La atracción por los tubos entre los 'guerreros' de Arriortua
Econfidencial ·
Primero fue Guillermo Ulacia quien recaló en la industria vasca de producción de tubos de acero sin soldadura, al asumir la vicepresidencia y más ... tarde la presidencia de la compañía alavesa Tubos Reunidos. Llegó en febrero de 2017 y dimitió en octubre de 2018, tras chocar con los sindicatos en su intento de devolver la rentabilidad a la compañía. Ahora es Francisco García Sanz quien está a punto de incorporarse al consejo de administración de la también alavesa Tubacex. Ambos fueron dos miembros destacados del equipo del ingeniero José Ignacio López Arriortua, 'Superlópez', en sus batallas en el sector del automóvil y en los años 80 y 90. Formaban parte de lo que Arriortua denominaba sus «guerreros».
García Sanz ha sido vicepresidente y máximo responsable de compras de la multinacional Volkswagen desde 1996 -momento en que la compañía pactó la salida de Arriortua de la compañía, en medio de fuertes presiones de General Motors por las acusaciones de espionaje-, hasta hace aproximadamente un año. Algunas fuentes han ligado su relevo a la operación de limpieza en la firma que tiene su sede en Wolfsburg, para poner tierra de por medio con su último escándalo, el 'dieselgate'. Pese a ello, nadie le ha atribuido una implicación directa en la manipulación de los motores de los turismos diésel, para simular una contaminación menor cuando eran sometidos a alguna prueba en las ITVs.
En su relación con Arriortua hay algunas diferencias. Guillermo Ulacia fue 'guerrero a tiempo parcial', mientras que García Sanz lo fue 'incondicional'. Ambos habían formado parte la guardia de corps de López Arriortua en la factoría de Opel en Figueruelas, pero Ulacia decidió no seguir al 'líder' cuando éste inició su triple salto mortal, en noviembre de 1992, al incorporarse al cuartel general de General Motors en Detroit. García Sanz y otros más sí lo hicieron, al igual que optaron también por hacer las maletas en el 'más difícil todavía', cuando Arriortua sorprendió a medio mundo al ponerse a las órdenes de Volkswagen. Algo que en el mundo de la política se llama 'transfuguismo', pero que en la empresa se denomina 'fichaje'.
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