El 56% de los parados vascos tiene un nivel de estudios que alcanza la ESO como máximo
La baja formación de los desempleados dificulta su encaje en un mercado laboral que se encuentra en récord de cotizantes
Miren tiene 52 años y está en el paro. «En unos días empiezo un curso de prevención de riesgos laborales en Lanbide», dice con poca ... fe sobre las puertas que le va a abrir. Hace dos años cerró la panadería en la que trabajaba y desde entonces encadena «trabajillos» que apenas le dan para sobrevivir: limpieza de oficinas, de casas... «A mi edad y con la formación que tengo de auxiliar de clínica es muy difícil encontrar un empleo en condiciones», se lamenta.
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Ella encaja con el perfil medio del parado vasco que arrojan los datos de Lanbide correspondientes al mes de febrero y publicados el pasado lunes. La estadística contabiliza 110.545 desempleados en la actualidad, un número muy inferior a los más de 170.000 que llegó a haber en lo peor de la crisis financiera, pero que sigue siendo una cifra preocupante. De ellos, el 58% son mujeres, como se recordó este viernes 8 de marzo.
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Otro rasgo que predomina es la avanzada edad. Casi un tercio -33.500- tiene más de 55 años y los mayores son los que tienen más riesgo de cronificarse en el desempleo; una vez caen en el agujero es muy difícil que salgan y por eso son mayoría en el paro de larga duración (más de un año). No obstante, conviene puntualizar en este apartado que entre los 17.400 parados mayores de 60 años hay quienes están a la espera de la jubilación, tras llegar a un pacto de despido con la empresa.
Pero quizás el mayor condicionante del parado vasco es la baja formación. Un 56% -casi 62.000 desempleados del total de 110.500- tiene como mucho la ESO, de acuerdo con la estadística de Lanbide. Si se suma el 8% que ha hecho Bachiller, la conclusión es que casi dos de cada tres solo tienen estudios básicos generales no orientados a una profesión.
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El otro tercio estaría repartido casi a partes iguales: un 14% ha realizado un grado medio de Formación Profesional, un 11% un grado superior de FP y otro 11% cuenta con estudios universitarios. No hay datos pormenorizados sobre las ramas que han cursado.
Casi un tercio tiene más de 55 años y los mayores copan el paro de larga duración
Vacantes en las empresas
La escasa formación es, sin duda, una de las principales dificultades para reducir aún más la bolsa de desempleo que tiene Euskadi, que al cierre del año pasado se situaba en el 7%, según el Eustat, la más baja de España y un mínimo desde 2008, cuando se vivía un 'boom' económico previo a la crisis financiera.
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Este colectivo de parados, a los que hay que buscar una salida, coexiste con un mercado laboral en ebullición que está encadenando máximos históricos: en febrero, la cifra de cotizantes en Euskadi superaba con holgura el millón, muy cerca del récord de diciembre. Y las empresas se quejan continuamente de que no encuentran trabajadores cualificados para cubrir sus vacantes. «Nos piden electricistas casi a diario. Hay empresas que tienen sus ofertas abiertas desde hace año y medio y no las consiguen cubrir», asegura la Federación Vizcaína del Metal.
Lanbide está en medio, con la función de hacer de puente entre unos y otros. El Departamento de Trabajo, liderado por Idoia Mendia, se comprometió a «dar la vuelta como un calcetín» al servicio público de empleo, demasiado volcado en el pasado a la gestión de la RGI, y ha iniciado una profunda transformación para hacerlo más eficiente. Queda mucho recorrido de mejora si se tiene en cuando que solo intermedió en el 3,6% de los contratos firmados el año pasado.
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El director de Lanbide, Francisco Pedraza, reivindica los avances logrados. «El año pasado formamos a más de 100.000 personas, dimos orientación a unas 132.000 y gestionamos 20.000 ofertas», señala. Explica que al servicio público de empleo se acerca sobre todo la gente con menor formación, que suele ser además la de mayor edad. «Son personas para las que hay que hacer itinerarios más largos y buscar soluciones como acreditar la experiencia que tienen», señala. Lanbide ofrece, además, formación para un amplio abanico de certificados de profesionalidad, que están siendo de ayuda para la integración de inmigrantes.
«Pero no hay que olvidar que existe cerca de un 40% de los parados que tienen estudios y que con un ajuste formativo podrían adaptarse a las vacantes de las empresas», apunta. Admite, en este sentido, que las compañías no se acercan a Lanbide con sus ofertas para personal cualificado y recurren a otras vías. «Es un reto en el que estamos trabajando», señala.
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Los sindicatos se quejan de que las empresas no hacen llegar sus ofertas a Lanbide
Desde Confebask insisten en que los trabajos hoy en día, incluso los más básicos, requieren mucha formación. «Y ocurre que hay un gran desajuste. Incluso entre los universitarios, un alto porcentaje escoge ramas alejadas de la demanda como educación infantil», apunta Carlos Pereda, responsable de Empleo en la patronal. Rechaza con rotundidad que el problema para que no se cubran las vacantes sea una cuestión de salarios. «No hay un problema de sueldos bajos. Los universitarios vascos cobran 1.700 euros de media a los tres años de graduarse», dice.
CC OO Euskadi discrepa. «No todo es un problema de formación. También ocurre que las empresas piden a gente hiperformada para puestos de categoría inferior y muchas veces para jornada parcial», opina Goio Martín, del gabinete técnico. Considera que una de las principales dificultades es que las compañías no comunican sus ofertas a Lanbide y así no se puede saber la realidad sobre esas vacantes sin cubrir que denuncian.
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«Las empresas podrían participar más en los planes de formación con compromiso de contratación», coincide en la misma línea Arantxa Niño, responsable de Empleo y Formación de UGT-Euskadi. Sostiene que muchas de las personas ahora en paro podrían reinsertarse con recualificación.
Solo el 47% cobra la prestación contributiva o el subsidio
Uno de los graves problemas que tienen los parados en Euskadi es la baja cobertura de las prestaciones. Solo un 47% del total -menos de 52.000- recibe la contributiva o el subsidio por desempleo. No obstante, también hay que apuntar que en caso de encontrarse en situación de vulnerabilidad pueden recibir un complemento de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), que en la actualidad cubre a 28.971 parados vascos.
Bajando al detalle, cerca de 30.864 desempleados, un 28% del total, cobra la prestación contributiva, que es un porcentaje de la base reguladora y alcanza una duración máxima de dos años. El importe medio en Euskadi es de 1.025 euros.
Una vez agotada se puede acceder el subsidio, que actualmente ingresan en el País vasco 19.277 euros. El Gobierno aprobó en diciembre una reforma de esta prestación, que ronda en la actualidad los 480 euros al mes, pero Podemos la tumbó en el Parlamento. Se está negociando una nueva versión.
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