Pradales asistirá a la Conferencia de Presidentes tras incluirse el debate energético en el orden del día

Pradales, que ha reiterado en distintas ocasiones su decidida apuesta por la bilateralidad en las relaciones entre el Gobierno vasco y central –se ha reunido hasta en cuatro ocasiones en menos de un año con Pedro Sánchez–, había condicionado su asistencia a la cumbre con otros presidentes al debate sobre este asunto. Es una prioridad absoluta para un Ejecutivo autonómico que lleva meses alertando de la falta de potencia eléctrica y del déficit de interconexiones con Francia. Una cuestión que cobra todavía más relevancia después del apagón que dejó a oscuras la península hace cuatro semanas.

El Gobierno vasco lleva meses advirtiendo a Moncloa de que la actual saturación de la red eléctrica que sufre Euskadi podría convertirse en un freno estructural para la competitividad empresarial e industrial vasca. Es por ello que reclama que la nueva planificación de red en la que está trabajando el Ejecutivo presidido por Sánchez contemple una ampliación de 6.000 megavatios de potencia adicional para los tres territorios, lo que supondría un incremento del 50% respecto a la capacidad actual disponible.

El lehendakari, que este viernes visitó la planta de ArcerlorMittal en Sestao –una de las instalaciones perjudicadas por el apagón y que todavía trabaja en cuantificar sus pérdidas– adelantó que en la Conferencia de Presidentes reclamará una «discriminación positiva» a la hora de distribuir recursos energéticos hacia las comunidades con más necesidades y con proyectos que ya están en desarrollo. Una propuesta que se enfrenta al reto de generar consensos entre unas comunidades del PP enfocadas en denunciar cualquier guiño de Moncloa al nacionalismo vasco y que ven «inútil» esta cumbre.

«No invertir en la mejora de la red eléctrica vasca podría poner en riesgo el empleo de más de 75.000 personas en Euskadi», reiteró Pradales. El Ejecutivo autonómico ya tiene identificadas 117 empresas que necesitan de forma urgente una conexión adecuada para poder desarrollar sus proyectos de inversión y crecimiento. Se trata de compañías que han mostrado su voluntad de ampliar instalaciones, modernizar procesos o implantar nuevas líneas de producción –como es el caso de la propia ArcelorMittal, que reclama 40 megavatios adicionales–, pero que se encuentran condicionadas por la falta de capacidad en la red de distribución.

El Gobierno Pradales, desde que se conformó hace menos de un año, ha hecho una apuesta decisiva por hacer de la defensa del tejido productivo una de sus principales banderas. Un objetivo que tiene aún más urgencia en un escenario marcado por las tensiones derivadas de la política arancelaria de Donald Trump, la presión de la sobreproducción china sobre los mercados europeos y «la competencia desleal», según advirtió ayer el propio lehendakari. Ya el pasado febrero, antes de que el presidente estadounidense impusiera aranceles a la Unión Europea, el Ejecutivo autonómico puso en marcha un Foro para la Defensa Industrial. Una herramienta preconcebida para movilizar recursos y reforzar la competitividad de la economía vasca ante un entorno global cada vez más incierto y desafiante.

Aunque Moncloa aún no ha enviado a las comunidades el orden del día definitivo, Lakua cuenta con el compromiso de que la cuestión energética estará sobre la mesa. El Gobierno de Pedro Sánchez convocó la Conferencia de Presidentes con la vivienda y la formación universitaria y profesional como temas principales, pero dejó abierta la posibilidad de que los ejecutivos autonómicos planteen otros asuntos de interés. La comisión preparatoria del pasado miércoles, no obstante, anticipa un clima de tensión. Se prevé un choque frontal entre comunidades del PP y del PSOE en cuestiones como la financiación autonómica y la inmigración, dos de los temas que los populares quieren incluir en el debate.