Cerca de 900.000 contribuyentes vascos se beneficiarán de la ayuda de 200 euros en el IRPF

Según los datos de las haciendas forales consultados por este periódico, en la última declaración de la renta un 71,12% de los contribuyentes vizcaínos (452.582) presentaron ingresos por debajo de esos 30.000 euros, por un 79% de los guipuzcoanos (304.959) y un 66% de los alaveses (121.440). Suman 878.981 declaraciones de renta en Euskadi, es decir, el 72% del global del más de un 1,2 millones de las registradas y que podrán acceder a esta ayuda en 2023.

Se trata de una medida diferente a la ayuda del Gobierno central anunciada en la última semana de diciembre por el presidente Pedro Sánchez. Este cheque fiscal fue activado por primera vez por las diputaciones del País Vasco el pasado mes de julio y surgió como una exigencia del PSE -socio del PNV en los gobiernos forales- a cambio de transigir con una deflactación generalizada en el IRPF que alcanzó el 5,5% para todos los tramos de renta el pasado año.

El lehendakari se comprometió a extender en 2023 esta política fiscal de la que han hecho bandera las comunidades autónomas gobernadas por el PP. Urkullu defendió en el último Pleno de Política General mantener este ajuste en todos los tramos de renta para ayudar a la ciudadanía a sobrellevar una escalada de precios que ha dejado el IPC en Euskadi el pasado año en un 5,2%, pero con un índice subyacente -el que hace referencia a los precios excluyendo la energía y los productos frescos- escalando hasta el 6,9%.

A pesar de que el lehendakari se asoció ese dato del IPC subyacente como referencia para establecer la deflactación en 2023, definitivamente el ajuste quedó en el 2% para el 2023, según acordaron las diputaciones en el Consejo Vasco de Finanzas celebrado en octubre. La medida tensionó la relación entre los socios de gobierno y el PSE reclamó la activación de este bono fiscal de 200 euros al que pueden acceder los casi 900.000 contribuyentes vascos.

Ambas iniciativas son las más destacadas del plan contra la inflación con el que las administraciones vascas arrancan este año. Un ejercicio en el que la previsión de recaudación sigue siendo optimista y presenta un objetivo nuevamente récord de 18.072 millones de euros, un 5% más que el pasado año. De nuevo los precios y su impacto en el IVA siguen siendo una de las principales causas del aumento de ingresos fiscales en un año el que, además, está previsto afrontar la reforma de los impuestos pendiente desde hace tres años.

Según fuentes forales, cada punto de ajuste en el IRPF supone una pérdida de recaudación de 35 millones de euros. Un dinero que escapa a hacienda, pero que queda en los bolsillos de los ciudadanos. Así, la deflactación supondrá un coste fiscal de 70 millones, que, sumado al del bono de 200 euros, hará un total de 250 millones de alivio para los contribuyentes.