A Correos se le atragantó la Navidad
Econfidencial ·
Rápido, lo que viene siendo rápido, no ha estado en el último mes el servicio de Correos. Algunos envíos postales realizados desde Bilbao a mediados ... de diciembre y a destinos nacionales, han llegado a su buzón final a mediados de enero. Todo apunta a que el aumento exponencial en la demanda del servicio provocó un auténtico caos, en una actividad que experimenta una profunda transformación y que probablemente no se ha adaptado aún a las nuevas exigencias.
Aunque cada vez son menos las personas, empresas e instituciones que felicitan las navidades con una postal, en vez de recurrir al email, algunas quedan. De ahí que en algunos casos se hayan visto sorprendidas de la respuesta del destinatario: ¡Qué bueno, me ha llegado tu felicitación de Navidad a mediados de enero!
Los últimos datos publicados por la Comisión Nacional de la Competencia, referidos a la actividad de Correos en 2018 reflejan que el deterioro del servicio es evidente. Sólo en incidencias de entrega del denominado 'paquete azul', el envío nacional hasta 20 kilos de peso, ha triplicado las reclamaciones en apenas unos años. De las 66.000 reclamaciones que efectuaron los clientes en 2013 se pasó a 182.000 en 2018.
El servicio postal ha experimentado una especie de montaña rusa en los últimos años. La generalización de internet y del correo electrónico provocó un descenso brutal de la actividad de los servicios postales, justo en un momento en que se había liberalizado ese mercado y había nacido una incipiente competencia.
Pero también internet es ahora la causa de su éxito y también del desbordamiento de su capacidad, porque el comercio electrónico ha disparado de forma exponencial el trabajo. Ese comercio electrónico va en aumento y con ello también la demanda de servicios de paquetería, una actividad en la que Correos ha sabido retener una parte importante del mercado. La capilaridad de su red de distribución es imbatible para un buen número de poblaciones españolas. De ahí su éxito. Claro que... también se puede morir de éxito...
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