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Trabajadores en el acceso a una de las plantas del grupo Tubacex. E. C.

La presión sindical obliga a parar a las grandes fábricas vascas y algunas ya plantean ERTEs

Aernnova, Tubacex, Sidenor y Tubos Reunidos detienen la actividad, mientras Vidrala y Gestamp ajustarán producción

Miércoles, 18 de marzo 2020, 05:08

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La falta de unidad de acción sindical en las fábricas vascas es en muchas ocasiones motivo de enfrentamiento entre las diferentes siglas y de reproches por parte de los trabajadores. Ahora parece que han dejado de lado ideologías políticas o intereses personales para hacer 'piña' y elevar la presión contra las empresas más reacias a tener que paralizar la producción pese a la pandemia por el coronavirus. Un claro ejemplo de ello se vivió el lunes por la mañana en la planta de Mercedes-Benz en Vitoria, la principal industria vasca. El comité al completó -hay siete centrales representadas- bajó a la cadena de montaje para sentarse a pie de línea y detener la producción, «porque no se cumplen las medidas de higiene y seguridad y salud laboral que exigen las autoridades sanitarias», fue su argumento. La dirección se vio obligada a suspender la fabricación de furgonetas.

Con menor agitación a la vivida en la factoría de la multinacional alemana, también ayer otros comités protagonizaron movilizaciones para forzar a las empresas a parar la actividad en instalaciones donde «se comparten unas herramientas, un espacio y un oxígeno por donde el virus encuentra fácil modo de transmisión», denunciaban portavoces sindicales de Aernnova. La aeronáutica decidía a media mañana suspender hasta el lunes la actividad de producción de estructuras en la localidad alavesa de Berantevilla, donde trabajan unas 450 personas.

Por la tarde tomaban esa decisión de cierre tanto Sidenor para sus plantas de Basauri y Vitoria -un millar de trabajadores entre ambas- como Tubacex en Llodio y Amurrio -600 operarios en el Valle de Ayala-. Se trata de una suspensión «ordenada de la actividad», reconocen las firmas, después de que «la mayoría del comité» así lo haya reclamado. Estas plantas siderúrgicas «garantizan las condiciones de seguridad y salud laboral de los trabajadores», dicen las empresas, aunque los portavoces sindicales han denunciado en los últimos días que «no se respetan las distancias entre personas» y el riesgo de contagiarse por el neovirus «es alto».

Hasta el momento, prácticamente ninguna de las grandes industrias vascas ha decidido cómo afrontará los periodos de parón de producción. Sí lo anunció ayer Tubos Reunidos, con un millar de empleos directos entre Amurrio y Trapagaran. Al cierre «ordenado» entre ayer y hoy añadía la decisión de aplicar un expediente de regulación de empleo con carácter temporal (ERTE) para sus trabajadores, que comenzará a tomar forma en próximas fechas una vez que ayer por la tarde el Gobierno central informaba del nuevo escenario desde el punto de vista laboral.

Distancias de seguridad

La infección económica por el coronavirus se va extendiendo por todas las empresas vascas y las que no han decidido parar sí plantean ajustes de la producción. Fuentes de Gestamp, el mayor fabricante de componentes de España, con 22 fábricas y 6.000 empleados, aseguraban a este periódico que están adaptando su situación a los clientes y valorando «todas las opciones de flexibilidad» a su alcance, lo que incluye los ERTEs, que ya están negociando para sus plantas.

En Vidrala, por su parte, los sindicatos han alcanzado un acuerdo con la dirección para reducir la actividad de la planta de fabricación de envases de vidrio en Llodio «a niveles similares a los de los fines de semana o los turnos de noche». Porque en esas circunstancias «no hay problema de espacio para que podamos mantener las distancias de seguridad». Además, se producirán modelos de botellas que no presenten problemas de estocaje y que puedan salir al mercado una vez superada la alarma sanitaria.

Guardian Llodio impondrá distancias de seguridad de dos metros a sus trabajadores para que la empresa pueda mantener su producción y les propone cambiarse de ropa y ducharse en casa. Entre otras medidas, los operarios no deben compartir coche para ir a la planta, ficharán a través de la aplicación móvil y el comedor general se cierra.

Los sindicatos de ITP en las plantas de Barakaldo y Sestao también protagonizaron ayer movilizaciones para detener la producción. Y en las cooperativas del grupo Mondragón se mantiene la actividad pero con diferentes grados de intensidad y algunas incidencias. Su presidente, Íñigo Ucín, animó a los cooperativistas a que siempre que se «extremen las medidas de seguridad» se siga con la producción «para intentar dar respuesta a nuestros clientes. Es fundamental», afirmó.

La cifra

  • 3.000 trabajadores suman las plantas de Tubos Reunidos (1.000), Sidenor (1.000), Tubacex (600) y Aernnova (450) que ayer decidieron parar la producción.

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