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La catedrática de Finanzas, Leire San José, fue galardonada el pasado jueves. Yvonne Iturgaiz
Leire San José | Premio Ekonomistak 2025

«La sostenibilidad no va de pedir un informe y dejarlo en el cajón»

Leire San José, catedrática de Finanzas, ha recibido el premio Ekonomistak su trabajo sobre cómo medir el valor social empresarial

Martes, 9 de diciembre 2025, 00:37

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Leire San José recibió el pasado jueves el Premio Economistak 2025, concedido por el Colegio Vasco de Economistas para reconocer su aportación «al desarrollo económico y social» del territorio. Catedrática de Finanzas y una de las investigadoras de referencia en ética financiera de la UPV/EHU, el galardón distingue su trabajo sobre cómo las organizaciones generan impacto más allá del beneficio económico y sobre la posibilidad de medir y gestionar de forma estratégica ese valor añadido para la sociedad y sus grupos de interés.

En conversación con este periódico, San José subraya la necesidad de establecer criterios comunes que permitan medir «de manera eficiente» ese impacto social. «Tener miles de indicadores es inmanejable», advierte. A su juicio, la avalancha regulatoria ha ido acompañada del surgimiento de un mercado alrededor de la sostenibilidad empresarial. «En cuanto apareció la obligación de elaborar informes de sostenibilidad, empezaron a proliferar todo tipo de negocios», señala, alertando de una lógica de mercantilización que, en muchos casos, deriva en una cascada de documentos cuyo único destino es «acabar guardados en un cajón».

Para la catedrática, ese enfoque vacía de contenido el debate de fondo. A su entender, la discusión no debería centrarse únicamente en cuánto gana una empresa, sino en cómo lo hace. Defiende así un modelo que priorice la generación de valor para todos los grupos de interés y no únicamente para los accionistas. Desde esa lógica, considera clave que las administraciones públicas apoyen de forma decidida a las compañías que apuestan por empleo estable, sostenible y bien remunerado, y cuestiona los modelos de licitación pública que premian exclusivamente la oferta más barata.

En el plano internacional, San José reconoce que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca tiene un impacto directo en el impulso de las políticas de sostenibilidad. «El impacto global efectivamente es de retroceso», señala, y advierte de que «de repente se ha paralizado esta preocupación», especialmente en el ámbito social. A su juicio, este giro introduce un elemento de incertidumbre en un momento en el que muchas organizaciones estaban empezando a interiorizar estas políticas a largo plazo. Aunque admite que en el terreno medioambiental «ya tenemos muchas medidas» y una mayor reflexión consolidada, considera que en la dimensión social el parón es más evidente.

Esta perspectiva también la aplica a las polémicas empresariales vinculadas a conflictos internacionales, como las campañas contra compañías con actividad en Israel. San José defiende que no se pueden lanzar juicios generales sin analizar cada caso en detalle. «Nada es blanco o negro», sostiene, y aboga por examinar el contexto, los compromisos y el uso final de determinadas actividades antes de emitir valoraciones que, en ocasiones, pueden conllevar un elevado coste reputacional y competitivo.

Bienestar social

Desde esta filosofía nace el modelo desarrollado por el grupo de investigación que dirige, basado en integrar en los análisis contables no solo el valor de mercado, sino también el de no mercado. El primero engloba las transacciones económicas clásicas –salarios, impuestos o pagos a proveedores–, mientras que el segundo incorpora elementos intangibles como el bienestar o el impacto social generado por la empresa.

En la práctica, este enfoque busca ampliar la mirada contable tradicional y ofrecer una fotografía más completa de lo que hace una organización y de a quién está beneficiando realmente. El modelo parte de la identificación de los principales grupos de interés de cada empresa y del diálogo directo con ellos para conocer cómo perciben el valor que reciben. A partir de ahí, se seleccionan aquellas aportaciones que resultan más relevantes y se traducen a valores monetarios comparables. El objetivo, subraya San José, es disponer de una herramienta comprensible que permita analizar, comparar y gestionar ese valor de manera sistemática.

El alcance práctico del modelo se entiende con ejemplos concretos. San José apunta que, si una compañía ofrece a su plantilla un curso de formación que en el mercado tendría un coste de 500 euros, ese valor existe aunque no se refleje como ingreso ni como gasto. Esa aportación se traduce en mejores competencias, mayor estabilidad laboral y una mejora indirecta del funcionamiento de la propia organización. Así, la contabilidad social permite visualizar de forma ordenada impactos que hasta ahora quedaban fuera de las cuentas tradicionales y que resultan clave para evaluar el papel real de las empresas en su entorno.

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