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La reivindicación de un salario mínimo vasco, por encima del nacional y acorde a la situación económica de la comunidad, ha logrado algo prácticamente inédito en las tortuosas relaciones sindicales vascas. Por una vez ELA, LAB, CC OO y UGT han aparcado sus marcadas diferencias ... y, según ha avanzado EL CORREO, se han unido para exigir de forma coordinada a la patronal que se siente a negociar un SMI propio que ejerza de suelo en los convenios colectivos. El actual, marcado por el Gobierno central, está en los 1.134 euros al mes (en 14 pagas) y se está negociando una nueva subida de entre el 3,4% y el 4,4%, que se sumaría al aumento del 54% registrado desde 2018.
De hecho, hoy mismo cada uno de estos sindicatos ha registrado ante el Consejo Vasco de Relaciones Laborales (CRL) la petición para que se abra un foro en el que debatir el asunto y alcanzar un acuerdo interprofesional. La fecha propuesta para la constitución de la mesa es el 6 de febrero. Falta por ver la respuesta de Confebask, que se ha limitado a responder que acudirá a la cita como siempre hace cuando le convocan los sindicatos pero no ha querido realizar una valoración. Las patronales apuntan a que tienen que estudiar con detalle el tema.
Este paso supone un hito para ELA y LAB puesto que rechazan la Mesa de Diálogo Social, al considerarla un «instrumento inútil». Es más, habría que remontarse a 2017, cuando todos los sindicatos vascos y la patronal acordaron blindar los convenios negociados en Euskadi, para encontrar un episodio de unión semejante.
Eso sí, las centrales nacionalistas se han abierto a negociar esta vía de implantar un salario mínimo vasco en la negociación colectiva sin renunciar a la alternativa de exigirlo también a través de un cambio legislativo que permita a Euskadi fijar su propio SMI, una competencia que ahora mismo solo tiene el Estado.
Cabe recordar, en este sentido, que ELA y LAB, junto con otros sindicatos nacionalistas vascos y navarros, registraron la pasada semana en el Parlamento vasco y en la Cámara de Navarra sendas Iniciativas Legislativas Populares (ILP) a favor de un salario mínimo propio que refleje «la realidad socioeconómica y sindical» de Euskadi y Navarra. Consideran que ambas vías son «complementarias» y que una no excluye a la otra. Sin embargo, este segundo camino exige un cambio legislativo a escala nacional, es decir, en el Congreso y el Senado, para que las comunidades autónomas tengan capacidad de tener su propio SMI, que afectaría a todos los trabajadores del territorio, y no solo a los vinculados a la negociación colectiva, como por ejemplo las empleadas del hogar.
De hecho, los sindicatos abertzales también se han adelantado ya hace unos meses a reclamar sus propias cifras. El primero fue LAB con una propuesta de 1.600 euros al mes y, pocos días después, ELA la elevó a 1.795. «El salario mínimo de España no vale como instrumento de reparto de la riqueza ni para que las personas que trabajan salgan de la pobreza», ha argumentado ELA hoy tras anunciar la iniciativa y defender su complementariedad con la ILP presentada en el Parlamento. También ha exigido al Gobierno vasco a »presionar a las patronales«, un mensaje parecido al lanzado por LAB. »Pedimos responsabilidad a la patronal y también a los Gobiernos para que apuesten por el acuerdo«, ha señalado Oihana Lopetegi, responsable de Acción Sindical.
Por su parte, Fran Osuna, secretario de Acción Sindical de CC OO Euskadi, ha puesto en valor el hecho de que se hayan puesto de acuerdo todos los sindicatos en presentar la iniciativa. Su homólogo en UGT, Dani González, ha coincidido en este punto y recordado la necesidad de Euskadi de atraer y retener talento. «Para ello son necesarios unos salarios acordes y atractivos», ha añadido.
El Gobierno vasco, por su lado, ha instado a patronal y sindicatos a alcanzar un acuerdo. La portavoz, María Ubarretxena, ha señalado que es una materia a negociar bilateralmente entre las dos partes, obviando la gestión que están haciendo las centrales nacionalistas en el Parlamento vasco para que Euskaid pueda fijar su propio SMI. «Debe darse un diálogo entre empresarios y sindicatos», ha dicho. Ha recordado también que en los Presupuestos del Departamento de Trabajo y Empleo, cuyo titular es el vicelehendakari Mikel Torres, hay un partida reservada para apoyar esta mesa de debate y también para que un grupo de trabajo realice una estimación de un salario mínimo acorde a la realidad socioeconómica de Euskadi.
No hay que olvidar que el objetivo es seguir la directriz de la Carta Social Europea y que el SMI alcance el 60% del salario medio. Pero esta última referencia es muy diferente en Euskadi respecto al resto de España, ya que los sueldos vascos son los más altos del país. Según los datos de la Encuesta de Estructura Salarial del INE, correspondiente a 2022, alcanzaban los 32.314 euros y la media nacional quedaba en 26.949. El 60% de estas cantidades serían en Euskadi 19.388 euros, mientras que para el conjunto de España se quedarían en 16.169, lo que equivaldría a 1.389 y 1.155 euros al mes, respectivamente.
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