«La especulación es el cáncer de las criptomonedas»
José Manuel Torres - Formador en criptomonedas ·
El emprendedor venezolano afincado en Euskadi analiza en un libro el funcionamiento de los bitcoins y el resto de divisas virtualesLas criptomonedas aún están asociadas en buena medida a la especulación, a un puñado de visionarios que sólo aspira a enriquecerse comprando y vendiendo bitcoins. Visión que constituye un auténtico «cáncer» para un mundo, el del dinero virtual, que más pronto que tarde dominará las finanzas y la economía mundial. Así lo cree José Manuel Torres, emprendedor venezolano afincado desde 2003 en Euskadi. Torres es el fundador y CEO de una asesoría de empresas (Planifica tu Éxito) pero los últimos años de su vida los ha empleado en conocer a fondo el mundo de las criptomonedas. Una inmersión intensiva que le ha llevado a abrir la escuela www.formacionencriptomonedas.com y a publicar el libro 'Criptomonedas. Qué son, cómo utilizarlas y por qué van a cambiar el mundo' (Gestión 2000)
-¿Cuáles son las principales características de las criptomonedas?
-El sistema financiero está centralizado. Es decir, las personas que tienen dinero en el banco, ese dinero es suyo, pero no tienen su control. En 2008, con el colapso de Lehman Brothers, hubo un grupo de programadores anónimos bajo el nombre de Satoshi Nakamoto que crearon el bitcoin. Tiene componentes tecnológicos y económicos que hacen que su comportamiento sea el que debería de haber tenido el dinero. Y me refiero a que es dinero efectivo digital de persona a persona. Segundo, es finito. Hay 21 millones de bitcoin, aunque se puede dividir en ocho decimales. No es una unidad. Tiene un proceso que se llama 'halving': cada vez quedan menos bitcoins, y esa escasez hace que cada vez haya menos oferta, más demanda. Eso hace que gane valor.
-Ya pero, ¿para qué sirven?
-Para que las personas envíen dinero de manera digital de una a otra sin necesidad de usar un intermediario. Hace unos pocos días la Reserva Federal acaba de imprimir 200 billones de dólares y los ha metido en los bancos. Es el equivalente a todos los bitcoins que hay en el planeta. Entonces el sistema financiero está en peligro, porque la probabilidad de que haya una debacle financiera del dinero centralizado es enorme. Yo funciono con un pie en el dinero 'normal' y otro pie en la criptomoneda. Y es una irresponsabilidad no hacerlo. Porque si cierran los bancos españoles yo podría vivir con las criptomonedas.
-¿Se podrían cambiar por moneda de curso legal?
-Hoy día en muchos países del mundo, en vez de acudir a una casa de cambio, se pueden identificar puntos de bitcoin y cambiarlos por moneda de curso legal. Hay ya un sistema financiero en funcionamiento mediante el cual las personas saben en cada país dónde encontrar bitcoins y monedas comunes. Las criptomonedas funcionan en todos los países del mundo.
-¿Y por qué afirma que van a cambiar el mundo las criptomonedas?¿Es una tendencia imparable o cree que hay demasiados obstáculos externos?
-Las criptomonedas tienen muchas ventajas para la sociedad, pero muchos peligros para los que controlan el poder. Con internet mucha gente inteligente se ha conectado en el mundo. Yo cada vez creo menos en los países. El concepto de país va a desaparecer. Bitcoin no es de ningún país. Si los bancos y los gobiernos intentan frenar las criptomonedas, estarían frenando la innovación. Iremos a un mundo peor. En mi opinión, España está un poco mirando a ver qué se hace con las criptomonedas. Portugal no cobra impuestos a la gente que quiera llevar sus fondos ahí. Y todos los programadores de blockchain de España, gente emprendedora con mucho talento, se están yendo a Portugal. Los países que regulen expulsarán el talento y los fondos. Piensa lo que está pasando en Estados Unidos. Siempre ha liderado la tecnología, y por primera vez en la historia, no está liderando nada.
-La CNMV alerta de forma más o menos frecuente de chiringuitos financieros: proyectos ligados a las criptomonedas que no son limpios. Y el Banco de España ha advertido a los bancos sobre los riesgos que presentan las criptomonedas estables. Las alarmas son casi continuas.
