Covid, ¿el gran negocio de los seguros de vehículos?

Es el caso de los supermercados, por ejemplo, porque dada la situación de reclusión de la población, el consumo de alimentos de los hogares se ha disparado. Por el contrario, ha descendido de forma dramática, hasta cero, la actividad de los proveedores de alimentación para el sector de restaurantes. Anda estos días una empresa del País Vasco, especializada en suministrar chuletones a las sidrerías guipuzcoanas, enloquecida intentando liquidar nada menos que 10 toneladas de chuletas. Las tenía almacenadas para esas sidrerías y ahora trata de venderlas en ventas a domicilio. De lo contrario, se perderán.

Pero entre los sectores que pueden estar viviendo un momento glorioso, de beneficios desconocidos, hay uno curioso. Se trata del segmento de automóviles en las compañías aseguradoras. El confinamiento de la práctica totalidad de la población ha reducido también de forma drástica el tráfico de vehículos y también la siniestralidad. No creo que haya datos históricos comparables de quince días con menos partes de accidentes, golpes de chapa y daños personales, que las dos semanas que acabamos de pasar. Y si tenemos en cuenta que esto va para largo, los datos de este año del sector del seguro del automóvil pueden batir un récord. Salvo que en la vuelta a la normalidad la gente ande en extremo despistada y haya perdido tanta habilidad al volante que el número de accidentes se dispare a las nubes.

Y será otro elemento a estudiar con cariño en los próximos meses, cuando estén disponibles las estadísticas oficiales, pero también es probable que esa misma situación se reproduzca en los seguros de hogar, al menos en lo que hace referencia a robos en viviendas. Con tanta gente metida en casa tiene que haber muchos menos. O no, que diría Mariano Rajoy.