El viernes también es el Green Friday

Estos días los escaparates y anuncios publicitan a bombo y platillo las ofertas que casi todas las tiendas ofrecen durante el Black Friday, una campaña que cuenta con un montón de adeptos pero que también tiene sus detractores. Hay comercios que se niegan a participar en una campaña que sólo beneficia a las grandes cadenas y otros que, en cierto modo, la emplean para concienciar al público sobre la importancia del consumo responsable. Desde 2015, la Unión Eruopea anima junto a ECODES, WWF y Ecoserveis a los establecimientos a celebrar el Green Friday, es decir, a teñir de verde sostenible un viernes negro de compras probablemente compulsivas.

«Cada día votamos qué clase de sociedad queremos», proclama vehemente Izaskun Marín, responsable de las tiendas de comercio justo de Oxfam Intermon en la zona norte. Quien entre hoy en cualquiera de los 34 establecimientos de la ONG encontrará los mismos productos y al mismo precio que ayer o la semana que viene. «No es que no nos guste vender. De hecho, lanzamos nuestras promociones cuando hacemos por ejemplo algún lanzamiento y entendemos que se hagan descuentos en los períodos clásicos de rebajas, cuando hay que liberar el stock sóbrate de la campaña. Pero lo que no podemos es apoyar una campaña que llega a España sin el contexto en que se creó en Estados Unidos y que básicamente nos anima a comprar un abrigo cuando ya tenemos dos o tres», subraya.

Claro que hay quien estudia muy bien cada promoción y aprovecha únicamente aquellas que realmente le permiten comprar a mejor precio algo que realmente necesita, pero, lamenta Marín, no es el caso más habitual. «La campañas de marketing son tremendas y nos llevan a comprar por comprar. Lo que nosotros, como promotores del comercio justo, y otras organizaciones que participan en esta iniciativa es proponemos es pensar antes de comprar. Pensar si realmente se necesita algo, pensar si puedes donar algo de tu armario o aprovechar algo que te dé algún familiar o amigo porque él ya no lo use», dice.

«Sabemos que es difícil llamar la atención sobre otro tipo de consumo un día como hoy, con reclamos por todas partes, pero tenemos que ir poniendo semillitas para que poco a poco los consumidores seamos cada vez más conscientes de las repercusiones de nuestras compras, para que nos interesemos por saber dónde y en qué condiciones se ha producido lo que consumimos. Millones de personas en los países en desarrollo viven la agricultura o fabricación de productos que se van a consumir en mercados desarrollados y, lamentablemente, eso muchas veces significa que son explotados. Tenemos que ser conscientes de esas cosas, porque tenemos mucho poder para cambiar las cosas sí realmente nos los proponemos».

Marín también quiere aprovechar la fecha para alertar sobre el uso, si no fraudulento sí demasiado alegre, que algunas marcas hacen de términos relacionados con la sostenibilidad. «Las grandes firmas ya se han dado cuenta que hay un nicho de mercado en lo sostenible. e intentan atraer a esa clientela. Un producto en concreto puede ser de materiales reciclados, pero eso no significa que toda la cadena sea medioambientalmente responsable y que este hecho protegiendo los derechos de las personas trabajadoras. Prestemos atención, el marketing nos puede confundir. A veces crees que estás comprando una camiseta hecha con algodón ecológico y al comprobar la etiqueta te das cuenta de que sólo un 2% es ecológico. Otras ves como marcas se suman a campañas de sensibilización con otras causas sin ser realmente consecuentes en su día a día con esas causas, sólo porque ven un nicho de negocio. Como consumidores tenemos la capacidad de mostrar nuestro rechazo a esas cosas y debemos hacerlo».

No es igual si compro en una multinacional que manda su dinero a un paraíso fiscal e invierte ese dinero en banca armada que si compro en una empresa socialmente responsable y de inserción social del mercado social de Euskadi que apuesta por banca ética como Fiare, Oikocredit, Triodos… , en un pequeño comercio local de una ciudad como Bilbao de CIB (comercios innovadores de Bilbao), en una ong como Oxfam Intermon u otras de las coordinadoras de ongds local de comercio justo como Kidenda, Adsis, Adeco, Proclade Yanapay, Fundación Vicente Ferrer, Setem…o en empresas que apuestan por el comercio justo como SKFK, o entidades como Koopera de reciclaje de ropa. Este fin de semana pasado hemos estado en Fashion kultur Bilbao las nuevas generaciones de diseñadores/as ya piensan en hacer las cosas de otra manera. Necesitamos que los valores positivos no sean una entelequía sino que nos permeen como el sirimiri.