Mendia prevé que esta década se crearán 610.000 empleos netos en Euskadi
El Gobierno diseña una estrategia de empleo para mejorar su calidad y asegurar la empleabilidad de los trabajadores
Además de dar solución a la crisis económica provocada por el coronavirus, hay que sentar ya las bases que permitan a Euskadi solucionar para 2030 ... los problemas estructurales que aquejan al mercado laboral. Desde la precariedad que sufren sobre todo los jóvenes hasta las brechas de género y edad. Por eso este martes la vicelehendakari, Idoia Mendia, presentó la Estrategia Vasca de Empleo, «un marco de actuación teórico» en cuyo seno se articularán las medidas concretas que determinará el Plan Estratégico del Empleo, que el Gobierno podría aprobar durante el segundo semestre del año.
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«Queremos preparar a Euskadi para el futuro. Es la primera vez que diseñamos una estrategia para una década, y, por lo tanto, los grandes vectores que van a marcar las políticas de esta legislatura y de las dos siguientes», afirmó Mendia tras el Consejo de Gobierno. La estrategia pivota en torno a tres grandes tendencias globales: la digitalización, la transición ecológica hacia una neutralidad climática a través de la descarbonización, y una segunda transición, esta vez social, hacia una sociedad más inclusiva e igualitaria, pero también más envejecida y con una natalidad en picado.
El Ejecutivo reconoce en su diagnóstico inicial que Euskadi no parte de la mejor posición: la tasa de actividad está muy por debajo de los países europeos del entorno, el mercado laboral está desajustado y la precarización va en aumento de forma inversamente proporcional al poder adquisitivo de la población.
No obstante, el Gobierno es optimista y proyecta que, para 2030, en Euskadi habrá «importantes oportunidades netas de empleo». Concretamente, las cifra en casi 610.000. «110.000 por demanda de expansión y 500.000 por demanda de reemplazo». El problema está en disponer de los trabajadores idóneos para ocupar esos nuevos puestos de trabajo, muy diferentes de los actuales.
Para lograrlo, el Gobierno traza varias líneas de actuación, entre las que destaca el reconocimiento del derecho subjetivo a las políticas activas de empleo. «En la práctica, esto supone que, además de tener derecho a la activación y a la formación adecuadas, a la mitad de su vida laboral una persona también tenga derecho a un diagnóstico de su formación para garantizar su empleabilidad y, por lo tanto, también la competitividad de su empresa», explicó Mendia, después de recalcar que la estrategia ha sido fruto de un «largo proceso participativo» que está abierto a las aportaciones de todas las fuerzas políticas.
Los sindicatos que integran la Mesa de Diálogo Social valoraron positivamente la estrategia. UGT la consideró «un paso necesario para avanzar en la calidad del empleo y la igualdad» y CC OO destacó que coloca «a las personas en el centro de todas las políticas de empleo del Gobierno como sujeto de derechos». Aprovechó para arremeter duramente contra Confebask, a la que acusó de «desaprovechar la oportunidad de mostrar un mínimo de utilidad y responsabilidad para la sociedad vasca».
La patronal se defendió mostrando su «disposición más absoluta para mejorar la igualdad de oportunidades, la calidad del empleo y la justicia social», e incidió en las dificultades de las empresas para encontrar mano de obra cualificada suficiente. «La estrategia debería centrarse en atender y dar respuesta a las necesidades y retos demográficos, industriales y tecnológicos a los que el país va a tener que enfrentarse en los próximos años», sentenció.
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