La polaca Pesa aspira a potenciar sus acuerdos comerciales con Talgo tras renunciar a la opa
Confirma que después de analizar los factores «externos e indirectos» de la operación decidió no presentar ninguna oferta
El fondo polaco PFR -propietario del fabricante de trenes Pesa- confía en mantener relaciones comerciales con Talgo después de que el consorcio vasco liderado por ... el empresario José Antonio Jainaga tome el control de la compañía dentro de tres semanas. La firma, que descartó presentar una opa ante el riesgo de que el Gobierno español la bloqueara (como ya hizo en julio con la húngara Magyar Vagon), confía en que la colaboración entre ambas empresas «continúe» y sigue abierta a «explorar otras formas de cooperación en el futuro».
El propio fondo insiste en un comunicado difundido a los medios de comunicación en que considera a Talgo «un socio de valor», por lo que aspira a potenciar las relaciones comerciales entre ambas entidades. Se refiere de forma explícita al Memorando de Entendimiento firmado entre las dos compañías hace apenas seis meses. En este acuerdo, ambas firmas se comprometieron a abordar de forma conjunta los concursos de alta velocidad en Polonia. La clave de este pacto radica en que Pesa carece de un tren de alta velocidad para acudir a las licitaciones, por lo que necesita a la empresa ferroviaria vasca para ser competitiva.
Estas afirmaciones de Pesa llegan un día después de que el lehendakari Pradales anunciara «un gran plan industrial» para aumentar el impacto «económico, industrial y de empleo» de Talgo. La cuestión es que aunque el fabricante de trenes vascos tiene una importante cartera de pedidos -Pradales presumió ayer de que supera los «4.000 millones»- también acumula importantes retrasos en sus entregas. La operadora ha tardado hasta tres años en entregar modelos de los trenes Avril a Renfe, lo que llevó a la empresa pública española a multar con 116 millones de euros a Talgo. Una cuantía de la que tendrá que hacerse cargo el nuevo Consejo de Administración.
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Este atasco en la capacidad de producción de Talgo supone que la empresa vasca necesite una segunda operación de fortalecimiento industrial, que pasa por establecer alianzas comerciales o integrarse en un grupo de mayor tamaño. Es por ello que Pesa ha puesto sobre la mesa en más de una ocasión la posibilidad de implantar un tercer turno en sus fábricas de Bydgoszcz y Minsk Mazowiecki -donde ahora opera a medio gas- para recibir carga desde España.
El propio Gobierno vasco, una vez asegurado el control de Talgo, no se cierra a establecer acuerdos de colaboración tanto con la polaca Pesa como con la india Jupier Wagons, que también descartó presentar una opa. Fue el consejero de Industria, Mikel Jauregi, quien la semana pasada se mostró dispuesto a impulsar «alianzas estratégicas» para reforzar la compañía.
Descarta convertirse en accionista
En el comunicado enviado a los medios de comunicación, el fondo polaco PFR confirma que una vez descartada la opa a la compañía, «no prevé realizar ninguna inversión de capital en Talgo como accionista minoritario». El mismo texto explica que desechó la posibilidad de presentar la opa tras realizar un análisis «exhaustivo» en el que abarcó «tanto factores directamente relacionados con la operación como otros externos e indirectos».
La clave está en que Moncloa, a inicios de la semana pasada, dirigió un contundente mensaje al Gobierno polaco pidiendo que no interfiriera en una vía que garantiza una solución nacional e industrial para Talgo. El propio ministro de Economía, Carlos Cuerpo, recordó el miércoles en Varsovia que la legislación española dispone de herramientas para retener empresas estratégicas. Se trata del 'escudo antiopas', con el que ya bloqueó el intento de la húngara Magyar Wagon.
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