La aprobación de la OPA de Siemens Gamesa acerca su salida de la Bolsa

El regulador ha dado luz verde al proceso por el que Siemens Energy pretende hacerse al menos con el 75% de Siemens Gamesa para retirarla de cotización en Bolsa y seguir con el proceso de ajuste que ponga fin a las pérdidas que la compañía acumula: solamente en los primeros nueve meses de este ejercicio han alcanzado los 1.256 millones de euros, que han de sumarse a los 1.500 millones de los dos años anteriores (918 millones en 2020 y 627 millones en 2021). Es un paso determinante para que la constructora de molinos vasca, que nació impulsada por el BBVA e Iberdrola, termine definitivamente en manos germanas.

Así, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha aprobado el 'folleto' por el que la compañía alemana, que tenía el 67%, aspira a adquirir la totalidad de las acciones ofreciendo 18,05 euros por título. La operación supondrá para Siemens Energy un desembolso de cerca de 4.000 millones -si llegara a controlar el 90% del accionariado-, pero le dejará las manos libres para seguir con el plan de reestructuración de la compañía que pasa por una simplificación de la estructuras administrativas y corporativas y una unificación tecnológica bajo una misma dirección en las instalaciones de Sarriguren, cerca de Pamplona, bajo el mando de Morten Pilgaard Rasmussen, un nombramiento que se dio a conocer el pasado mes de octubre.

La salida de Bolsa se contempla para enero de 2023, después de los 36 días naturales que los accionistas tienen de plazo para aceptar la oferta de 18,05 eruos por acción. El precio supone una prima del 34% sobre el valor de la acción a mediados de mayo. Fue precisamente el día 31 de ese mes tras continuos rumores sobre la operación cuando Siemens Energy confirmó la OPA de exclusión que buscaba la salida de los mercados del constructor eólico para afrontar el proceso de transformación de la compañía.

La OPA de exclusión, que se había venido retrasando algo más de lo habitual y que requirió una modificación exigida por la CNMV, permitirá a Siemens Energy, que tiene el 67% de la compañía, hacerse con parte del 27% de las acciones que están cotizando libremente en la Bolsa. El otro 6% se reparte entre fondos pasivos como el gigante Blackrock, el fondo soberano de Noruega Norges Bank, y el inversor público galo Caisse des Dèpots (CDC), que está reforzando su posición en las últimas semanas. El objetivo marcado por los alemanes para dar por concluida la OPA es elevar su control de Siemens Gamesa al 75%, lo que supone comprar un 23% más de la posición actual.

Cierre de plantas

Este movimiento dará más libertad para ejecutar un plan que contempla 2.900 despidos, 475 en España y la puesta a la venta de las ocho plantas con que cuenta el constructor eólico en el país. El impacto en Euskadi de estas medidas pasa por las dos instalaciones vascas, la de Asteasu (Gipuzkoa), centrada en la fabricación de las multiplicadoras que llevan los molinos; y la de Mungia (Bizkaia) que elabora elementos de carácter eléctrico para la generación de energía gracias al movimiento provocado por las palas. En cuanto al personal la mayoría de los despidos en España se centrarán en los servicios corporativos y de administración de las oficinas de Zamudio (Bizkaia), Sarriguren (Navarra) y Madrid. La cifra neta será, tras varias salidas este verano, en unos 352 empleados en un proceso que la compañía está tratando en la mesa de empleo con los sindicatos.

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