El consejero de Industria alerta de que Euskadi «está a la cola de Europa» en renovables

Por ello, ha anunciado una inversión de 160 millones en instalaciones renovables –equivalente a 340 MW, que serían unos 70 aerogeneradores– para autoabastecimiento de empresas y hogares. De no hacerlo, ha explicado, «la única vía para cumplir con la Ley vasca de Cambio Climático –plantea que para 2030 el 32% del consumo energético vasco provenga de fuentes renovables– sería importando masivamente energía renovable foránea». El anuncio llega, además, en la misma semana en la que se conoce la negativa del Gobierno vasco a un parque eólico en Álava y la existencia de varios informes de las diputaciones alavesa y vizcaína contrarios a varios proyectos fotovoltaicos de Solaria.

Este despliegue se hará, según el consejero, con «un debate sereno y racional, soluciones equilibradas y una implantación ordenada». Además de respetando «escrupulosamente» el cumplimiento de criterios medioambientales. Para ello, ha reclamado «socializar el debate» y se ha comprometido a resolver las 4.000 alegaciones presentadas al Plan Territorial de las renovables para octubre. Este documento es la herramienta que ordena el suelo estableciendo los emplazamientos para las diferentes instalaciones.

EH Bildu ha sido muy reticente al aluvión de proyectos –hay más de un centenar registrados en el Ejecutivo–. Su portavoz, Mikel Otero, ofreció una «mano tendida» pero recordó que «serán exigentes con las cuestiones medioambientales» y criticó la estrategia de implantación desordenada del Gobierno autonómico hasta ahora.

Sobre las emisiones de CO2, el consejero ha recordado el compromiso de reducirlas un 45% en 2030 respecto a 2005 y ha anunciado, por otra parte, la inversión de 100 millones de euros para la descarbonización de la industria.

En cuanto a la política global de su departamento, Jauregi ha defendido «un salto cualitativo» para mantener el desarrollo de la industria que «asegura el bienestar de Euskadi». Una tarea para la que recurrirá al «fondo soberano», que se ha convertido en comodín al que han recurrido en los últimos días tanto el lehendakari, Imanol Pradales, como el consejero de Hacienda, Noël d'Anjou. La herramienta reforzaría el fondo Finkatuz para invertir en empresas aunando recursos de las fundaciones bancarias vascas, las EPSV o los 'family office', aunque no explicó ni la vía ni una cifra objetivo que alcanzar.

No es solo asegurar el arraigo de compañías estratégicas, sino también «generar y favorecer la aparición de nuevas empresas en colaboración público-privada». Además, el emprendimiento de base tecnológica será otra de las líneas de acción con la puesta en marcha de un nuevo fondo dotado con 9 millones anuales para lanzar 10 proyectos en este sector cada ejercicio.

La otra gran apuesta desgranada por Jauregi ha sido la del suelo industrial, otra de las problemáticas en Euskadi para la atracción de empresas por su escasez. En su programa para la legislatura ha señalado que se destinarán 126 millones para promover 2,5 millones de metros cuadrados en diferentes actuaciones. La más importante está prevista en el Parque Tecnológico de Miñano. Allí, para la fábrica de baterías de Basquevolt se prevén 1 millón de metros cuadrados. Segùn los planes de la gigafactoría y si se cumplen las fases, en 2027 estaría prevista la gran inversión para comenzar la producción industrial.

El resto de los terrenos para empresas se reparten entre los otros parques tecnológicos, como Zamudio, el de Abanto (dedicado al hidróngeno), instalaciones en Zorrotzaurre, Ortuella, Donostia, Hernani y Hondarribia.