Los pensionistas vascos vuelven a tomar la calles para luchar contra los recortes

De nuevo el Movimiento de Pensionistas de Bizkaia volvió a ser el que más músculo mostró en las calles no sólo de Bilbao, con varios miles de personas, sino del conjunto de España, ya que se trató de una jornada en la que hubo movilizaciones en unas 50 ciudades, entre ellas Madrid, Barcelona y Valencia. Por las calles de San Sebastián también la presencia fue notable y en Vitoria algo más moderada, registrandose también concentraciones en Ondarroa, Lekeitio y Eibar.

En las manifestaciones vascas corearon los lemas y consignas no sólo a los pensionistas actuales, sino también a personas de edades próximas al retiro y también algunos jóvenes, ya que en el caso vasco la cita contaba con el respaldo de los sindicatos que integran la Carta de Derechos Sociales, como ELA, LAB, Steilas, ESK, Etxalde, Hiru, CGT y CNT.

El tiempo acompañó a los manifestantes, en una tarde templada, medio nublada y sin lluvia, en la que los organizadores se afanaron por tratar de conformar filas con las separaciones preceptivas para garantizar el cumplimiento de las medidas de seguridad frente a la pandemia. Lógicamente el avance de la vacunación, especialmente entre el colectivo de mayor edad, jugó a favor de la recuperación de la asistencia a las movilizaciones de los grupos de pensionistas.

El portavoz del Movimiento de Pensionistas de Bizkaia, Jon Fano, visiblemente emocionado por el seguimiento logrado, recalcó que la presencia en las calles «cobra una la importancia fundamental» no sólo para defender a los jubilados del presente y a las conquistas logradas hasta el momento, sino también para proteger a las «próximas generaciones».

Tras las reivindicaciones ya tradicionales, como subir la pensión mínima hasta los 1.080 euros, equiparar la pensión de viudedad a la de jubilación y elevar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los 1.200 euros, los pensionistas consideran que se ciernen nuevos peligros y recortes sobre las prestaciones públicas. «Denunciamos que después de tres años de movilizaciones, las conquistas conseguidas peligran y no se dan pasos firmes para garantizar pensiones públicas dignas, justas y suficientes», recalcaron.

En el comunicado leído al final de la marcha de Bilbao y que ha sido común en las otras dos capitales vascas se advirtió de que «el Pacto de Toledo y la posterior votación en el Congreso, aunque dejan en evidencia que el sistema público de pensiones es viable, sin embargo, mantienen en pie las reformas que están reduciendo las pensiones y se abre la puerta a nuevos recortes».

En esta línea, el Movimiento de Pensionistas de Bizkaia desconfía del pacto que se va a cerrar en los próximos días en el seno de la la Mesa de Diálogo Social -en la que participan el Gobierno central, la patronal CEOE y los sindicatos CC OO y UGT- ya que Fano asegura que «lejos de poner freno a la regresión la están acentuando y lejos de mejorar las condiciones actuales» se orientan hacia «nuevos recortes».

Igualmente abogó por tomar plena conciencia «de que tenemos que actuar la mayoría de la sociedad juntos» para poder «responder a los recortes que también nos están planteando desde Bruselas para conceder como contrapartida a los famosos fondos europeos».

Finalmente, instó al Gobierno vasco a que no se escude en que las pensiones son competencia de Estado y asuma completar las prestaciones hasta los 1.080 euros con sus presupuestos.