
«El precio de la energía te puede dejar fuera del mercado»
Los contratos a largo plazo garantizan la estabilidad a una industria que debe redoblar su apuesta por la electrificación
Sergio Llamas
Sábado, 28 de junio 2025, 00:04
La factura eléctrica puede suponer entre un 15 y un 40% de los costes de producción que deben afrontar las empresas, un gasto clave que hace imprescindible la firma de los contratos PPA (Power Purchase Agreement) que garantizan un precio fijo a largo plazo en el acceso a la potencia energética. «El precio de la energía te puede dejar fuera del mercado», manifestó el director general del Ente Vasco de Energía EVE, Mikel Amundarain, en el último encuentro del ciclo Mundo Futuro organizado esta semana por EL CORREO con el apoyo del Gobierno vasco, la Diputación de Bizkaia, la Fundación BBK e Iberdrola.
Amundarain abrió el foro en el que también participaron el consejero delegado de Iberdrola Energía España, David Martínez; el director de la cadena de suministros de Tubos Reunidos, Jagoba Hernández; y el director de desarrollo inmobiliario y servicios del Grupo Eroski, Javier España. Durante el debate, moderado por el periodista Lucas Irigoyen, el director del EVE recordó que también la huella de carbono puede impactar directamente en los resultados de las compañías, por lo que la electrificación es un elemento clave en la descarbonización aunque por el momento sólo cubre el 25% del consumo. Esto hace imprescindible seguir impulsándola a través de «una regulación actualizada», «una competitividad que viene fijada por los precios» y una promoción por crear «parques» e impulsar «el autoconsumo».
La lección la conocen bien en Tubos Reunidos, actualmente inmersa en un proceso de electrificación en sus procesos de fabricación de tubos de acero sin soldadura y con las miras puestas en habilitar más de 12.000 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos en sus instalaciones. El director de su cadena de suministro, Jagoba Hernández, detalló que la firma de un PPA con Iberdrola «nos ha ayudado mucho a la hora de la electrificación con más de 120 gigavatios a diez años». «Esto es muy importante para nosotros porque nos da la estabilidad que necesitamos y nos permite lanzar al mercado productos que sean sostenibles como nuestro tubo O-Next de cero emisiones netas», ejemplificó. «Sin estos acuerdos, sin estos compromisos, no seríamos capaces de hacerlo».
Y no es necesario acudir a las empresas electrointensivas para ver esta realidad. También en compañías de distribución alimentaria como el grupo Eroski viven pendientes de la demanda eléctrica para multitud de procesos, desde administrar las tareas desde su propia logística hasta abastecer la cadena de frío. El director de desarrollo inmobiliario y servicios a centros de la cadena, Javier España, recordó que cuentan con más de 1.500 puntos de venta, lo que genera una vasta demanda con la complejidad añadida de mantenerla repartida por toda España y la imposibilidad de trasladar estos costes a sus productos, al formar parte de un mercado muy competitivo. «Hay dos claves: comprar energía de la forma más barata y garantizar que el consumo sea el menor posible», explicó.
Así, su apuesta pasa por la diversificación, con una parte del gasto energético garantizada a un precio fijo «para que los precios no se disparen» y otra «más a riesgo» ligada al 'pool eléctrico', que fija el coste de la luz diariamente. «Los PPA son claves para servicios como el nuestro», reflexionó.
En Iberdrola recuerdan bien que en los años 2017 y 2018, tras unos periodos de poca volatilidad en los precios, «no era sencillo explicarles a los grandes clientes las bondades de cerrar un acuerdo a plazo fijo para diez o cinco años». Tras un periodo muy enfocado en el sector eólico, y cuando comenzaron a apostar por el desarrollo fotovoltaico con un parque que arrancó en 2020 para transmitir más estabilidad al sector industrial, «todos los que firmaron disfrutaron de un precio estable y no sufrieron las subidas del gas que se dispararon por la crisis de Ucrania, permitiéndoles competir mejor a nivel mundial». Una apuesta por la competitividad que logró un doble éxito, ya que «a nosotros -explicaron en Iberdrola-, como desarrolladores esos ingresos fijos y predecibles nos permitían asegurar una mínima rentabilidad».
Ecosistema de pymes
Negociar unos contratos energéticos en lugar de acudir al mercado 'a pecho descubierto' no es igual para las grandes empresas que para el ecosistema de pymes que marca la realidad de Euskadi. «Desde el Gobierno vasco y desde actores relevantes como puede ser la propia Iberdrola u otros agentes como las cámaras de comercio o los clúster tenemos que acompañar a estas empresas», advirtió Amundarain, que apostó por introducirlas en centrales de compras y cláusulas de contratos que permitan ofrecerles garantías y un acceso a mejores precios. «Ese acompañamiento, con EVE a la cabeza, y esa gestión activa puede generar beneficios en cuanto al control de posibles pérdidas», valoró.
Y hay más retos que afectan a las grandes compañías de la industria vasca, como el de garantizar las cero emisiones. En Tubos Reunidos reconocen que el mercado ha recibido su producto «como un valor añadido» porque a sus clientes «también les piden ese tipo de productos» desde su cadena de valor. «Es un trabajo de muchos años que al final hemos conseguido que el mercado lo acoja y que no ha sido tanto el hecho de ganar nichos, sino de adoptar una tendencia e introducir este tipo de productos», defendió.
En el Grupo Eroski apuestan por contar con «socios confiables» que ayuden a navegar por los «complejos marcos regulatorios». «A nosotros nos está llevando casi tres años poder desplegar las plantas de autoconsumo en las cubiertas de nuestras tiendas, y en ese binomio de estabilidad de precio y marco regulatorio es necesario tener un compañero de viaje», afirmó.
Competitividad en juego
Por su parte, el consejero delegado de Iberdrola Energía España destacó la necesidad de unas redes capaces de distribuir toda la energía que se está generando. Se trata de un aspecto en el que, como reivindicó Martínez, «nos lo estamos jugando todo». «Nos jugamos la competitividad y la seguridad nacional», advirtió, apuntando que en el contexto geopolítico actual esto se vuelve cada vez más evidente.
Éste es un también un pilar a nivel estratégico, en la medida en que la industria vasca apuesta por la descarbonización. «Para que la electrificación suceda, no podemos tener unas redes que sean un cuello de botella. «Los ejemplos de proyectos de mejora de competitividad que no salen adelante porque ese industrial no tiene la red cerca, por la inversión que habría que hacer... esos proyectos que no acaban sucediendo y al final se caen... son proyectos renovables que tampoco van a salir», lamentó. Según destacó, para darle la vuelta a esta realidad, es necesaria tanto una mayor inversión en redes en España, como un marco regulatorio estable, predictividad y la eliminación de los límites a las inversiones.
En este sentido, el responsable del EVE defendió que hasta ahora la red desplegada en Euskadi ha cumplido su función «si bien los retos actuales necesitan una mayor capacidad y una mayor cobertura». «Aquí la industria es sensible a la descarbonización y por lo tanto estamos en esa ola», lo que hace que haya una electrificación muy importante, pero que para cubrir el 75% restante se podría «electrificar indirectamente a través de otros productos» como el hidrógeno.
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