Digital, flexible y polivalente: el trabajo después del coronavirus
El exministro Manuel Pimentel y la filósofa Pilar Llácer creen que la pandemia «acelerará dinámicas previas» como la digitalización o el diseño de un nuevo marco de relaciones laborales
El coronavirus cambiará muchos aspectos de nuestras vidas y acelerará otras dinámicas que ya estaban en marcha antes de su llegada. Es lo que pasará con el trabajo, que ahondará en el proceso de digitalización, flexibilidad y polivalencia iniciado hace ya un tiempo. La crisis actual, de la que sólo se saldrá «trabajando más y mejor» impulsará además la creación de un nuevo marco de relaciones laborales que sustituya a un Estatuto de los Trabajadores que «ya no sirve». Es el diagnóstico de Manuel Pimentel, exministro de exministro de Trabajo, escritor y 'of counsel' de Baker MacKenzie, y de Pilar Llácer, profesora investigadora sobre futuro del trabajo en EAE Business School. Ambos disertaron sobre la nueva realidad del empleo tras la crisis actual en un seminario web organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).
El «pasmo» inicial provocado por la pandemia -«he visto a directivos bloqueados», dicen Pimentel- tiene que dar paso a «la acción» para resolver asuntos como los ERTE, la tesorería o los cobros de las empresas. Pero, más allá de estas cuestiones de intendencia sobrevenida, «hay que tener una visión estratégica. No se trata sólo de superar esta crisis sino de dejar preparada a la empresa para las circunstancias que nos vamos a encontrar», cree el exministro.
Ese nuevo escenario estará marcado en primer lugar por un aumento del paro que provocará «sangre, sudor y lágrimas». Además, por las características estructurales de su economía -con un mayor peso del turismo- España «lo va a pasar peor que otros países». Por eso Pimentel cree que no hay sitio para «la lírica. Nos gustan las palabras dulces, pero vamos a entrar en una etapa dura» en la que se deberá revalorizar el concepto de «esfuerzo».
Pilar Llácer, filósofa y escritora, cree que los nuevos tiempos van a hacer honor al título de su libro más conocido, 'Te van a despedir y lo sabes'. «Puede ser un mensaje que asusta, pero lo comparo con alguien que ha cogido peso en esta cuarentena y no quiere pesarse: ante una certeza de pérdida de puestos de trabajo, tenemos que perder el miedo a pesarnos, tomar las riendas y ser conscientes de que nuestro trabajo puede desaparecer por distintos motivos», se sincera.
Digitalización y teletrabajo
Por eso insta a asumir la «certeza» de que «nos tenemos que preparar ante un nuevo mercado de trabajo que no conocemos». Una tendencia que avanza imparable es la digitalización, «que no consiste sólo en poner un 'powepoint' y hacer reuniones con 'zoom'. Significa digitalizar muchos negocios, y acostumbrarnos a trabajar en remoto». El teletrabajo, otra realidad sobrevenida por el confinamiento, obligará a muchas empresas a «personalizar» esa forma de trabajo porque hay empleos que sólo se pueden desempeñar físicamente. Labores que se verán amenazadas, sostiene Llácer, por la automatización de tareas.
La profesora y filósofa señala también un concepto que cotizará muy alto en los próximos tiempos, como es el de la «empleabilidad sostenible». Es decir, «contar con todos los conocimientos y habilidades para que, independientemente de los ciclos económicos y la situación del empleo, seamos atractivos para las empresas». Llácer está convencida de que han quedado atrás los tiempos en que se valoraba por encima de otras cuestiones «la especialización». «Ahora se necesitan saber muchas cosas de forma distinta, porque nos abre una ventana a más oportunidades de empleo», dice.
Marco normativo obsoleto
Sin embargo, tanto Llácer como Pimentel advierten de que ni las empresas ni el marco normativo están preparados para dar cabida a conceptos novedosos como «el trabajo por proyectos» o a relaciones laborales nacidas al calor de la digitalización. «La ley sólo entiende de tiempos: se paga por trabajar 'X' horas», sostiene Pimentel, de manera que a las personas que miden su fuerza de trabajo por proyectos «la realidad les ha hecho salir del universo de la relación laboral para incorporarse al derecho de los autónomos, el emprendimiento y la facturación». Por eso cree que «o bien la norma laboral se adapta a una realidad no contemplada siquiera en el Estatuto de los Trabajadores o el sistema va a expulsar a esos empleados a la esfera de los autónomos».
El que fuera ministro de Trabajo en el primer gobierno de José María Aznar aboga por «el diálogo social» para construir ese nuevo marco de relaciones laborales. Y advierte de que una derogación íntegra de la última reforma laboral «sería una patada en el culo del empleo».
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