«Talgo es una magnífica empresa, pero si no crece, el mercado internacional la matará»
El industrial señala que la opa está diseñada con la dirección del fabricante de trenes y cuenta con su continuidad y con la del presidente De Palacio
Unas estudiadas y cuidadas formas y un marcado acento londinense en su inglés. Son las primeras sensaciones que traslada Andras Tombor, el hasta ahora misterioso ... responsable de la empresa húngara que quiere comprar Talgo. En su primera entrevista en España, concedida a EL CORREO, insiste en que «soy un empresario y no estoy en cuestiones políticas». Así se aleja de las tendencias ideológicas del Gobierno de Hungría, mientras señala con contundencia que «no tenemos nada que ver con los rusos». Son dos de los temores en los que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha justificado sus recelos sobre una operación pactada entre Magyar Vagon y los principales accionistas y directivos de Talgo. Tombor insiste en que el plan «es un proyecto que permitirá a Talgo sobrevivir» y recuerda que el «tiempo es oro» para el fabricante de trenes que tiene su principal fábrica en Euskadi. Mientras, espera una resolución del Gobierno de España a la solicitud de autorización de la compra que se espera para el 10 de agosto.
- ¿Cuándo esperan mantener la primera reunión con el Gobierno de España?
- Mi deseo es que sea lo antes posible, pero depende de ellos. Les hemos proporcionado suficiente información para que tomen una decisión o establezcan condiciones a la autorización para la adquisición de Talgo. Entendemos que es un proceso delicado y respetamos sus tiempos. Estamos deseando recibir la aprobación del Gobierno y facilitar la información que precisen.
- ¿Han pensado en retirar la oferta?
- En absoluto. Llevamos mucho tiempo trabajando en la operación y estamos convencidos de sus beneficios para ambas empresas y países. Estamos determinados en seguir adelante con la opa.
- ¿Cuándo comenzaron los contactos con Talgo?
- Fue hace años. Supimos que el fondo británico Trilantic -el accionista principal de Talgo- quería vender y mantuve varias conversaciones en Londres con Javier Bañón -socio del fondo y consejero de Talgo-. Después conocí al presidente de la empresa, Carlos de Palacio. Ambos me parecieron excelentes profesionales y conectamos. Para mí, la operación solo sería posible si era de acuerdo con ellos, trabajando en una visión industrial de la posición de Talgo en la que luego participaron otros asesores independientes.
- Moncloa ha buscado alternativas a su opa en empresas como CAF, CriteriaCaixa o la checa Skoda. Pero ustedes insisten en que son la única alternativa.
- Respeto mucho a CAF, es una gran empresa del sector y tiene toda mi consideración. He leído que Criteria ha analizado la operación, pero no sé más. Lo que sí sé es cuál es la situación del sector ferroviario y que es necesaria una estrategia industrial que nos ayude a ganar tamaño para competir en un mercado que ha cambiado. Nuestros principales competidores, como Siemens, Alstom o la china CRRC, están tomando la delantera y pueden acudir a grandes mercados como el indio a lograr megacontratos por su gran capacidad de fabricación. Ahora mismo Egipto va a sacar una licitación de 2.000 millones. Talgo es una empresa fantástica, pero si se queda como está, ese contexto la va a matar. Necesita crecer.
- ¿Y no lo puede hacer con los grandes europeos como Stadler, Alstom o Siemens?
- Talgo lleva mucho tiempo a la venta en el mercado y ningún agente se ha interesado, tampoco esos grandes fabricantes. Además, no la comprarán porque para ellos es más cómodo esperar a que caiga. Por otro lado, a diferencia de Francia o Alemania, las compras de trenes en España no se han centrado en sus fabricantes. De la cartera de Talgo, solo un 15% está en España. Ahora necesita socios para competir con los grandes en los mercados internacionales. Y Skoda podría haberlo sido, pero ahora no. Está con pérdidas y a la venta.
«Conozco las raíces vascas de la empresa y queremos reforzar la planta de Rivabellosa»
- ¿Por qué Magyar Vagon?
- Somos el socio ideal. Talgo tiene una tecnología en alta velocidad fabulosa, tiene el 'software'. Nosotros aportamos la capacidad de fabricación, el 'hardware'. En unos quince meses creemos que podríamos hacer la integración técnica y se multiplicaría su capacidad y las posibilidades de competir. Es un proyecto industrial. Además, abrimos un mercado enorme que anuncia grandes inversiones en Europa del Este. Solo Hungría invertirá 10.000 millones en sus conexiones ferroviarias.
- ¿Por eso es una opa amistosa?
- Por eso cuento con el apoyo de la junta directiva y de la familia fundadora, porque ellos ven lo mismo con claridad.
- ¿Le gustaría que Carlos de Palacio siguiera en la presidencia?
- Sí. Es fundamental. A él y a los directivos les tengo un gran respeto. Necesitamos todo ese capital humano, son irremplazables y parte fundamental del plan.
- Sin embargo, el Gobierno ve con recelo el respaldo de la Administración húngara a la opa y la línea ideológica del presidente Viktor Orbán
- Soy empresario, llevo mucho tiempo trabajando en esto. De verdad, no sigo la política, no estoy en cuestiones políticas. Es cierto que hay una financiación del Gobierno de Hungría, pero solo para arrancar la operación. Responde a la política industrial del país para favorecer este sector.
- ¿Y su grupo empresarial tiene conexiones con capital ruso?
- No tenemos nada que ver con Rusia. No hay nada. Teníamos unos contratos con TMH -empresa ferroviaria rusa- como otras compañías de Europa y tardamos menos de tres meses en cerrarlos tras la invasión de Ucrania. Fuimos de los primeros en salir, los más rápidos.
- Han ofrecido dar entrada en su operación a capital español, ¿es una forma de desbloquear la operación con el Gobierno?
- Sí. Somos flexibles a dar entrada a compañías, a la Sepi o a lo que el Gobierno pueda plantear. La operación está diseñada desde el convencimiento de que Talgo siga siendo española, con sus plantillas y sus centros de trabajo y sus directivos. La única clave es que se mantenga la apuesta industrial para Talgo, la línea por la que apostamos con la actual dirección.
«No tenemos nada que ver, créame, cancelamos el único contrato en cuanto invadieron Ucrania»
Medidas legales
- Si el Gobierno no autoriza la opa, ¿tomarían medidas legales?
- Hay una vía legal para defender nuestra operación, pero la racionalidad industrial de la propuesta nos lleva a pensar que no tendremos que llegar a utilizarla. Creemos que las autoridades verán el sentido de nuestra oferta.
- Talgo tiene 4.200 millones en pedidos, ¿cuánto tiempo puede esperar?
- Esperamos con paciencia y entendemos los tiempos de la política, pero hay muchos agentes pendientes, como el mercado o los bancos. El tiempo es oro. No sé si es una cuestión de urgencia, pero sí de rapidez.
- Si se hacen con la empresa, ¿habrá sensibilidad con el origen vasco de la compañía?
- Somos plenamente conscientes de las raíces vascas de Talgo. Queremos, no solo mantener la actividad actual, sino crecer. La planta de Rivabellosa tiene un gran potencial, especialmente en I+D, por la cualificación de la plantilla. Además, el nivel universitario y de la formación en Euskadi es clave para acceder a incorporar más talento.
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