Pradales da diez días a Sánchez para dar una solución al colapso de la red eléctrica vasca
El Gobierno central reivindica que el 26% de potencia que ha liberado este año ha ido destinada a la industria de Euskadi
El colapso de la red eléctrica lleva tiempo instalado entre las carpetas de máxima prioridad del Gobierno vasco. Las eléctricas revelaron el martes que el ... 100% de los nudos están saturados en Bizkaia y Álava, mientras que en Gipuzkoa solo queda el 2% de capacidad libre. El diagnóstico ha encendido todas las alarmas en un Ejecutivo que alerta de un riesgo mayúsculo: la pérdida de inversiones industriales por falta de enchufe podría arrastrar hasta 70.000 empleos. En este escenario, el lehendakari, Imanol Pradales, elevó la presión sobre Moncloa y exigió «desatascar» la situación antes de que acabe el verano.
Lakua activa así una «cuenta atrás» de diez días para un Gobierno Sánchez que en la última reunión bilateral entre ambos Ejecutivos se comprometió a presentar antes del otoño un calendario de actuaciones en redes capaz de «cubrir las necesidades urgentes de descarbonización de la industria vasca». Unas inyecciones de capital que, a juicio de la Administración vasca, deberían traducirse en 6.000 megavatios adicionales, lo que supondría elevar en un 50% la capacidad actual.
El lehendakari, en una entrevista en Onda Vasca, recordó que este colapso de la red estrangula el crecimiento de un centenar de compañías y mantiene en vilo a otra veintena de proyectos empresariales que querían desembarcar en el País Vasco. Pradales, necesitado de un triunfo tangible en Madrid ante la dificultad de culminar el traspaso de las transferencias del Estatuto de Gernika antes de fin de año -un compromiso adquirido por el PSOE a cambio de que el PNV apoyara la investidura de Sánchez-, endureció el tono al advertir de que Lakua «tendría que tener ya una propuesta sobre la mesa».
«Volverá a Madrid»
El órdago de diez días añade todavía más presión a un Gobierno central con demasiados frentes abiertos y que ayer mismo evidenció su debilidad parlamentaria tras perder la votación de la reducción de la jornada laboral. Lakua, en cualquier caso, lleva «todo el verano» negociando esta materia con Moncloa. El lehendakari incluso precisó que el consejero de Industria, Mikel Jauregi, «volverá a estar esta semana en Madrid».
La situación, en todo caso, es más grave en Euskadi que en el resto de territorios. No solo es que la vasca sea, junto a La Rioja, la comunidad con los nudos más saturados, sino también porque entre los mandatarios territoriales ayer únicamente Pradales puso el acento en la envergadura del problema. Fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica, sin embargo, recuerdan que la situación podría estar encaminada si el Congreso hubiera convalidado el pasado julio el 'decreto antiapagones'. Un texto rechazado por PP, Vox, Junts, Podemos y BNG y que reducía de cuatro a tres años la planificación de la red, además de impulsar una tramitación acelerada para proyectos clave. La misma normativa aspiraba a favorecer a la industria electrointensiva, de modo que recibiera un trato preferente.
Las mismas fuentes insisten en que desde 2020 «se han concedido accesos suficientes para doblar la demanda nacional». Este mismo año, el Ejecutivo ha sacado a concurso ocho nudos que suman en total 5.160 megavatios de potencia. De esa capacidad, un 26% se concentra en Euskadi, con dos enclaves vitales: uno en Vitoria, ya reservado para la nueva fábrica de Mercedes, y otro en Arrigorriaga, ligado a la cementera Heidelberg.
El jefe del Ejecutivo vasco advirtió de que si, pese a sus compromisos, el Gobierno central no es capaz de acometer las inversiones necesarias, Lakua está dispuesta a adelantarlas mediante un «cupo energético». Pradales no solo llamó la atención sobre los proyectos que siguen a la espera de conexión -con una demanda que se ha multiplicado por diez en los últimos tres años-, sino que también subrayó el riesgo de perder «aquellos que podrían llegar si el problema se solucionara». En la misma línea de gravedad, Confebask, a través de Adegi, urgió a las instituciones a «poner todos los medios para garantizar el suministro que asegure el crecimiento económico y social de Euskadi».
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