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Banco Central Europeo: Subida de tipos de interés: ¿En qué me afecta?

El Banco Central Europeo sube los tipos de interés: ¿en qué me afecta?

La medida repercute directamente en la capacidad de endeudarse o de ahorrar de los hogares y de las empresas

iratxe bernal

Jueves, 16 de junio 2022, 00:58

El mes que viene el Banco Central Europeo elevará los tipos de interés oficiales del 0% al 0,25%. Es la primera subida en once años y, en función de la evolución del IPC, podría ir seguida de otra en septiembre. Esta modificación del precio del dinero que el BCE presta a los bancos repercutirá inmediatamente en los tipos de interés de mercado (los que las entidades financieras ofrecen a sus clientes), por lo que influye en la capacidad de endeudarse o de ahorrar de los hogares y de las empresas.

Los primeros en notarlo serán quienes tengan una hipoteca a tipo variable referenciada al euríbor a los que les toque revisarla (recalcular las cuotas) próximamente. El valor del índice se establece en relación a los intereses que se cobran entre ellas las entidades financieras en sus préstamos interbancarios. Si el tipo de interés oficial es bajo prefieren recurrir a la liquidez del BCE en lugar de pedir financiación a otros bancos que les cobrarían más intereses, por lo que el euríbor baja.

Sin embargo, ya lleva unos meses subiendo y en abril regresó a los valores positivos porque la medida del BCE estaba más o menos anunciada. Un vez confirmada se ha disparado hasta rozar el 1%. Con los datos de la primera mitad de junio, la media mensual provisional se situaría en el 0,605%. O dicho de otro modo; una hipoteca de 150.000 euros a 25 años referenciada al euríbor, más un diferencial del 1%, vería su cuota incrementada en 74 euros al mes, desde los 533 euros hasta los 607. Es decir, estaríamos hablando de pagar casi 900 euros más que ahora al cabo de un año, que la periodicidad más habitual con que se fijan las revisiones.

El encarecimiento de la financiación también afectará a quienes tengan que contratar una hipoteca, solicitar un crédito al consumo o, en el caso de las empresas, abrir una línea de crédito. Los primeros verán, por ejemplo, cómo a diferencia de lo que ocurría hasta ahora el banco intentará convencerle de contratar la hipoteca a interés variable en vez de fijo abaratando las primeras y encareciendo las segundas. Las empresas, por su parte, verán reducida su capacidad para realizar inversiones o nuevas contrataciones. En definitiva, al incrementar el gasto mensual que las familias y los negocios destinan a pagar sus deudas se reduce su capacidad de consumo, lo que se supone que frenará el alza de los precios.

También hay quien sale ganando. A medida que a los bancos les cueste más financiarse tratarán de atraer a más ahorradores para que sea su dinero el que les aporte liquidez. Y el gancho es la remuneración, por lo que los ahorradores más conservadores podrán volver a encontrar algún beneficio en los depósitos o las cuentas remuneradas, que en muchos casos incluso habían desaparecido de la oferta bancaria. La aversión al riesgo y la incertidumbre generada tras la pandemia explica que, según el Banco de España, al cierre de 2021 los vascos acumuláramos 96.160 millones de euros en depósitos pese a que estos productos tienen una rentabilidad cercana o igual a cero y, dada la evolución del IPC, su contratación supone en realidad hacer que ese dinero pierda valor. En este caso, el cambio de tendencia no se traslada tan deprisa como el encarecimiento del crédito y las ofertas no llegarán a compensar la pérdida de valor adquisitivo causada por la inflación.

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