Elecciones, Patrimonio y el temor de algunos 'emigrantes' vascos
Econfidencial ·
Las próximas elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid van a ser decisivas en el terreno fiscal, el de los impuestos, e incluso su ... onda expansiva puede afectar al País Vasco. ¿La clave? El Impuesto de Patrimonio, un tributo en el que las comunidades autónomas tienen un amplio margen de maniobra. Tanto margen que Madrid decidió hace ya bastantes años aplicar una deducción del 100%, lo que obliga a los contribuyentes que se ven afectados por este impuesto a hacer la declaración, pero como una mera cuestión informativa. Siempre les da «cero» a pagar. Madrid es, en la actualidad, la única comunidad autónoma que aplica semejante gracia, lo que ha contribuido a hacer que sea un territorio amable, muy acogedor, para las fortunas grandes, medianas e incluso para las pequeñas.
Las dudas del momento son lógicas. Tras el resultado de las pasadas Elecciones Generales, con la debacle del PP y la victoria en esa comunidad del Partido Socialista -Ciudadanos fue la segunda fuerza- nadie se atreve a pronosticar de qué lado caerá el Gobierno autonómico. La lógica invita a pensar que si la izquierda puede conformar una mayoría, la restauración del Impuesto de Patrimonio será un hecho casi inmediato. De ahí que haya sudores fríos en algunos miles de contribuyentes madrileños.
Pero también hay sudor frío en algunos «emigrantes» de patrimonios elevados. Entre las grandes fortunas vascas se han sucedido varios trasvases hacia la capital del Reino a lo largo de las últimas décadas. El más importante fue el que forzó la banda terrorista ETA con su extorsión sobre muchos empresarios, que decidieron hacer la mudanza y ya no han vuelto. Una desgracia -además de la que supuso para los afectados en el terreno personal-, que se nota en la pérdida de peso financiero en la comunidad autónoma. Pero en los últimos años ha habido también un goteo de 'deslocalizaciones personales' de grandes patrimonios, hartos de abonar en el País Vasco una factura tributaria realmente elevada. La suma de IRPF y Patrimonio, en Euskadi, puede llegar a suponer el 65% de la renta anual total de un contribuyente. En Madrid, esa factura anual no pasa en ningún caso del 43,5%. Y hablar de 21,5 puntos de diferencia en la contribución a Hacienda cuando el colectivo implicado tiene, en la mayor parte de los casos, ingresos anuales importantes, supone referirse a cantidades de dinero no menos sustanciosas. El 21,5% de mucho, es mucho.
Y no hay que buscarle muchas razones ideológicas a este éxodo de grandes patrimonios en los últimos años. Es una cuestión simple de rentabilidad económica. Para ellos, vivir en Madrid es mucho más barato que hacerlo en el País Vasco. Y tampoco ha sido un fenómeno exclusivo de contribuyentes guipuzcoanos, que durante algunos años fueron empujados a marcharse por una normativa del Impuesto de Patrimonio extraordinariamente dura, aprobada por el Partido Socialista y EH Bildu. Entre las 'fugas' más destacadas en los tres últimos años, por estrictas razones fiscales, figura la de un conocido alto directivo de empresas que tenía su residencia en Bizkaia -no empresario, directivo-, que siempre ha alardeado y no ha ocultado su ideología nacionalista. Puestos a elegir entre ideología e impuestos.... Bueno, ahora, a sudar frío.
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