La multa de Renfe lleva a Talgo a pérdidas de 107 millones y agrava su situación financiera

Las cifras han quedado empañadas por la obligación de provisionar en las cuentas la multa ejecutada por Renfe el pasado diciembre. Aquella notificación supone, tal y como explicó este viernes la empresa, «un incremento del riesgo de la probabilidad de hacer frente a la penalización». Por eso ha decidido retirar de caja el 100% del importe de la multa imputando así esos 116 millones en 'otros gastos de explotación' en la cuenta de resultados.

De no haberse concretado la penalización, el fabricante de trenes hubiera ganado 8,1 millones, un 33% menos que los 12,2 de 2023. La cotizada sigue defendiendo que «los retrasos se han ocasionado por causas no imputables a Talgo», a la vez que advierte de que se reserva «su derecho de acudir a los tribunales». A pesar de todo, anuncia su intención de «llegar a una solución».

Es la clave en la que se viene trabajando especialmente para ayudar al aterrizaje de los nuevos propietarios, el consorcio vasco liderado por Sidenor. Junto a Gobierno vasco y las fundaciones BBK y Vital ha firmado un principio de acuerdo para hacerse con el control de la compañía adquiriendo el 29,7% de sus acciones, que estaban en manos del fondo de inversión Trilantic.

Renfe ha trasladado su disposición a dar facilidades en el cobro. De hecho, sus servicios jurídicos analizan fórmulas como un aplazamiento, pero esquivando la retirada de la multa que, como explicó la semana pasada el secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, no tendría cabida legal.

Los retrasos en las entregas han sido una fuente de problemas para Talgo que, además de las sanciones, han afectado también a su situación financiera, con una deuda que escala peligrosamente hasta los 404 millones. Las dilaciones impiden los ingresos y mantienen elevadas las necesidades operativas de fondos (NOF). Es el dinero necesario para las compras relacionadas con el pedido, así como los avales de cara al cliente.

La compañía explica que la de la deuda es una situación coyuntural y que este año, gracias a una sólida de cartera de pedidos y con las entregas previstas, la reconducirán a niveles más normalizados. Además de los trabajos de Renfe, Talgo cuenta con los pedidos de Alemania (2.100 millones), Dinamarca (350 millones) y Egipto (280 millones).

Pero el caso es que las pérdidas del pasado año y la deuda neta suman más de 500 millones en el debe de la compañía. Unas cifras que pesan ahora en la mochila de presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, que negocia los flecos del acuerdo con Trilantic para tomar el control del fabricante.

La operación cuenta con un principio de acuerdo en el que Sidenor, Gobierno vasco y las fundaciones bancarias vascas abonarán 4,15 euros por cada una de las acciones del fondo inversor. Supone un primer pago de unos 152 millones.

A la espera del acuerdo final

Ahora se negocian las condiciones que fijarán el pago de un variable de hasta 0,85 euros por título. Supondría elevar el importe hasta 183 millones. Qué tiene que ocurrir en el comportamiento de la compañía en los próximos años para haya que abonar ese suplemento es lo que está encima de la mesa. Acordado este punto, se procederá a la firma definitiva y tendrá lugar el aterrizaje de Jainaga en Talgo.

Así que la situación financiera es determinante, como lo es también para fijar el plan industrial. Y es que la ampliación de la capacidad de fabricación es una prioridad para dar salida a los pedidos que ahogan a la compañía. La salud de las cuentas de Talgo también es relevante para otra de las tareas que debe afrontar Jainaga, la renegociación con los bancos de esa deuda creando un nueva organización de los créditos con diferentes entidades.