-Imagínate que quieres aprender sobre nutrición y cómo seguir una dieta equilibrada. Estás barajando la opción del veganismo. Si le preguntas por eso al charcutero, ¿qué crees que te va a decir? Hay que preguntar a una nutricionista, cuyo negocio no está comprometido. La CNMV protege a los inversores para que no caigan en estafas. Y para ello procura que la gente no haga nada que no esté regulado. Pero la tecnología al principio no suele estar regulada. Desafortunadamente la cantidad de estafas piramidales que se utilizan en las criptomonedas es enorme. Pero es como el ejercicio del cuchillo: con el puedo matar a alguien o hacer 'sushi'. El problema no son las criptomonedas, sino los estafadores, que ya estaban aquí antes que ellas. Yo con mi libro no quiero que la gente esté de acuerdo con todo lo que digo. Que escuchen todo lo que dicen los reguladores, los bancos, los expertos, los entusiastas de las criptomonedas, y a partir de ahí se creen su propia opinión.
-De todas formas, el dinero 'normal' está respaldado por la confianza del poseedor, pero hay alguien al mando, en Europa el BCE; una institución con despachos y con una persona, más o menos confiable, al frente. En el mundo de las criptomonedas no. Y es difícil derribar esas reticencias.
-El mundo de las monedas se divide ahora mismo en Ahora mismo en las monedas hay el dinero Fiat (el 'normal', con valor fiduciario), y las criptomonedas. Pero el futuro va a ir poco a poco hacia el dinero digital. Sólo uno. Los bancos y los gobiernos están obligados a hacer criptomonedas, pero oficiales. Porque el dinero ahora es infinito. Si trabajas con el sudor de tu frente para ganar dinero, y resulta que yo tengo una máquina que lo imprime, no es justo. Esa economía es artificial, luego en algún momento los países van a tener que dejar de fabricar dinero de la nada. Porque está basado en la confianza. ¿Pero de quién? Del Banco Central Europeo. Estamos confiando en un mal gestor. Pero cuando tú y yo funcionamos bien, no hace falta ninguno.
-¿Entonces...?
-Los países empezarán a lanzar series de criptomonedas finitas, oficiales, de curso legal. Pero los emprendedores van a seguir fabricando criptomonedas no reguladas. Va a ser como economía sumergida. Y el mundo al que vamos es a uno en el que coexistan ambas criptomonedas. Cuando compres una casa con, por así decirlo, 'criptoeuros', tendrás que pagar un euríbor 'X'. Y si utilizas criptomonedas no reguladas tal vez las condiciones, la fiscalidad será más dura, el IVA será más alto. Es decir, motivarán a la gente a usar criptomonedas oficiales. Pero recuerda que vivimos en un mundo conectado y las personas tienen la posibilidad de usar sus criptomonedas.
-Cuando hablamos de criptomonedas se nos viene a la cabeza el bitcoin. Pero hay muchas más. Y no todas funcionan igual. Eso lo viene a complicar todo un poco más.
-Cuando nació internet estaba Terra, Messenger, Hotmail, etc.. y después salieron muchísimas empresas. Sobrevivieron poquitas. Las fuertes, como Google o Facebook llegaron 10 o 20 años más tarde. Ahora pasa lo mismo. Bitcoin llegó primero. Hay 3.000 criptomonedas en el mercado, lo que es una auténtica locura. Y tienen muchas y diferentes funciones. Unas relacionadas con pagos, y otras con cosas distintas. Hay pocos proyectos que se consolidarán en el futuro, pero los grandes proyectos de criptomonedas todavía ni siquiera existen. No han llegado los 'Facebook' o 'Apple'.
-¿Tiene alguna ventaja en particular el bitcoin sobre las altcoins?
-Sí, una muy importante, y es que bitcoin no tiene CEO, no tiene presidente. No hay un número de teléfono, no pertenece a nadie. Ahora mismo la aplicación Telegram va a lanzar su criptomoneda, Facebook también. Pero el gobierno norteamericano ya le ha llamado a Mark Zuckerberg a modo de advertencia. Podrán parar las criptomonedas que tengan dueño, pero no a las otras. Esa es la mayor fuerza de bitcoin, que es anónimo y descentralizado. Es un mundo rápido, dinámico, totalmente desorganizado, no regulado. Pero muy apasionante.
-Usted dice que la principal diferencia de las criptomonedas respecto a las monedas convencionales está en la libertad que proponen. ¿Cuál es, a su juicio, la principal servidumbre de las criptomonedas. si reverso negativo?
