La rentabilidad de las EPSV firmó en 2023 su mejor año con ganancias de 1.950 millones

El resultado se resume en una cifra que haba por sí sola, la del patrimonio acumulado por las EPSV vascas y que vuelve a rebasar los 28.000 millones, el techo del ahorro alcanzado por las Entidades de Previsión Social Voluntaria que canalizan las aportaciones de 1,5 millones de socios en Euskadi. Esos poco más de 28.000 millones representan el 30% del Producto Interior Bruto (PIB) de Euskadi y se convierten en una herramienta que, gracias a la nueva regulación de las EPSV, cuenta con más opciones de inversión empresarial. De hecho, el pasado año la cartera invertida en Euskadi, se incrementó más de cien millones y alcanzó los 1.700.

Los datos los ha presentado este jueves en Bilbao el presidente de la Federación de ESPV de Euskadi, Ignacio Etxeberria. El total de las aportaciones realizadas por los socios ascendió en 2023 a 814 millones, una cantidad muy parecida a la del ejercicio anterior, que fue de 803. En cuanto a las prestaciones que han percibido los socios por su ahorro generado, ascendieron a 824 millones, un 4,7% más que los 787 de 2022.

El caso es que, quitando el efecto de aportaciones y rescates, el saldo del patrimonio de estos planes de pensiones ha experimentado un salto sin precedentes en la historia de las EPSV. Unas ganancias de 1.952 millones con una rentabilidad del 7,49%. Cifras que solo en 2019 se acercaron, con ganancias del 6,8% y 1.900 millones. Este comportamiento ha servido para recuperar las pérdidas cosechadas en 2022, un ejercicio en el que la caída de renta variable y la irrupción de los tipos de interés erosionaron el patrimonio de las EPSV en más de 2.000 millones.

La rentabilidad, en cambio, no oculta un problema persistente en las EPSV de Euskadi y que ha reconocido el propio Etxeberria. Se trata de un «cierto atasco en la evolución de socios y en las aportaciones» a estos planes de pensiones que «se viene registrando en los últimos años». Y es que solamente crecen las entidades que acogen a los trabajadores del sector público y las que establecen estas aportaciones en la negociación colectiva, de momento solo en Gipuzkoa, con Geroa.

Las EPSV de empleo (en las que aporta empresa y trabajador) crecieron en 14.000 socios hasta alcanzar los 531.000. Pero en el caso de las individuales (aquellas que cada ciudadano abre en su banco), el número de titulares sigue cayendo. En 2023 se redujo en 10.173 personas quedando un total de 634.000.

Además, la figura de los planes de pensiones de empleo incorporados a la negociación colectiva sigue teniendo como única excepción la propuesta guipuzcona de Geroa impulsada por patronal y sindicatos. A pesar de que esta figura para complementar la pensión en la que aportan empresa y trabajador se ha creado en toda España, todavía no aterriza en Euskadi.

Como adelantó EL CORREO, la patronal vizcaína, Cebek, va a lanzar una figura colectiva impulsada por el convenio de la construcción, pero en Álava SEA todavía no han concretado nada. Según el presidente de la Federación de EPSV de Euskadi, en «el diálogo social vasco, los agentes no tienen este aspecto como una prioridad». Por ello ha insistido en las demandas de su organización a las diputaciones para que generen un «entorno fiscal amable» que permita desatascar el actual bloqueo.

El último decreto que regula las EPSV y que fue aprobado por el Gobierno vasco el pasado mes de febrero, establece una apuesta por ceder mayores ventajas fiscales a las preferentes (aquellas que son de empresa y que comprometen el rescate del ahorro en forma de complemento a la pensión). Etxebarria ha insistido en la necesidad, además, de mejorar las deducciones en Sociedades para las empresas y mejorar el tratamiento en el IRPF al cobro del ahorro suavizando la tributación actual como renta de trabajo.