Siemens Energy pierde 4.588 millones y confía en los gobiernos español y alemán para salir a flote
Las empresa dispondrá de avales públicos para conseguir créditos que le permitan eludir la bancarrota | «No merece la pena señalar un culpable», dice Bruch
Manu Alvarez
Bilbao
Miércoles, 15 de noviembre 2023, 07:48
Siemens Energy, la compañía alemana propietaria de la empresa vasca Siemens Gamesa, ha confirmado que en el último ejercicio ha perdido la friolera de 4. ... 588 millones de euros, cifra que ya había pronosticado hace meses, como consecuencia de los problemas que se han surgido en la filial de generación eólica. La multinacional ha identificado a la eóliva vasca como su gran problema, ya que de esas pérdidas nada menos que 4.338 millones de euros corresponden al lastre que ha generado en el último año Siemens Gamesa.
Los máximos responsables de la compañía, sin embargo, han mostrado su confianza total en la recuperación de la multinacional en los próximos años porque, aseguran, ya está «casi terminado» el análisis técnico de los defectos de diseño que tienen los aerogeneradores. El consejero delegado, Chritian Bruch, ha dado a entender que Siemens Gamesa va a refrzar su capacidad de producción en Europa -lo que beneficia a la estructura que tiene en España-, reduciendo quizá sus instalaciones en otros páises. Bruch ha puesto en cuestión la oportunidad de mantener la actividad de fabricación en Sudamérica. El reciente anuncio de paralizacióm de nuevas inversiones industriales en Estados Unidos también parece estar ligado a esta estrategia que, aunque no ha sido desvelado, quizá haya sido forzada por el Gobierno alemán a cambio de la concesión de las ayudas financieras. «España es un lugar importante para nosotros y vamos a sguir allí», ha remarcado Bruch, quien no ha querido adelantar el plan de ajuste que se pondrá en marcha. «Sería precipitado hacerlo en este momento porque no está definido aún», ha remarcado.
La firma cuenta ya además con el respaldo del Gobierno alemán, que concederá avales por un importe de 7.500 millones como ayuda financiera a la empresa. El Ejecutivo español no lo ha aprobado todavía, pero el Ministerio de Industria también ha confirmado su disposición a colaborar en este rescate financiero. Siemens Energy ha pedido al Gabinete de Sánchez avales por algo más de 3.000 millones de euros.
«La filial eólica continúa haciendo progresos. El análisis técnico de los problemas de calidad de las plataformas onshore 4.X y 5.X está casi terminado. Se han definido medidas correctivas y se están desarrollando acciones de mitigación. Siemens Gamesa ha suspendido las actividades comerciales de la plataforma 5.X y está definiendo los detalles sobre cómo y cuándo reanudarlas con un diseño que incorpore las medidas correctivas necesarias», ha señalado hoy la compañía. Por el momento, Siemens Gamesa ha paralizado la venta de su aerogenerador 5.X y aún desconoce cuando podrá volver a abrir las ventas, «con un aerogenerador ya adaptado», ha apuntado hoy el consejero delegado del grupo, Christian Bruch, en una comparecencia ante los medios de comunicación.
Riada de pérdidas
Como ya es conocido, los problemas técnicos surgidos en el generador terrestre 5.X han provocado una riada de pérdidas, que se suman al mal comportamiento del negocio por el aumento de costes de las materias primas. Siemens Gamesa ya ha vendido casi 200 unidades de este equipo, pero sus continuos problemas –la máquina se autodestruye como consecuencia de las vibraciones que no es capaz de corregir- han obligado a indemnizar a los propietarios de los parques eólicos. Además, la empresa ha tenido que parar la producción y eso también genera indemnizaciones adicionales por el retraso en la entrega de las nuevas unidades.
Siemens Energy confía en una abultada cartera de pedidos -más de 112.000 millones de euros- y en la resolución de esos inconvenientes técnicos para volver a la rentabilidad en 2026, en una coyuntura en la que la transición energética le será propicia. «Tras unas conversaciones intensas y constructivas, el Gobierno alemán ha acordado que garantizará 7.500 millones de euros», han asegurado hoy los directivos de la compañía, que aspiran a contar con hasta 12.000 millones de nueva financiación en avales para mantener la empresa a flote. «Con este acuerdo, el crecimiento de los pedidos de Siemens Energy en proyectos clave para la transición energética puede asegurarse ahora a largo plazo, al tiempo que se reducen los riesgos de las partes implicadas», ha indicado la empresa. El grupo Siemens también contribuirá al reflotamiento con la inyección de 2.100 millones de euros, a cambio de un 18% de las acciones que Siemens Energy tiene en una filial en India.
Siemens Energy se encuentran en un momento crítico, ya que sus negocios más tradicionales, los que tienen que ver con plantas de generación de electricidad, redes de distribución... funcionan bien, con crecimiento y además con un margen creciente de beneficio. Sin embargo, las pérdidas generadas en la división eólica la han situado al borde mismo de la bancarrota, tras haber generado las dudas en el sistema financiero sobre sus posibilidades de futuro. «No queremos abusar de este instrumento pero en necesario en este momento», ha asegurado Bruch a propósito de la petición de ayuda pública.
«El futuro de Siemens Gamesa en España es una prioridad para el Gobierno español», han reconocido fuentes del Ministerio de Industria, para admitir que están dispuestos a colaborar en el rescate financiero de la compañía. A cambio, Siemens Energy se compromete a no desmantelar la actividad industrial en el país donde, además de la sede de la filial eólica ubicada en la localidad vizcaína de Zamudio, cuenta con nueve fábricas y un potente centro de I+D en Navarra.

«No merece la pena señalar un culpable»
El consejero delegado de Siemens Energy, Christian Bruch, ha confirmado hoy la tesis que muchos técnicos han expuesto en los últimos meses para definir la causa fundamental de los problemas de Siemens Gamesa. Las prisas han sido el virus que ha minado la salud de la compañía eólica vasca. «Hubo una carrera por ver quién era el que lanzaba la última turbina al mercado», ha reconocido, lo cual supone admitir que la empresa comenzó a vender equipos que no estaban aún maduros, que no habían sido suficientemente probados y que tienen grandes defectos.
Una carrera por el mercado que ha estado alentada por todos los fabricantes de aerogeneradores pero también estimulada por los estados, con un cambio en los formatos de subastas de parques eólicos que han priorizado el recorte de las ayudas públicas. Así, los gobiernos exigían producción eléctrica sin ayudas, los promotores de parques a su vez han demandado aerogeneradores más eficientes y rentables y estos últimos han tratado de contentar a todos los anteriores con equipos que, como se ha demostrado, no estaban preparados para satisfacer todas esas exigencias. El choque con la realidad ha sido brutal y se traduce ahora en pérdidas milmillonarias.
«No vale la pena señalar a un culpable», ha dicho Bruck a continuación para evitar el debate sobre las responsabilidades personales y directivas en este proceso que ha situado la compañía al mismo borde del abismo. «Eso es ya agua pasada y debemos concentrarnos en solucionar los problemas», ha apuntado para soslayar esa exigencia de responsabilidades.
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