-No sabría qué decir. Cuando uno recibe transferencias internacionales, el banco muchas veces le llama preguntando de dónde viene ese dinero. O cuando las hace, le preguntan para qué son. ¡Es de locos! Es mi dinero, puedo hacer lo que quiera, siempre y cuando lo declare. No le encuentro parte negativa a las criptomonedas. No la tiene. ¿Qué de negativo hay en internet?
-Su mala utilización.
-Sí, pero yo puedo atropellar a alguien con un coche. Pero es cosa de su mala utilización.
-¿Qué está pasando con Libra, la criptomoneda de Facebook? En principio ha recibido un rechazo generalizado.
-Está pasando algo apasionante. Ikea hace muebles, Amazon es un centro logístico y Apple fabrica teléfonos. Pero nunca nadie ha hecho dinero. Las tecnológicas, que son las dueñas de todas las bases de datos del mundo, quieren hacerlo. ¿Qué pasa entonces con el BCE, con la Reserva Federal, con el Banco Central chino? Estamos en un momento de la humanidad en el que vamos a ver cosas increíbles. Puedes hacer ropa, productos, servicios, pero no dinero. Ahora Facebook, con la tecnología de las criptomonedas, puede hacerlo, y Telegram también. El dinero es poder, y se está descentralizando. Las criptomonedas dan libertad económica, hacen que el dinero fluya.
-En el libro explica el funcionamiento y las utilidades de las criptomonedas a través de distintos perfiles de usuarios. Cada protagonista tiene una motivación. A uno de ellos le interesa su capacidad de especulación. ¿Es un perfil mayoritario hoy en día?
-Yo no quería escribir un manual, sino contar una historia en la que se vea que en este mundo va a haber muchas motivaciones diferentes. El perfil que más abunda es el que compró criptomonedas y se quiere hacer millonario haciendo nada. Y lamentablemente es un cáncer. Gente que espera a que la moneda suba para comprarse un Lanborghini. Es la mayoría. Pero la cantidad de emprendedores que están creando empresas basadas en la blockchain es impresionante.
-¿De qué tipo?
-Los abogados ahora están intentando reciclarse, porque hay una cosa ligada con la blockchain que se llama contratos inteligentes; los médicos también porque los historiales médicos van a estar en blockchain; las elecciones de los países; el internet de las cosas... En el libro hablo de un perfil, el del especulador que sólo quiere ganar más dinero, y es el más común. Pero también hablo de una ciudadana venezolana que ha visto cómo se devaluaban todos sus ahorros, o de un empresario al que los bancos, en vez de ayudarle, le han perjudicado. Si vieras la cantidad de empresarios que hay financiándose con criptomonedas, haciendo negocios millonarios fuera del sistema financiero... La cantidad de empleo que se va a generar en torno a las criptomonedas y la blockchain es desorbitada. El dinero en los últimos 5.000 años no ha cambiado. Ahora estamos ante una evolución, y eso se dejará notar en todos los sectores del mundo porque todos manejan dinero.
-¿Se podrá comprar un kilo de merluza con bitcoins?¿Cuándo?
-Hoy mismo. Existen tarjetas Visa que se pueden cargar con bitcoins y pagar en los establecimientos. Puedes ir a un cajero y sacar dinero de bitcoins y sacar efectivo. Puedes vender bitcoins en un Exchange, que te hace una transferencia bancaria. Es una divisa. Es como si me preguntas cómo puedo pagar un kilo de merluza con oro. Pues el día en que se puedan meter gramos de oro en una Visa. Es la gran ventaja del bitcoin sobre el oro. Éste no es divisible, y no tiene portabilidad. El bitcoin sí.
-¿Sale más a cuenta comprar criptomonedas o minarlas? Imagino que esto último no está en la mano de cualquiera.
-Es como la minería del oro. Hace muchos años tú podías ir al río para encontrar oro. Pero en el momento en el que llegan las grandes empresas, con palas, con tractores, con empleados, te quitan el mercado. Con el bitcoin pasa lo mismo. En 2009 con un ordenador era posible 'encontrar' bitcoins. Pero ahora mismo la única manera de minar bitboins es con 'pools' de minería: millones de máquinas conectadas. Está en manos de seis u ocho grandes grupos.