Renfe ejecuta una sanción de 116 millones a Talgo en mitad de la operación Sidenor
El operador público, además, bloquea los pagos pendientes por los trenes Avril de los que quedan por abonar 120 millones
Renfe ha ejecutado ya una de las penalizaciones a Talgo por los retrasos en la entrega de los trenes Avril. Según ha podido confirmar EL ... CORREO de fuentes conocedoras de los hechos, este miércoles el operador estatal ha ratificado la sanción. Son 116 millones, la parte más gruesa de los expedientes abiertos por los retrasos de más de dos años en la serie 106 de alta velocidad -conocida como Avril- y que Talgo comenzó a entregar a finales del pasado mes de abril.
Además, Renfe ha decidido bloquear los pagos por este pedido de 30 unidades. El 5 de diciembre estaba previsto un abono de 6 millones que se detraerán de la sanción pendiente de cobro. En total, indican las mismas fuentes, del pedido quedan por pagar a Talgo 120 millones, una cifra muy parecida a la sanción impuesta.
Las penalizaciones podrían escalar aún más, ya que la pasada primavera, Renfe aumentó esa primera propuesta de sanción de 116 millones con otros 50, aunque el proceso administrativo de esta segunda multa sigue su propio recorrido. En total, Talgo se adjudicó el contrato de la fabricación de los 30 trenes más el mantenimiento posterior por 1.495,4 millones.
Operación Sidenor
La multa llega en mitad de las negociaciones que mantiene el presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, para hacerse con el control del fabricante de trenes. El industrial vasco ha ofrecido 4 euros por acción al propietario actual, el fondo Trilantic, que tiene el 29,9% de los títulos de la compañía. Son 150 millones por su participación. El fondo estadounidense lleva queriendo vender sus acciones desde hace años, pero pide 5 euros por cada una, algo más de 183 millones. Es la cantidad que había ofrecido el grupo húngaro Magyar Vagon en una opa por la totalidad de la empresa que el Consejo de Ministros vetó por «razones de seguridad nacional» y para mantener el control en España de una compañía que considera estratégica.
Impacto en las cuentas de este año
La sanción obligará a Talgo a provisionar de modo inmediato la cantidad de 116 millones en sus cuentas de este ejercicio. Un impacto que con toda probabilidad dejará a la compañía en pérdidas en 2024 aumentando su endeudamiento. Así, las cifras de deuda que la empresa anunció en septiembre sobre cinco veces el ebitda -beneficios antes de impuestos y gastos financieros-, lo que suponen más de 300 millones, serán aún mayores.
El impacto de la multa de Renfe afecta al valor de la compañía y, por lo tanto interfiere de plano en estas negociaciones. Pero, como ya adelantó este medio, la posición del Gobierno de España y de Renfe es la de dar facilidades a Talgo en el pago de las penalizaciones. Eso sí, siempre que entre los accionistas haya un socio mayoritario industrial y no financiero. Es decir, para eso es necesario que Sidenor se haga con el control del fabricante de trenes.
Los gobiernos central y vasco respaldan a Sidenor como una vía para garantizar el futuro industrial de Talgo, que a pesar de las multas vive un año de facturacion récord y cuenta con una cartera de pedidos histórica que asciende a 4.000 millones. Una muerte de éxito que necesita con urgencia un plan para ampliar su capacidad de fabricación. Ambos ejecutivos, además, están dispuestos a participar con capital en el accionariado de Talgo para asegurar su futuro.
Visita del ministro Óscar Puente
Este mismo miércoles, el ministro de Transportes, Óscar Puente, ha visitado la sede central de Sidenor en Basauri (Bizkaia). Un viaje no programado en al agenda del Ministerio y que evidencia el respaldo al industrial vasco y la apuesta del Gobierno por esta solución para Talgo.
Puente no ha ahorrado alabanzas hacia la tarea realizada por el empresario en la compañía productora de acero especial, que adquirió en 2016 al grupo brasileño Gerdau tras ejercer varios años como primer ejecutivo. «He tenido la oportunidad de conocer la fábrica de Sidenor en Bizkaia y de reunirme con su presidente. La empresa es un ejemplo de innovación y apuesta por las nuevas tecnologías en una industria tan importante para la economía española como la siderúrgica», ha asegurado Puente tras realizar una visita a las instalaciones de la acería y del tren de laminación.
Por su parte, el empresario vasco ha indicado que «hemos disfrutado viendo la fábrica, contándole nuestros planes y nuestros proyectos de futuro, de innovación, de tecnología, y de liderazgo en la transición ecológica. En definitiva, de crecimiento. Sólo se puede asegurar el futuro actuando con solvencia y solidez, creciendo de forma sostenible industrial y financieramente», ha manifestado Jainaga.
Endeudamiento
Talgo vive con buenos datos económicos pero con los pies atados. Y es que atraviesa un ejercicio en el que puede alcanzar una facturación récord, que hasta septiembre firmó unas ventas de 497 millones de euros y que se apoya para el futuro en una cartera de pedidos histórica con un valor de 4.000 millones de euros. El problema, sin embargo, reside en el ahogo financiero que comienza a provocar el cuello de botella de la producción. La falta de inversión en los últimos años en nuevas fábricas hace descansar el grueso de la construcción de trenes en sus dos plantas: una en Las Matas (Madrid) y la más grande en Euskadi, en la localidad alavesa de Rivabellosa. Son unas infraestructuras ahogadas ante la carga de trabajo y que, junto a otros factores, ha provocado retrasos. Una situación que ha desembocado también en las sanciones de Renfe por los 30 trenes Avril, la serie 106. La primera, ejecutada ya por el operador público, asciende a 116 millones.
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La cantidad anulará las ganancias de Talgo, que en 2023 obtuvo 12,2 millones netos y hasta junio de este año presentó un resultado de 14 millones. El negocio ferroviario obliga a financiar muchos de los pedidos para su construcción y cuenta también con avales sobre los contratos. Los retrasos en las entregas, alargan los cobros, pero también generan un mayor endeudamiento. Así, la compañía ya advirtió en septiembre que podría cerrar el año con un apalancamiento de entre 4 o 5 veces el ebitda -beneficios antes de impuestos y gastos financieros-. Una cifra que, junto a la multa, podría acercarse a los 500 millones.
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