PNV y Gobierno vasco elevan la presión a Sánchez para desatascar la operación Talgo

El desencadenante, un nuevo atasco en la tramitación del crédito convertible de 150 millones de la Sepi para refinanciar la deuda de Talgo con el resto del 'pool' bancario. En un comunicado el grupo parlamentario del PNV en el Congreso de los Diputados ha denunciado que la entidad dependiente del Ministerio de Hacienda «ha decidido finalmente dar marcha atrás a su propuesta inicial y exige al consorcio vasco que modifique la fórmula de acceso a Talgo una vez más».

Según ha confirmado ELCORREO de fuentes conocedoras de las negociaciones, este martes era un día determinante para cerrar la fórmula con la que resolver el esquema financiero del fabricante de trenes, que tiene una deuda de más de 400 millones agravada con la multa de 116 millones impuesta por Renfe por el retraso en la entrega de los trenes Avril. Para ello, se contaba con los 150 millones del préstamo convertible de la Sepi. Es una figura financiera compleja y cuyos intereses de devolución se ajustan a los beneficios de la empresa, además de contar con la garantía de poder convertirse en acciones de la compañía.

El caso es que la tramitación no solo se ha atascado, sino que, según ha denunciado el PNV, ha dado marcha atrás en una situación en la que la Sepi ha vuelto a planteamientos superados como dividir el préstamo entre el Gobierno central y el consorcio vasco liderado por el presidente de Sidenor.

Así las cosas, la portavoz del PNV en el Congreso, Maribel Vaquero, ha insistido en un comunicado en que «los acuerdos están para cumplirlos» y ha advertido de que, «si la operación fracasa, será el Gobierno español quien tenga que explicar las razones». Por ello exige que el Ejecutivo central «deje de obstaculizar». La advertencia llega en un momento clave para la legislatura de Pedro Sánchez. Tras los casos de corrupción en el partido y el Gobierno, el presidente afronta este miércoles un pleno en el que dará explicaciones en la Cámara y donde será determinante la posición de los partidos que favorecieron su investidura, entre ellos el PNV. Además, el próximo martes se reúne con el lehendakari Imanol Pradales para concretar el traspaso del primer bloque de la gestión de la Seguridad Social.

Mientras tanto, fuentes del Gobierno vasco redundaron en el mensaje recordando que «ahora está en la mesa de la Sepi volver a encauzar la situación». El departamento de Industria refrendó también la idea de una marcha atrás al señalar que era «una situación previamente acordada». Aunque, a pesar de todo, las mismas fuentes del Ejecutivo autonómico han reconocido que «somos optimistas y esperamos que todos los agentes implicados tengan altura de miras para que Talgo siga arraigada en Euskadi y se puedan realizar las inversiones industriales necesarias». Un guiño que también lanzó Vaquero al recordar que «aún se puede desencallar la situación».

Exigencias

Esta muestra de desencuentro es la más grave y es también la primera vez en la que se achacan responsabilidades por un posible fracaso desde el mes de febrero. Entonces, el consorcio liderado por Jainaga, y del que forman parte Gobierno vasco y las fundaciones BBK y Vital, firmó un principio de acuerdo con el propietario del 29,7% de Talgo. Se trata del fondo Trilantic, el principal accionistas y cuya posición daría el control en la empresa al presidente de Sidenor. Pero Jainaga no terminará esa compra si el esquema financiero de Talgo no está cerrado. Una posición de fuerza que, según señalan fuentes conocedoras de los contactos, está haciendo valer en las negociaciones que afrontan ahora su fase decisiva. Son exigencias que, explican, dificultan la tramitación del préstamo público que requiere de estrictos controles.