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Elon Musk: así gasta su fortuna el hombre más rico del mundo

Con un patrimonio de unos 270.000 millones de euros, Musk apenas se permite grandes caprichos. El último, un jet privado de casi 80 millones de euros que estrenará en 2023

jorge murcia

Miércoles, 12 de octubre 2022, 00:08

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Porque si algo no se puede decir de Musk -y da para hablar un buen rato- es que sea aburrido. Al menos en su faceta empresarial, que ocupa prácticamente todo su espacio vital. ¿Qué otro gran empresario con dinero por castigo vive a veces «por debajo del umbral de la pobreza»? Eso es lo que aseguraba recientemente su actual pareja, la cantante canadiense Grimes.

Musk, nacido hace 51 años en Pretoris (Sudáfrica), es poseedor de la mayor fortuna del mundo: aproximadamente 270.000 millones de dólares, según el índice Bloomberg y la revista especializada en millonarios Forbes. Dinero que el común de los mortales no podría dilapidar en varias vidas, por mucho empeño que quisiera. Tampoco lo hace Musk, en parte porque necesita un tiempo del que no dispone. O, mejor dicho, no está dispuesto a disponer.

Nadie conoce dispendios en lujosas vacaciones, ni en aficiones extravagantes. Según ha confesado él mismo, cuando finaliza su jornada laboral -cuyas fronteras son tan extensas como difusas- disfruta escuchando música, leyendo libro o jugando a algún videojuego. «Pasar tiempo con los niños, ver a los amigos. Cosas normales», revela.

Horas de trabajo nocturno

Y eso que Musk admite haber dedicado «muchas horas» de la noche a trabajar en la megafábrica de Tesla -empresa de coches eléctricos de la que es fundador y presidente- introduciendo modificaciones en el software del Model 3. Hace tres años, antes de su 48 cumpleaños, dijo que pensaba celebrar el aniversario en el trabajo, tratando de idear mejoras en la logística de la empresa.

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En el año 2015, ya con una dilatada trayectoria empresarial a sus espaldas, aseguraba que sólo había disfrutado de dos semanas de vacaciones desde que fundara una de sus compañías, SpaceX, doce años antes. Pese a todo, confesaba ser «un buen padre» que llevaba «todos los años» de acampada a los cinco hijos que tenía por aquella época.

Tres años más tarde, en 2018, aseguró a 'The New York Times' que su jornada laboral alcanzaba ya las 120 horas semanales, con momentos «en los que no salí de la fábrica durante 3 o 4 días». Semejante frugalidad no le ha impedido hacer puntuales dispendios: en 2013 pagó más de 900.000 dólares en unas subasta por un coche -el Lotus Sprit Submarine- utilizado en una película de James Bond.

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Pasión por los coches y aviones

Se puede decir que la movilidad es el motor de sus pasiones. El último gran lujo conocido que se ha permitido en los últimos tiempos es comprar otro medio de transporte, éste mucho más sofisticado. Se trata del Gulfstream G650ER, un jet privado de lujo que adquirió hace ya seis años.

La nave tiene más de 30 metros de largo, con capacidad para transportar hasta 19 pasajeros -además de los dos pilotos- en su cabina. El avión cuenta, entre otros compartimentos, con una cocina ultramoderna, una sala de estar decorado con asientos de cuero claro y muebles de madera, y un amplio baño con todo lujo de detalles.

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En la actualidad invierte en un jet más moderno todavía, el Gulfstream G700 que se le entregará, si no fallan los plazos, a principios del año que viene. Será una nave que, se estima, costará casi 80 millones de dólares. Capaz de volar casi 14.000 kilómetros si repostar combustible. Con una cabina de vuelo repleta de pantallas táctiles intuitivas, y otras virguerías tales como un sistema de iluminación circadiana para reducir los efectos del jet lag.

Pero los desembolsos que Musk ha realizado en la compra de estos aviones tienen truco: no obedecen a un capricho de millonario sino, tal y cómo él mismo ha admitido, a la necesidad de acortar tiempo en los viajes y disponer así de más tiempo… para trabajar.

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El culebrón de Twitter

Se puede decir sin temor a faltar a la verdad que su gran capricho es crear o comprar empresas. El último no es cosa menor: tras un largo culebrón, con demandas judiciales por medio, Musk desembolsará 44.000 millones de dólares para hacerse con Twitter, con la que pretende garantizar «una auténtica libertad de expresión» para la red social.

Con todo, asegura que la compra de Twitter es «un acelerante» para crear X, como ha bautizado al megaproyecto en el que trabaja. Se trata de una 'app' capaz de agregar un sinfín de aplicaciones menores con las que informarse, realizar pagos, acceder a multitud de servicios o hacer compras.

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Sería una más de las muchas empresas que ha ideado: además de Tesla, destaca SpaceX. Musk es fundador y diseñador principal de esta compañía, que supervisa el desarrollo de cohetes y naves espaciales para las misiones en la órbita de la Tierra y en otros planetas. Ahora está desarrollando el Starship, un sistema de transporte reutilizable que llevará tripulaciones y cargamentos a la Luna, Marte, y a donde se tercie.

Otra firma en la que trabaja es Starlink, con la que pretende ofrecer internet con un ancho de banda de alta velocidad a lugares con acceso poco fiable o caro, o sin acceso. Musk también es el director general de Neuralink, que desarrolla interfaces cerebro-máquina de ancho de banda ultraelevado para conectar el cerebro humano a los ordenadores.

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Un amplio abanico de proyectos en los Musk ha reinvertido buena parte de los beneficios obtenidos de sus acciones en Tesla. La vida del emprendedor sudafricano consiste desde hace mucho tiempo en ganar cantidades indecentes de dinero que gastar en el que en realidad es su único capricho: crear nuevas súperempresas.

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