La 'startup' vizcaína que puede detectar la presencia de una única molécula tóxica en una piscina olímpica
La 'startup' Qubiz.team utiliza la tecnología cuántica para desarrollar sensores y herramientas de medición de una precisión sin precedentes
Iratxe Bernal
Miércoles, 15 de octubre 2025, 00:47
Dice el físico Scott Aaronson que la tecnología cuántica está hoy como la aviación tras los hermanos Wright. Aún estamos lejísimos de ver todo su potencial, pero ya sabemos que se puede volar. Volar... o efectuar en segundos cálculos que a un ordenador clásico le llevarían años, encriptar las comunicaciones para hacerlas más seguras o realizar mediciones de altísima precisión. Este campo se sirve de los principios de la mecánica cuántica –que estudia el movimiento de partículas tan pequeñas como los cuantos de energía– para crear herramientas avanzadas que, vaticinan los tecnólogos, tendrán aplicaciones en todos los sectores desde la medicina a las finanzas pasando por la industria, gracias, por ejemplo, al trabajo de la 'startup' vizcaína Qubiz.team, una de las 25 firmas que la semana que viene, los días 20 y21, protagonizarán la décima edición de B-Venture.
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Qubiz.team
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Desarrollo de herramientas de medición basadas en la sensórica y metrología cuánticas
La firma trabaja concretamente en el ámbito de la sensórica y metrología cuántica avanzada. Esto es, desarrolla herramientas capaces de medir en segundos lo que para los instrumentos de medición tradicionales es inapreciable o, si acaso, para lo necesitarían mucho tiempo. ¿Un ejemplo? Detectar la presencia de una única molécula de cualquier sustancia tóxica en los más de dos millones y medio de litros de agua que hay en una piscina olímpica.
B-Venture
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¿Qué es? Punto de encuentro entre 'startups', inversores, empresas y figuras relevantes del ecosistema emprendedor.
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¿Dónde y cuándo? Palacio Euskalduna, próximos días 20 y 21.
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Impulsa. EL CORREO
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Patrocinan. Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno vasco, la agencia de desarrollo SPRI, la Diputación foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao.
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Colaboran. BStartup de Banco Sabadell, Fundación BBK, Laboral Kutxa, CaixaBank, Banco Santander y la Universidad de Deusto.
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Inscripciones. www.b-venture.com
De hecho, la empresa nació en 2022 un poco por ahí, a partir de la experiencia de uno de sus socios en la gestión del agua con clientes que, por ejemplo, querían medir en tiempo real la calidad de ésta. Imaginemos la importancia que algo así puede tener, por ejemplo, para un fabricante de refrescos. «Las herramientas disponibles ya habían tocado techo, ya no podían ofrecer más precisión. Pero las mediciones con tecnologías cuánticas, que es algo en lo que ya trabajaba otro de los socios, parecían ofrecer un nuevo horizonte. Así que nos pusimos a investigar y pasamos dos años encerrados en un laboratorio hasta comprobar que, efectivamente, ya no hablamos de futuro, sino de presente. Es una auténtica disrupción que nos va a permitir hacer cosas inimaginables», explica Jorge de la Herrán y Crespo, cofundador de la empresa junto a sus tocayos Jorge García del Arco y Jorge Casanova.
Así, empezaron a investigar si eran capaces de desarrollar un sensor que detectara la presencia en el agua, por mínina que fuera, de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (los PFAS, por sus siglas en inglés), también conocidas como químicos eternos porque no se descomponen en el medio natural. Son muy valorados por su resistencia al calor y sus propiedades impermeables y antiadherentes, así que se emplean en distintos sectores y muchas veces para fabricar productos que, como el teflón (en su versión antigua) o algunos envases de comida, finalmente llegan a nuestras casas… y organismos. Sin embargo, ya hay evidencia científica que destaca lo contaminantes que son y los daños que pueden causar a nuestra salud. De ahí la importancia de ser rigurosos en su detección.
«Nuestra tecnología no sólo permite saber si están presentes en el agua en partes por trillón –recuerden la piscina olímpica–; además, hace posible que esa detección sea inmediata, en tiempo real y con flujo continuo. Vendría a ser como una caja con una tubería de entrada y otra de salida por la que circula el agua y que se instala en el lugar donde hay que realizar la medición por lo que ya no hay necesidad de llevar una muestra a un laboratorio ni de que la prueba la haga una persona con formación previa. Toda la información va a aparecer de manera perfectamente legible en una pantallita», explica De la Herrán y Crespo.
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Este sensor, con el que ya están realizando pruebas de concepto a petición de potenciales clientes, estará en el mercado el año que viene, por lo que ellos han pasado a investigar otras aplicaciones de la sensórica y metrología cuántica. Y terreno para moverse no les va a faltar porque esta tecnología permite medir con una precisión, sensibilidad y resolución sin precedentes fenómenos físicos como el tiempo, la gravedad, la temperatura, la presión, la rotación, la aceleración, la frecuencia y los campos magnéticos o eléctricos. A esto se suma otra cualidad; los sensores pueden trabajar en condiciones extremas. «Los hemos probado en hornos con temperaturas que rondaban los mil grados, lo que les hace aptos para procesos industriales en lo que ahora tienen sensores que sencillamente no sobreviven», explica De la Herrán y Crespo. Para lograr que, como en este caso, sean resistentes a temperaturas tan altas recurren al uso de diamantes sintéticos, cuya fotoluminiscencia –que es lo que se mide e interpreta– varía en función de las condiciones a que se someten.
«Frente a la computación y las telecomunicaciones, ésta es el área de la tecnología cuántica menos conocida pese a que, en realidad, lleva décadas con nosotros. De hecho, al contrario de lo que ocurre con las otras dos, con ella se puede hacer ya producto porque ya hay mucho desarrollo previo. Es, por ejemplo, la ciencia que hay detrás de una resonancia magnética nuclear o del láser que pone multas en la autopista. Eso son tecnologías cuánticas de primera generación y nosotros estamos intentando ser punta de lanza de la segunda», explica el cofundador de la empresa, que este año ha logrado el sello de excelencia del programa EIC Accelerator, iniciativa con la que la Unión Europea apoya la consolidación de 'startups' y pymes consideradas altamente innovadoras y capaces de llevar al mercado tecnologías y productos disruptivos, y ya forma parte del Consorcio Europeo de la Industria Cuántica (QuIC).
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