¿Qué pasa con el aceite de oliva? Alertan del riesgo de escasez en los supermercados

Los agricultores y productores de aceite de oliva no dudan en asegurar que la cosecha que termina este mes es «la peor de la historia». Una impresión ratificada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que hace un mes revisó sus estimaciones para acabar vaticinando que la producción rondará las 768.894 toneladas. Es decir, un 48,4% menos que en la anterior, un dato hace temer por el abastecimiento y presagia nuevas subidas de precio.

Tras ese recorte de la producción están la ausencia de lluvias en primavera, las restricciones al riego por la sequía y el exceso de calor en verano, que han mermado la cantidad, calidad y tamaño de las aceitunas. Además, desde la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) aseguran que también «preocupa mucho la siguiente cosecha porque la mala situación en que van a encontrarse los olivos por la falta de agua hará que, de no tener un otoño e invierno con precipitaciones más que suficientes, estén débiles para cargar aceituna».

Con las importaciones comprometidas (los otros grandes productores sufren los mismos problemas) y el stock de enlace (las existencias de aceite entre el fin de una campaña y el inicio de la siguiente) estimado en 450.000 toneladas, las existencias rondarían los 1,2 millones de toneladas. Si comparamos esta cifra con el 1,6 (1,1 en exportaciones y algo más de 500.000 en consumo interior) de la campaña anterior, nos encontramos con mercado muy tensionado pero sin problemas de abastecimiento.

Por eso, pese a que algunas voces alertan sobre la falta de suministro y el riesgo de que haya especulación, el ministro Luis Planas ha pedido al sector un esfuerzo por moderar los precios, que en origen ya se sitúan en los 5,209 euros el kilogramo para el aceite de oliva virgen extra, los 4,540 euros para el virgen y los 4,375 para el lampante, que gana presencia en el mercado dado el incremento de aceitunas que presentan algún defecto. Sin embargo, las principales organizaciones de agricultores y productores creen que se trata de una petición incoherente dado el incremento de los costes registrado desde el encarecimiento del gasoil o los fitosanitarios a la entrada en vigor del impuesto a los envases de plástico no reutilizables.

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