El teletrabajo habitual se estanca en Euskadi mientras aumenta el ocasional

Entonces parecía, y así se repetía en multitud de foros, que el teletrabajo había llegado para quedarse. Pero a medida que las restricciones fueron levantándose y cumplidos ya tres años de aquel forzado progreso tecnológico, la realidad hoy es que en lo que se ha quedado es justo a medio camino entre los 1,6 millones de personas que en toda España lo ejercían antes de la pandemia y los 3,55 millones de empleados (un 19,1% de los ocupados entonces) que en la primavera de 2020 llegaron a realizar su labor profesional a distancia, habitual u ocasionalmente. Entre ellos, 146.00 vascos, el 16,2% de los trabajadores que en el segundo trimestre de aquel año había en activo en Euskadi.

Así al menos se desprende de los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), según la cual a cierre de 2022 solo un 6% de los ocupados vascos, algo más de 57.000 personas, teletrabajaban más de la mitad de los días. Exactamente el mismo porcentaje que el trimestre anterior, lo que denota el estancamiento en esos niveles del teletrabajo ejercido de forma habitual, que al inicio de la pandemia llegó a ser realizado por el 12,6% de los empleados (113.000 personas). Solo en el primer trimestre del pasado año 2022, debido a la elevada incidencia de la variante Ómicron del virus que forzó a un buen número de empresas a volver a mandar a sus empleados a casa para evitar contagios y bajas laborales masivas, el teletrabajo habitual experimentó un ligero repunte en el País Vasco, hasta el 6,2% (casi 59.000 personas).

Sin embargo, el teletrabajo ocasional –abarca desde el que se realiza en días puntuales y esporádicos hasta el que se lleva a cabo dos días a la semana– ha ido ganando terreno en Euskadi. Tanto que a cierre del año pasado ya superaba las cifras del que se ejerce de forma habitual. En concreto, un 6,6% de los ocupados vascos (62.500 personas) teletrabajan de forma ocasional, lo que supone más de 5.000 de quienes lo hacen habitualmente. Los datos actuales del trabajo en remoto ocasional prácticamente doblan los registrados en el primer trimestre de la pandemia –de abril a junio de 2020–, cuando lo realizaban solo el 3,6% de los vascos, unas 32.700 personas.

Sumadas las dos modalidades –habitual y ocasional– en Euskadi teletrabajan el 12,6% de los ocupados, lo que en cifras absolutas suponen casi 120.000 personas, 26.000 menos que al principio de la pandemia (un 3,6% menos).

Este fenómeno de estancamiento del teletrabajo habitual en niveles que apenas llegan a la mitad de los alcanzados hace tres años y, por contra, paulatino avance del ocasional se da igualmente en el conjunto de España. Así, a nivel nacional, el trabajo a distancia más de la mitad de los días laborables lo realizan el 6,4% de los ocupados (1.311.000 personas), con una caída de casi 10 puntos porcentuales respecto al inicio de la pandemia, cuendo eran el 16,2%. Mientras, el ocasional lo ejercen el 6,1%, casi 1.252.000 personas, que son más de 710.000 que hace tres años, cuando estaba en el 2,9%.

De esta forma, Euskadi se sitúa por debajo de la media del conjunto de España en teletrabajo habitual (un 6% en el País Vasco frente al 6,4% nacional), superado por las comunidades de Madrid (el 10,4% de sus ocupados), Cataluña (6,9%), Asturias (6,5%), Valencia y Galicia (ambas con el 6,1%). No obstante, la comunidad vasca está por encima en cuanto al ocasional (6,6% frente al 6,1%) y solo por detrás de Madrid (8,7%) y Cataluña (7,2%).

Pese a que la ley que regula los aspectos del teletrabajo se aprobó ya hace casi dos años, su traslación a los convenios colectivos –la ley pone en manos de la negociación entre empresas y representantes de los trabajadores cuestiones concretas de la misma– avanza muy lentamente. En buena parte por las resistencias de muchas empresas que pudiendo aplicarlo por el sector al que pertenecen –obviamente en algunos como construcción o industria es mucho más complicado salvo para puestos concretos de gestión administrativa– prefieren la presencialidad. Pero también porque en otros casos, aunque se demanda la posibilidad de ejercerlo al menos de forma híbrida –una combinación de unos días de trabajo a distancia y otros de presencialidad–, los propios empleados no hacen 'casus belli' de este asunto.

Ni siquiera entre los jóvenes que se preparan para incorporarse al mundo laboral, contrariamente a lo que parece instalado en el imaginario colectivo, el teletrabajo figura entre sus primeras demandas. Así al menos lo constata el 'VIII Informe Young Business Talents', promovido por Abanca, y realizado durante los meses de septiembre a noviembre del pasado año entre más de 10.600 jóvenes de hasta 21 años en toda España. El estudio concluye que para el 30,4% de ellos es la estabilidad en el empleo lo que más valoran a la hora de trabajar en una empresa, seguido de un buen ambiente laboral (lo más importante para el 27,2%) y un salario alto (26,8%), mientras que la posibilidad de ejercer el teletrabajo solo es primordial para poco más de uno de cada cinco jóvenes, en concreto, para el 21,4%.