Legión Condor alemana durante la Guerra Civil. En aquel momento, miles de niños vascos, para poder tener un futuro, tuvieron que dejar su hogar, su familia y su único entorno conocido y salir desde el puerto de Santurtzi en el transatlántico Habana rumbo al exilio que cambiaría radicalmente su vida.

'Lo que mueve el mundo' se sitúa entre la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial y llega hasta nuestros días. Trata esencialmente sobre la amistad y el amor. La novela gira en torno a la vida de un idealista que se llama Robert Mussche y su amigo Herman. El relato arranca precisamente con la llegada de Karmentxu, la niña exiliada desde Bilbao, cuando la acoge en su casa de Gante en Bélgica.

Me gusta especialmente cuando en un momento de la novela, Robert le pregunta a su amigo acerca de lo que él cree que mueve el mundo. Herman, que es una persona muy vitalista, afirma que son tres las posibilidades: la primera tiene que ver con lo que decía Nietzsche, que era el poder y la capacidad de mandar; la segunda, como decía Marx, se centra en el dinero y la capacidad que otorga de poder acceder a todo lo que uno desea; y por último, la tercera opción era lo que decía Freud que movía el mundo: el amor. Robert le contesta a su amigo que para él lo que mueve el mundo es el amor.

Seguramente no habrá una única respuesta ante esta pregunta. Pero si yo tuviera que elegir alguna, sería claramente la pasión o el universo cercano a ella. Pasión por vivir y hacer las cosas de forma intensa, vital y sobre todo personal. Pasión como capacidad de hacer todo lo posible y de hacer que incluso las cosas imposibles sean posibles y sobre todo, sucedan en un mundo donde cada vez más tenemos que provocar para seguir moviéndonos en la dirección que buscamos.

En un momento actual donde la velocidad del cambio es terrible y donde las nuevas tecnologías y la competencia nos hacen sentir vértigo, la pasión es un elemento diferencial para impulsar y sacar adelante aquellos retos en lo que nos involucramos.