Por segundo año consecutivo muchas empresas van a tener que realizar sus juntas de accionistas con estrictas medidas de seguridad, eludiendo las concentraciones y la ... cercanía física. Ya ha comenzado el carrusel de convocatorias para aprobar las cuentas del último ejercicio, reelección de administradores, reparto de beneficios –en el caso de que los haya- y otros trámites de la liturgia mercantil convertida en tópico anual. Es el caso de BBVA, que celebrará esta próxima semana con una estrategia de reunión telemática 'al máximo'.
Quedan atrás las convocatorias de centenares de accionistas en el Palacio Euskalduna de Bilbao, porque la pandemia también ha permitido acelerar una transformación que dejará poso. Seguro que esas concentraciones vuelven a producirse en el futuro, pero las empresas también han aprendido y han adaptado sus estatutos para que no sean imprescindibles.
BBVA desplazará a Bilbao esta semana a tan sólo tres miembros de su consejo de administración para celebrar la junta ordinaria anual: el presidente, Carlos Torres; el consejero delegado, Onur Genç y el secretario del consejo, Domingo Armengol. El resto de consejeros asistirán por videoconferencia y los accionistas también podrán seguirla y votar por medios telemáticos.
Un día antes, el lunes por la tarde, Carlos Torres mantendrá un encuentro en las oficinas del banco de la capital vizcaína con la junta directiva del Círculo de Empresarios Vascos. Un poco de intercambio de información en ambas direcciones: la de quienes palpan la realidad del mercado y la de quienes temen el aumento de la morosidad como riesgo más inminente a corto plazo.
La celebración telemática de las juntas de accionistas, en especial en las grandes compañías vascas, es una de las tragedias económicas que ha impuesto la pandemia. La organización de estos eventos, cuando son presenciales, siempre generan una importante actividad económica en el entorno. Diseño de escenarios, equipamientos de sonido, alquiler de locales, contratación de personal auxiliar. Incluso, el BBVA organizaba tradicionalmente en Bilbao y un día antes de la junta una reunión con sus principales ejecutivos de todo el mundo. Y eso se traducía en gastos en hoteles y restauración. Pero este año…
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