Mondragón busca fondos europeos para tres proyectos que moverán 1.100 millones
Prevé crear 4.500 empleos en Euskadi en las áreas de digitalización, economía circular y hogar del futuro y cuidado de las personas
La Corporación Mondragón trabaja a pleno rendimiento para poder acceder al programa de fondos europeos para la reconstrucción tras la pandemia 'Next Generation'. Así lo ... desveló ayer el presidente del grupo vasco, Iñigo Ucín, durante una conferencia ofrecida en el campus donostiarra de la Universidad de Deusto. La apuesta de la corporación se centrará en tres grandes áreas de futuro o «megaproyectos», como los definió Ucín, que comportarán una inversión total de 1.100 millones de euros. Los proyectos concretos se llevarán a cabo en gran parte mediante colaboraciones con distintos agentes.
El ejecutivo guipuzcoano aseguró que se realizarán independientemente de si llegan o no, o en qué cuantía lo hacen, esos fondos europeos, y que comportarán la creación de 4.500 nuevos empleos en Euskadi, todos ellos en sectores, negocios y actividades de futuro.
Iñigo Ucín fue el protagonista de una charla coloquio celebrada en el campus donostiarra de la Universidad de Deusto, titulada 'Liderar en tiempos de incertidumbre', y que siguieron a través de internet unas 200 personas. De forma presencial estuvieron Agustín Garmendia (presidente de Deusto Business Alumni,), Asier Atutxa (responsable de PwC en Euskadi) y Zenón Vázquez, director general de Elkargi, quien hizo de moderador en el posterior coloquio. También acompañó a los presentes Álvaro de la Rica, decano de Deusto Business School.
Aunque Ucín no profundizó demasiado y sólo mencionó la digitalización, la energía y lo social, los planes de la corporación contemplan tres capítulos concretos que podrían ir de la mano de los fondos europeos. El primero sería el de la economía circular y la sostenibilidad, dentro del cual se encuentran proyectos dedicados a los negocios de sistemas y componentes para la nueva generación de vehículos eléctricos, así como la revalorización de los llamados excedentes alimentarios, las energías renovables y los equipos de producción sostenibles.
Tras caer la actividad industrial del grupo hasta en un 75%, sus fábricas trabajan ya al 90%
recuperación
Inteligencia y salud
En segundo lugar, y dentro del apartado de la digitalización, la corporación aspira a lograr el apoyo europeo a iniciativas para convertir en 'inteligentes' sus fábricas, así como la aplicación de la tecnología a las propias organizaciones y al manejo de los procesos.
En tercer lugar, Mondragón prepara su petición de ayudas para una batería de proyectos en un apartado definido como 'el hogar del futuro y el cuidado de las personas'. En este capítulo aparecen iniciativas ligadas a las casas digitales y a los nuevos negocios en el campo de la salud, que formarán parte también de los proyectos candidatos al 'Next Generation'.
Estos fondos tienen reservados para España (el Gobierno central es el interlocutor único con las autoridades comunitarias) 140.000 millones de euros; de ese total, 72.700 serán transferencias (subvenciones a fondo perdido) y 67.300 préstamos blandos.
«Las expectativas son muchas, y no sé si se podrán atender», aseguró Ucín, que reconoció que el cierre de la economía en los primeros compases de la pandemia fue un mazazo muy fuerte para su grupo. La actividad industrial cayó un 75% pero, afortunadamente, explicó, se encuentra ya en un 90%, con negocios como la automoción o el de componentes a muy buen ritmo. Otros, por el contrario, confesó, siguen sufriendo. Pero, matizó, la fotografía general no es mala. «Esperamos terminar este 2020 más que decentemente bien», aseguró.
El presidente de la corporación, que hizo un extenso repaso de la potencia de Mondragón, reveló que la pandemia obligó a los socios de no pocas cooperativas a bajarse el sueldo para poder afrontar ese primer golpe. De todos modos, desveló que la dureza de las condiciones hizo que el grupo perdiera «un 3% de los puestos de trabajo». Ucín no ofreció mayor detalle, aunque cabe interpretar que ese ajuste se produjo entre el personal contratado y no entre los socios cooperativistas.
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