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80 años para reducir a la mitad las diferencias entre comunidades

80 años para reducir a la mitad las diferencias entre comunidades

El proceso de convergencia regional, intenso hasta 1973, se ha ralentizado desde entonces

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Miércoles, 15 de mayo 2019

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España ha asistido durante los últimos sesenta años a una gradual reducción de la brecha de riqueza entre comunidades autónomas. Sin embargo la última década, marcada por la crisis económica, ha profundizado la ralentización que desde 1973 se viene observando en ese proceso de convergencia regional. El ritmo de equiparación del PIB per cápita de las autonomías es tan lento que se necesitarán 80 años más para reducir a la mitad la diferencia de renta entre cada región y el promedio español. Es una de las conclusiones del estudio 'La dinámica territorial de la renta en España, 1955-2016: una primera aproximación', elaborado por Ángel de la Fuente, director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).

El informe destaca que las últimas seis décadas (el periodo de tiempo analizado es el comprendido entre 1955 y 2016) «han sido para España un periodo de rápido crecimiento de la renta y moderado aumento de la población y el empleo». En ese periodo el número de habitantes creció un 59%, mientras que el de personas ocupadas lo hizo en un 63%, El PIB, por su parte, se multiplicó por 8,6. Por eso, la renta real por habitante aumentó una tasa media anual del 2,76% hasta multiplicarse por 5,4.

Pero el comportamiento de la economía española no ha sido ni uniforme ni constante durante todo el periodo analizado. La primera etapa analizada en el estudio, la comprendida entre 1955 y 1973, se caracterizó por «un crecimiento muy rápido del PIB real per cápita (un 4,92% anual) y una tasa de aumento de la ocupación positiva, aunque relativamente reducida». El periodo 1973-1985 es de crisis, «caracterizado por la destrucción de empleo y un descenso de la tasa de crecimiento de la renta per cápita real hasta el 2% anual».

Desde 1985 hasta 2007 discurre una «larga etapa de expansión», sólo interrumpida por una breve recesión a comienzos de los 90. Desde 2007 hasta 2013 se registra una profunda crisis en el que se produce un «fuerte retroceso» de la renta y del empleo, mientras que a partir de 2014 se inicia un periodo de recuperación que aún continúa.

Sesenta años después del inicio del periodo analizado, la regiones que ocupan los dos extremos de la clasificación de renta son básicamente las mismas, aunque con alguna novedad. En 1955 las regiones más ricas eran -por este orden- Euskadi, Madrid, Cataluña y Navarra, mientras que las menos favorecidas eran Extremadura, Galicia, Castilla-La Mancha y Canarias. Sesenta años después, Madrid ha desplazado a Euskadi de la primera posición, y Andalucía y Murcia reemplazan a Galicia y Canarias en el grupo de cola. Eso sí, la distancia entre los dos extremos de la distribución de la riqueza se ha reducido «de manera apreciable»: la diferencia entre la región más rica y la más pobre ha caído a la mitad.

El profesor De la Fuente destaca en su informe que las comunidades inicialmente más pobres «han mejorado su situación relativa, mientras que las más ricas generalmente han perdido terreno, lo que ha tendido a acercar a ambos grupos a la media». Se puede hablar, por tanto, «de un proceso de convergencia regional o reducción de las disparidades de renta».

Una equiparación de renta desigual en el tiempo

Una convergencia que se ha manifestado de forma desigual a lo largo del tiempo. El estudio demuestra cómo ese proceso de igualación «fue especialmente intenso» durante el periodo 1961-1973, y que «ha tendido a ralentizarse desde entonces hasta alcanzar tasas de convergencia inferiores al 1% anual desde mediados de los años 80». Y que, en la última década, «incluso llegan a ser negativas».

Las «grandes comunidades industriales» (Euskadi, Madrid y Cataluña) convergen rápidamente hacia la media hasta 1980, pero su renta per cápita relativa se estabiliza a partir de entonces, «mostrando incluso una suave tendencia al alza». Las regiones del Sur (Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia, más Ceuta y Melilla) han seguido un patrón similar; las del Noroeste (Noroeste: Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León) han mantenido una suave convergencia al alza durante todo este tiempo, aunque con altibajos.

Las de la región Ebro-Levante (La Rioja, Aragón, Navarra y Comunidad Valenciana) presentaron una cierta tendencia a la baja. Finalmente, las insulares mantuvieron una clara tendencia al alza hasta el cambio de siglo, «pero volvieron a perder terreno a buen ritmo durante la parte final del periodo».

A modo de conclusión, el estudio señala que las últimas seis décadas han sido «un periodo de rápido crecimiento de la renta y moderado aumento de población y empleo agregados». Se ha producido en ese periodo «una gradual reducción de disparidades territoriales de renta per cápita», así como una «creciente concentración de la población y de la actividad económica en determinadas áreas geográficas».

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